Rosa Sinensis.

ESTAMPA CAUDETANA. 

ROSA SINENSIS. 

Al pasar delante de ellas algo sentí muy dentro de mí porque, ciertamente, algo se me había colado, subliminalmente, y estaba haciendo de las suyas en mi interior, me estaba dando sonoros gritos audibles, solo, en el silencio. 

Ocurrió que mientras caminaba por la acera, ajeno a lo que acontecía a mi alrededor, inmerso en mis pensamientos, un HIBISCO de tantos como componen la familia de esta especie arbustiva que llega a alcanzar hasta los dos metros de altura y que pregona a todas las luces que le gusta el volumen de la circunferencia de su copa a la que adorna profusamente con sus bellas flores, no pudiéndose resistir a echar un vistazo a lo que acontecía fuera del jardín donde crece vigorosamente, se permitió el lujo de sacar, por entre los agujeros de una valla de obra, unos tallos de sí misma, como hace el periscopio de un submarino, y ofrecer al viandante la hermosura de sus flores a uno y a otro lado del ramillete de tallos que escaparon del jardín. 

Pase adelante sin darme cuenta, porque no me fijé en ellas, yo iba a lo mío. Pero desde dentro, a donde se había colado subreticiamente, me estaba dando gritos diciendo:

 "Pero, ¿dónde vas? ¡párate! ¡da marcha atrás! ¡contémplame! ¡sácame una fotografía!"

 Y eso hice: paré, giré la cabeza y las vi.  Dos hermosas ROSAS SINENSIS luciendo guapas a un lado y al otro del ramo de la planta madre que se había permitido el lujo de salir de su ámbito para inspeccionar terrenos nuevos y se ofrecía, generosamente, a todo aquel que pasaba de un lado a otro delante de ellas. 

No hicieron ningún mohíno, ni se pusieron coloradotas, como algunas de sus parientes, cuando me vieron sacar el telefonillo del bolsillo. Es más,  yo creo que hasta se acicalaron y pusieron guapas para salir así de hermosas en la fotografía que les estaba haciendo para emplearla, como vehículo, por medio del cual, hacerte llegar, en el día de hoy, mi saludo, mis 

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

12.11.2024. Martes.(C. 2.060)

P.Alfonso Herrera. Carmelita.