ESTAMPA CAUDETANA.
SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y LA SANGRE DE JESUCRISTO.
Ayer por la tarde todo quedó preparado para la gran manifestación sagrada del SEÑOR SACRAMENTADO por las calles de la Real Villa de Caudete. Manuel Ortuño, bajo la atenta mirada y alguna indicación que le hacían la Presidente de la Cofradía de La Sacramental, doña. Teresa Alberto, y de alguna otra de sus miembros, se encargó de que todo, en la carroza, que ha de portar al SANTÍSIMO, estuviera en perfecto estado. Ecaminó una por una todas las tulipas de las lámparas, vio que la luz aparecía en cada una de sus bombillas y solo se retiró cuando todo en la carroza estaba preparado para cumplir con su función específica, dando así, tiempo a que la Sra. presidente de la Cofradía diera inicio al rezo del Santo Rosario, previo a la celebración de la Eucaristía.
Y es que, claro, hoy se celebra la Solemnidad litúrgica del SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DEL SEÑOR JESUCRISTO y, en esta Villa tiene lugar una solemísima procesión que discurrirá por el itinerario acostumbrado por sus avenidas, calles y plazas.
Esta solemnidad arranca, precisamente, en el corazón y las manos del mismo Jesucristo, Nuestro Señor, cuando, reunido en el cenáculo con su Madre y sus discípulos en una cena de despedida, instituye el sacramento de la Eucaristía mandándoles que desde ese momento hicieron ellos otro tanto en memoria suya. Pues Él iba a permanecer con nosotros siempre, hasta el último momento de nuestros relojes.
Esta es pues, una fiesta que tiene su arranque en el mismo inicio de la Iglesia, es más, ésta podrá discurrir a lo lago de los siglos precisamente, por el alimento otorgado por Aquel que se hace alimento espiritual para ella y que no es otro que el mismo Jesucristo.
Así discurrieron doce siglos los primeros de la historia de la Iglesia siendo Él el que satisfacía la necesidad. Pero llegó un tiempo en que corrió una herejía que preconizaba dudas acerca de la existencia real de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad bajo las especies del pan y del vino.
Y aconteció en el siglo XIII que, un sacerdote de origen alemán, al volver de una peregrinación a Roma, estando a punto de salir de las tierras italianas, en el pequeño pueblo de Bolsano, mientras celebraba la Eucaristía y alzaba la Hostia Consagrada, dudó de la existencia real de Cristo en ella y el Señor obró para él y para toda la cristiandad un milagro inconcebible:"desde la forma consagrada, encontrándose en todo lo alto, empezó a fluir sangre de ella que bajó por los brazos del sacerdote y sobre el altar empapandolo todo hasta, incluso, llegar al suelo.
Conocido que fue el acontecimiento por el Papa pidió, al que luego sería Santo Tomás de Aquino, que compusiera la liturgia eucarística de la Solemnidad que se celebrará, desde entonces, en toda la cristiandad.
Pero a las gentes de esta Real Villa de Caudete no nos es necesario llegarnos hasta el siglo XIII para encontrarnos con el sacerdote alemán que dudaba de la real existencia de Cristo en las especies del pan y del vino consagrados porque, nosotros, contamos con otra manifestación divina que tuvo lugar aquí, en esta Real Villa, en los inicios del conflicto fraternal habido en España en el trienio de 1936 al 1939.
Con la ley, inícua, a todas luces, promulgada por el Gobierno de entonces, que exigía, entre otras cosas la desaparición de todo signo religioso y toda celebración litúrgica y, por consiguiente, la destrucción por el fuego hasta de la Sagrada Eucaristía.
Para evitar el sacrilegio de la destrucción de las formas consagradas por el párroco mártir don Miguel Senén Abdón Díaz, el sacristán de entonces, don Manuel Gil, sacó al Señor Sacramentado del sagrario y los llevó a su casa donde levantó una losa en la habitación del matrimonio introduciéndolas en la oquedad húmeda cubriéndolas solo con un corporal de hilo donde permanecieron durante todo el tiempo que duró el desencuentro entre los españoles, eso sí, con una lamparilla de aceite encendida siempre:
"Que no le falte nunca la luz", le dijo a su esposa cuando fue movilizado para ir al frente con los republicanos.
Al ser levantada la losa descubrieron que el paño con que estaban cubiertas las Formas Consagrada por el mártir Miguel, estaba chirreando agua pero las formas se encontraban intactas, incorruptas.
Supongo que en Bolsano conservarán vestigios, reliquias de aquel hecho milagroso, grandioso con que el Señor Jesús hizo desaparecer la duda de aquel sacerdote alemán a erca de que su presencia real bajo la especie del pan consagrado. Y yo te puedo decir que en esta Real Villa de Caudete conservamos íntegras, perfectamente conservadas, aquellas Hostias Sagradas, consagradas por el párroco mártir del lugar, el año 1936, hecho del que se van a cumplir muy pronto 89 años.
Sí, la presencia de Jesús en el Sacramento del altar, es real y, su presencia, la tenemos con nosotros, como signo que excede nuestra comprensión, en aquellas Hostias Consagradas, va a hacer pronto un siglo por el párroco mártir.
La fotografía del joyel donde se conservan en un sagrarico en la capilla de la Comunión de la parroquia de Santa Catalina, ilustra hoy mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!
22.6.2025. Domingo (C.2.268).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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