ESTAMPA CAUDETANA.
EL TRASLADO DE LAS IMÁGENES.
Como viene siendo tradición, en la noche de ayer, a partir de las veintidós horas, se puso en marcha la procesión que han dado en llamar de "EL TRASLADO DE LAS IMÁGENES" que habrán de procesionar en los días siguientes como catequesis plástica del misterio que estamos celebrando en el orbe cristiano, el de la Pasión y Muerte del Señor que concluirá el domingo con la procesión del ENCUENTRO entre Jesús resucitado y su Madre, la Virgen María, mediada la mañana de ese día, el domingo de la Resurrección del Señor, en la Plaza de la Iglesia.
Tuvo como punto de partida la parroquia de San Francisco de Asís en el barrio de su nombre, al otro lado de la antigua carretera de Madrid a Valencia, un barrio que creció en los albores del siglo XX en virtud del empuje que le dio el prócer de este pueblo, el conde de San Carlos, don Paco Albalat Navajas.
Desde aquella parroquia salieron las tallas que allí reciben culto: el Cristo de la Juventud, la Imagen de la Virgen de la Amargura, Cristo atado a la columna y la Mujer Verónica; añadiéndoseles la imagen de Cristo orando en el huerto de los olivos, la Caída del Señor y otra caida, la de los infantes, y la de la Virgen de los Dolores, que habían sido llevadas, hasta allí, con anterioridad.
Y, como siempre, las calles por donde discurrió LA PROCESIÓN DEL TRASLADO DE IMÁGENES, se encontraban atestadas de gentes haciendo especial hincapié en la plaza de Nuestra Señora del Carmen, que era un hervidero de fieles.
La lluvia respetó el evento aunque, finalizando ya la procesión, en el momento en que la Sagrada Imagen de la Virgen de los Dolores entraba en la plaza de Nuestra Señora del Carmen, las nubes, que hasta ese momento no habían sido otra cosa que una capota sobre el cielo de la Real Villa de Caudete, dejaron caer unas goticas, que no fueron tantas como para buscarle refugio a las imágenes, es decir, que no les metió miedo ni premura a los cofrades puesto que la procesión siguió, manteniendo el desarrollo pausado que venía teniendo, hasta la parroquia de Santa Catalina, salvo la Sagrada Imagen de la Mujer Verónica que, como, también es costumbre, la sacaron de la procesión para introducirla en la iglesia del convento de San José (El Carmen) hasta la tarde del Viernes Santo en que saldrá a la plaza de Nuestra Señora del Carmen para encontrarse con el Santísimo Cristo de la Misericordia que aparecerá portando la cruz en la procesión llamada de LIS PASOS, rememorando aquel hecho que tuviera lugar en la primera procesión de dolor, en aquella en que Cristo, cargando con la cruz, emprendió el camino del Calvario y, en su transcurso, una mujer ignota salió de entre el público vociferante con un paño blanco, impoluto, para enjugar aquel rostro del que quitó salivazos y chorretones de sangre que le caían desde los orificios causados por las espinas del casquete de espinas que le habían colocado, a modo de corona, una de cuyas espinas según manifestación del mismo Jesús a una mística, le perforó el globo ocular de uno de sus ojos. Un rostro dolorido pero sereno, que le fue regalado estampado en el lienzo, por el mismo Jesús a aquella mujer intrépida y valiente que rompiendo el cordón de seguridad impuesto por el piquete de soldados romanos encargados de la ejecución, se llegó hasta el condenado para obrar con él aquel acto caritativo-misericordioso.
La Plaza de Nuestra Señora del Carmen se quedó desierta cuando el último de los músicos desapareció por la calle Mayor.
Solo llegaban hasta ella los sones de la última de las bandas, de la que acompañaba al paso de la Imagen de la Virgen de Los Dolores.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
17.4.2025. JUEVES SANTO. (C. 2.207)-
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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