viernes, 31 de agosto de 2018

La Virgen de Gracia de Caudete




ESTAMPA CAUDETANA.
VIRGEN DE GRACIA, MADRE Y PATRONA DE CAUDETE.

Ya estamos en fiestas. Fiestas en honor a ELLA, de la VIRGEN DE GRACIA. Ya te lo he venido comunicando desde el domingo 29 de julio en que dio comienzo la NOVENA EN HONOR DE LA VIRGEN DE GRACIA. Cada domingo viene siendo un día de NOVENA a cargo de la capitanía de una comparsa. La última será el domingo próximo a cargo de la M.I. MAYORDOMÍA Y COFRADÍA NTRA. SRA. DE GRACIA dando paso ya a los tres últimos días que habrán de celebrarse en la Parroquia de Santa Catalina los días 7,8,9 con la presencia de la IMAGEN que traerá el pueblo, el día 7 a las 07 horas, con gozo y alegría y mucho tiro, ruido y humo producido por escopetas, mosquetones y arcabuces de las comparsas de MOROS Y CRISTIANOS.
- Ya sabes que la imagen de la Virgen de Gracia  enterrada junto a la de San Blas, una campana y diversos elementos de culto por espacio de siete siglos. Pero, antes, cuenta la tradición envuelta en leyenda y cantada en los gozos de la Virgen, fue traída su imagen desde Montecasino por un monje de nombre Cipriano que la recibió de San Benito, el fundador de los monjes benedictinos, aquel del "ora et labora". Cuenta esa tradición que los animales que tiraban del carro donde era transportada la imagen, al llegar a la zona de La Zafra en el predio de Caudete, permanecieron como estatuas, no dieron un paso más por lo que interpretaron los viajeros que era una señal divina de que era aquí a donde tenía que llegar y no al valle de Yermo en Cantabria, porque, has de saber que en ese valle, que es camino natural que une el  que comunica a Cantabria con la Meseta Castellana y a éste con el camino que te lleva a Asturias (y así sigue, pues desde Río Corvo, en la carretera de Santander a la Meseta, es desde donde se accede a Santa María de Yermo, puerta del valle que tiene una de las iglesias más lindas del románico, discurre una carreterita que te lleva a Santa María de la Peña, en la carretera a Asturias y más al oeste). Pues en este valle de Yermo, en su centro, en su ladera sur, se levanta, desde tiempo inmemorial, una guapuca ermituca dedicada al culto de aquel hombre, Cipriano, venido de Italia y que cada septiembre reúne en torno a ella una gran romería. Cuántas veces fui yo hasta esa ermita en mis tiempos pasados en Cantabria ¡Qué cosas permite el paso del tiempo. De un plumazo he unido dos tradiciones en torno a una figura, San Cipriano! Claro, sin ánimo de hacer o contar una historia, simplemente doy unos datos de los que tengo conocimiento cercano.
- En aquel paraje de La Zafra se levantó un monasterio que habría de abandonarse por la invasión árabe,  dejando ocultas las imágenes hasta que en marzo de 1414 la Virgen se apareció a Juan López, pastorcico manco del pueblo conquense de Paracuellos de la Vega que, a la sazón, se encontraba finalizando la época invernal, más templada aquí que en su tierra. No le dio mayor importancia el bueno de Juan a aquella experiencia mística y con sus ovejas trashumó para su tierra a pasar el verano. Volvió a aparecérsele la Virgen allá en su pueblo y al volver a Caudete con su ganado para pasar el invierno, puso en conocimiento de las autoridades el mensaje de la Virgen de Gracia confirmado por el prodigio de su brazo que no se había formado en el vientre de su madre.   Presentados en el lugar, era el día 16.12.1414 al comenzar a cavar el hueco... sonó una campana. Abierta la cueva encontraron, tal y como lo había dicho la Virgen, su imagen, la de San Blas (copatrono de la villa) y elementos del culto en perfecto estado después de haber pasado siete siglos ocultos.
- Lo que no hicieron los árabes, iconoclastas, en el siglo VIII°, lo hicieron el 22 de julio de1936 unos exaltados. Las prendieron fuego.
- La imagen que te presento hoy es una copia esculpida por el escultor autóctono Miguel Bañón Díaz en madera de ciprés en 1941.  A lo largo de estos días previos a su fiesta te iré presentando los mantos de la Virgen, sacados de un folleto publicado por la M. I. Mayordomía y Cofradía de la Virgen de Gracia en el año 2004, año en el que concluyeron las obras de la gran sala donde se exponen los MANTOS DE LA VIRGEN DE GRACIA Y OTROS ELEMENTOS DE INTERÉS.
 A las 21,30 horas de anoche, en la calle de San Vicente, donde tiene su sede la Comparsa de los Moros, se llevó a efecto EL BRINDIS DE LA REINA DE LAS FIESTAS, la señorita MARTA FERNÁNDEZ AZORÍN por ser, ésta, perteneciente a la Comparsa de Moros.
Subida a un estrado repartió regalicos a los niños VOLANTES de cada capitanía, también a las damas de las otras comparsas, a sus presidentes y, a su vez, también ella era obsequiada por los distintos estamentos, hasta del Exmo. Ayuntamiento por su Alcalde.  Y acompañada por sus padres recibía la pleitesía de todo el personal asistente, un gentío. Concluido el saludo, se pasó por cada una de la ingente cantidad de mesas que habían dispuesto en un gran trecho de la calle sobre las que  había dispuestas bandejas de dulces y dos botellas de cava. Ella y sus padres brindaban, chocando las copas con los asistentes.
No tenían prisa. La fiesta continuó largamente en sana camaradería.
Un minicastillico de fuegos de artificio salpicó de luz y ruido la oscura y silenciosa noche caudetana.

Espolvoreado con mucho azúcar glas, sale volando para llegar junto a ti, mi saludo, mis

          ¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
31.8.2018. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.

jueves, 30 de agosto de 2018

El Pueblo Felíz


ESTAMPA CAUDETANA.
EL PUEBLO FELIZ.









Son un centenar. No, no llegan, solo hay 86 plazas y, eso sí, totalmente ocupadas. Ni un solo hueco para uno más.
Constituyen un pueblo en pequeñito, pero UN GRAN PUEBLO. Viven intra ópidum, pero pueden, cuando así lo deseen y el cuerpo lo permita, salir libremente fuera de la ciudadela. Son los habitantes que pueblan la Residencia de mayores de este pueblo de Caudete.
Son felices. Sí, son felices porque viven siempre, siempre, en presente. Los años que sostienen la cabañica en la que van tirando, no les condiciona su presente y, en algunos casos,  ni existe porque viven como suspendidos sobre el tiempo, algo así como se encuentran las nubes que corretean por ahí arriba sin tocar tierra salvo cuando se comprimen un poco y se dejan caer en gotas hasta la tierra, si la temperatura es buena, porque si es fresca cae en sabanillas que al posarse en la tierra la dejan tapada de blanco. Claro que si pasan por zonas muy frías... dejan de ser agua líquida y se convierten en canicas de hielo que destrozan todo aquello contra lo que chocan. Entonces sí, sí que tocan la tierra. Pues así se encuentran nuestros 86 conciudadanos en tierra de nadie. Por arriba, sin techo y por abajo... ni se acuerdan.
Pero eso no quiere decir que no vivan en este mundo y en este tiempo. Ya no tienen las exigencias que caracterizaban  los años dejados por el camino, como eran sacar adelantes los hijos, ahorrar un poquito para ir pagando las hipotecas que se sucedían unas a otras... y por delante, nada por lo que preocuparse, solo dejarse llevar "hasta que Dios quiera"
Pero, amigo, cuando los tres estampidos seguidos que han llevado hasta el cielo tres potentes cohetes, comienzan a oírse cada día, a partir del día 15 de agosto, en todo el pueblo grande indicando que empieza a subir EL PALO, y también en su pueblo chico, se da una efervescencia inusitada, fuera de lo común. La actividad de un hormiguero en plena actividad recolectora, es un juego de niños comparada con el movimiento dentro de las murallas de la pequeña población caudetana de la Residencia de Mayores sita en el n° 113 de mi calle El Molino. Salen telas de colorines de arcones y armarios. Agujas e hilos van y vienen sacando a luz preciosos vestidos de COMPARSAS cristianas y moras. Son los Guerreros, los Mirenos, los Moros, los Tarik, (este pollete moro que da nombre a la comparsa caudetana, fue el pájaro que sentó sus nalgas en mi PUEBLO DE OROPESA mediado el siglo VIII° y nos pedía, con los impuestos por ser cristianos, una guapa -en mi pueblo lo son todas- doncella o, en su defecto, su peso en oro. De ahí una explicación sobre el nombre que tiene hoy la casa común de los oropesanos), los de la Antigua... y si el pueblo grande se adorna profusamente, más profusamente, si cabe, se adorna la pequeña aldea. Y si en la Plaza de la Iglesia ha levantado sus torres y almenas el castillo donde alcanzarán vida LOS EPISODIOS CAUDETANOS, en una de las salas de nuestro pueblo liliputiense también se elevan hasta todo lo alto las murallas de una fortaleza con su torre del homenaje y todo, construida por los artistas del gremio de carpinteros existente en el pequeño opidum donde, por una vez, se hablará de EPISODIOS PASADOS, no del personal sino de aquellos que les hicieron posible venir a poblar el pueblo grande y el pequeño. Que se prepare el pueblo grande porque estas fiestas de MOROS Y CRISTIANOS en honor de LA VIRGEN DE GRACIA, LA MADRE Y PATRONA DE CAUDETE Y DE TODO CAUDETANO, especialmente, de cada uno de los habitantes de ese reducto de paz que es la Residencia de Mayores, va a ser sonada, más sonada que esas tracas de 25 metros con cinco bombas que cuestan 30,00 "pelotes" (hay que ver cómo ha subido la pólvora, más que la gasolina y la luz y ¡ya es decir!).
No sé si las concejalías de Fiestas y de Bienestar social habrán tomado cartas en el asunto, son tan suyos estos mayores... 
Pero si no lo han hecho habrá que llamar al orden a los concejales del ramo porque, aunque la minisociedad residencial esté amparada por una FUNDACIÓN, no por ello dejan de ser miembros vivos y, como ves, activísimos, de nuestra sociedad extramuros de aquella.

Con los dedos en los oídos para defender los tímpanos de los tiros de los arcabuces, te mando mi saludo, mis





          ¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
30.8.2018. Jueves. P. Alfonso Herrera, O. C.

miércoles, 29 de agosto de 2018

El Melocotonero se ha Autosembrado


ESTAMPA CONVENTUAL.
EL MELOCOTONERO SE HA AUTOSEMBRADO.

Fue en el verano de1954, pero en mis manos cayó más de una docena de años después. Me doblaba la edad cuando Françoise llenó Francia con el libro que le pondría en la cresta de la popularidad y, por ende, de la fama. Solo 18 añitos tenía, sí, solo dieciocho.
Se llamaba la novela de ficción "BUENOS DÍAS TRISTEZA"
Se lo pasaban muy bien, padre e hija, en un chalet al sur del país, entre pinos mirando al Mare Nostrum. Si el padre, Raymond, era un vivales, la hija, Cécile, era una mal criada. Pero lo pasaban a lo grande hasta que irrumpió en el lugar una amiga de su madre ya fallecida, una tal Anne. No todo se desarrolló según el deseo de la jovencita y la cosa terminaría en lo que ya nos adelanta el título de la novela.
Cuando ayer por la mañanita, a mi vuelta de celebrar la Eucaristía en el monasterio de las Madres Carmelitas de Clausura, me encontré con el panorama que te ofrezco en la instantánea, todo el melocotonero  se me había venido abajo, me quedé de una pieza. Diríase que se había autosembrado. ¡Casi todos sus frutos por el suelo!
Pareciera que se habían puesto de acuerdo para saltar juntos sin que nada ni nadie les echara una mano. Aquí, ni una gota de agua, ni un granicico, cuando por esos mundos de por ahí al lado, ha trillado todo lo que estaba a la intemperie, ayer mismo según nos decía y enseñaba por la tele la chicarrona del tiempo, Mónica López. Ni siquiera un vientecito suave. Nada, nada les ayudó a caer del árbol y, no obstante, obedeciendo a la ley de la gravedad, ya lo ves, los bajos del melocotonero estaba, no digo salpicado, digo, SEMBRADO de frutos. Todos picados, todos enfermos, todos con ocupas, que los han herido de muerte.
En las higueras, y antes en el níspero, los pájaros nos las están jugando pero lo hacen de uno en uno cuando ven los frutos maduros pero lo que ha atacado a los melocotones es otra cosa porque los pájaros ni se acercan, tampoco les pican las gallinas, pues no quieren cargar con la responsabilidad, lo que les ha dañado tiene que haber sido una peste peor que la epidemia de gripe española que a tantos se llevó consigo, en Europa, hasta el otro lado de la realidad, hace ahora un siglo.
En mi bosquecillo de Madrid tenía plantado un melocotonero que me había traído de Candeleda (Ávila). Cada año me las veía y me las deseaba para disfrutar comiendo aquel manjar. Le acontecía algo parecido a lo que le ha pasado al melocotonero del CORRALÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ. Un día acertó a pasar por la acera, dando un paseo, un hombre  con su señora y se percató del problema. Me dijo:
-"A estos árboles les ataca un bicho que se oculta debajo de su corteza durante el invierno y es entonces cuando hay que meterles mano. Yo así lo hago y, gracias a ello, comen mis hijos y nietos melocotón durante todo el año".
También podíamos haber tenido nosotros la posibilidad de disfrutar de igual manera pero...
Joaquinín vino con la mochila de sulfatar, me dijo el compañero P. Luis Torres, pero, al parecer, fuera de tiempo porque el ejército de bichos se habían enfundado en sus corazas particulares y en cuanto han empezado a poner pulpa los melocotones se han colado por el rabillo y los muy, muy... han subido hasta el corazón del fruto y lo han parado. Pero lo más sorprendente es que han atacado al mismo tiempo como si hubieran obedecido a una orden fulminante. Ya lo ves.
En esta circunstancia, retomando la novela de Françoise Sagan, yo vendría a ser la protagonista, Cécile, que vivía alegremente ya que me las prometía muy felices. Mi patrocinador, mi "padre", Raymond, sería el CORRALÓN y la arpía, la Anne, que vino a fastidiarnos la felicidad que disfrutábamos, que eran los melocotones, no era otra que la peste que los ha echado abajo.
Así que puedo concluír que, ayer mañana me invadió la tristeza. Y ese fue el saludo que me dirigieron todos los melocotones que, esparcidos por el suelo lloraban su suerte. Al verme, gritaron:
¡¡¡BUENOS DÍAS TRISTEZA!!!  La única cosa positiva que rompe el colage uniforme de la parva de melocotones por los suelos, es esa malvita real que crece debajo del melocotonero. Yo creo que, la pobre, de puro susto, ya estaba seca, ¡HA FLORECIDO!, pues la cosecha malograda de los melocotones del viejo árbol, que tantas alegrías proporcionara a los niños de aquel colegio que hicimos los Carmelitas en los terrenos del CONVENTO DE SAN JOSÉ, cuando jugueteaban por el CORRALÓN que, entonces, era patio de recreo, este año nos la ha jugado él a nosotros dejándonos, como asevera el dicho y, además, muy propio porque Valencia está ahí al lado y en este pueblo de Caudete hay mucha tendencia pro valencianista,
- "a la luna de Valencia" por no traer aquel otro que lo describe como "con el ¿...? trasero a las goteras"
- Pero, no por ello dejo de enviarte mi saludo, mis

          ¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
29.8.2018. Miércoles. Todo en Caudete, guirnaldas, encalado de fachadas, pulido del mármol de monumentos, adornos que serán luminosos, concurso de adecentado de calles y plazas, ya lleva unos cuantos días apercibiéndonos de que
   ¡YA ESTAMOS EN FIESTAS! P. Alfonso Herrera, O. C.

martes, 28 de agosto de 2018

San Francisco de Caudete. El Modelo


ESTAMPA CAUDETANA.
EL SAN FRANCISCO DE CAUDETE. EL MODELO.
En Madrid, hace ya algunos años, terminada mi encomienda en la iglesia de las Madres Carmelitas de Príncipe de Vergara, entonces todavía ostentaba el nombre de General Mola, subí al autobús de la línea 52 para volver a mi residencia. Sólo había un asiento libre. Me senté y entablé conversación con una señora, ya entrada en años, pero de muy buen ver. Su porte hablaba de tiempos gloriosos en su tipo y belleza. Era guapa de verdad aquella señora mayor. No me equivoqué en el juicio. Ya llevábamos un rato hablando cuando me preguntó:
¿Ha visto Ud. algún cuadro de Julio Romero de Torres?
- Le contesté que sí y que me gustaba muchísimo su pintura por como sube al lienzo a su personaje principal, esa joven y guapa mujer, (recuerdo que vi en su cara un rictus de satisfacción, pues se dibujó en ella una leve sonrisa) le dije, también, que, no hacía mucho tiempo, había tenido la oportunidad de visitar el museo del pintor en su ciudad de Córdoba y que disfruté como "un gitanillo con zapatillas nuevas" contemplando aquellos cuadros al amparo de un sol que estaba poniendo en las calles cordobesas casi los 50°.
-"Yo, soy, me dijo, la chica que aparece en los cuadros. Yo fui su modelo"
Tuve suerte. Sólo un asiento libre en el autobús 52 y me fui a sentar junto a aquella mujer, sencilla, afable, todavía guapa, que conservaba aquel empaque que supo captar y plasmar el pintor cordobés en sus lienzos.
Cuando me bajé del Autobús en mi parada percibió, al despedirme de ella, que algo había cambiado en mí desde mi encuentro con ella. No volvimos a coincidir en el bus 52 ni en ningún otro.
El domingo pasado volví a tener suerte.
Al salir de la iglesia, una vez concluida la misa de 11,00 en la parroquia de San Francisco, observé cómo una señora,  todavía joven, se estaba interesando por una de las pinturas al fresco que hiciera Pedro Torres Cotarelo en 1962, pintor natural del lugar y que, veinte años antes (1944), se encargara de la reconstrucción del templo, tras la hecatombe producida por los vientos guerreros de 1936-1939,  ayudado por su esposa a la que se ve, en alguna fotografía de la época, subida a los andamios. Los frescos los llevó a cabo por encargo de Dolores, la segunda esposa viuda de Paco Albalat Navajas, que ostentara el título nobiliario de Conde de San Carlos, título que no heredaría ninguno de sus hijos, porque ninguno tuvo en sus dos matrimonios.
Miraba yo a la señora hábida de saber por la atención con que estaba mirando el fresco en el que aparece San Francisco en oración de súplica.
Me acerqué a ella para ver si deseaba que le diera información acerca del pintor y de su obra en la parroquia.
No hizo falta porque detrás de una columna apareció el mismo San Francisco.  Perdón, no, no fue San Francisco, el de Asís, fue JOSÉ DÍAZ FIGUERAS, el "Francisco" de Caudete que no de Asís, que sirviera de modelo al pintor para plasmar en el cemento, todavía fresco, la figura que ves detrás de José, el modelo, pero, claro, con unos añitos menos. JOSÉ, me dice, que entonces pisaba fuerte sobre 27 años, hoy ya son 83 los que calza. Recuerda que él no estaba de rodillas como el Francisco del cuadro, sino sentado, con los brazos y cabeza levantados, tal cual aparece el  fresco.
Vino al mundo de la mano de otro hermano, de un gemelo, con el que, a su vez, ya mozos, fueron modelos de Torres Cotarelo en el impresionante cuadro del BAUTISMO DE JESÚS que nos legó en el batisterio de Santa Catalina.
No me desveló si fue en él en el que se fijó Pedro, el pintor, para pintar a Jesús metido en las aguas del Jordán o acaso fuera del que se sirviera para plasmar a  Juan el Bautista en cemento de la pared.
Me dijo que el pintor era muy amigo de su padre al que se le conocía como "el Boxeador". Los dos, también los hijos, además de por la amistad, estaban muy unidos por sentirse identificados con las mismas siglas de un grupo político que tenía una visión de la sociedad que, a la sazón, no gozaba de predicamento, vamos que no era bien visto por el nuevo orden político y social implantado por el gobierno instaurado tras la contienda fratricida.
Su padre, "el Boxeador", participó en un encuentro, por entonces en boga, los Cursillos de Cristiandad, y de tal modo le impactó el Espíritu Santo que, de la noche a la mañana, cambió su vida radicalmente. (he oído una coplica, que alguien se inventó, y que se recitaba por el pueblo indicando el cambio que experimentó "el Boxeador").
Me dice el bueno de José Díaz, que su padre fue tomado por su amigo Torres Cotarelo como modelo para llevar al fresco de las paredes de San Francisco, los cuadros de un leproso y de un obispo. Cuando vayas por la parroquia de San Francisco podrás tener en cuenta la información que me suministró uno de los modelos, todavía vivo, de los que se sirviera el pintor Torres Cotarelo para llevar a cabo algunas de sus obras.

Alegre sale a hacerse el encontradizo contigo, mi saludo, mis

          ¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
28.8.2018. Martes. P. Alfonso Herrera, O. C.