ESTAMPA CONVENTUAL.
LOS NARCISOS DEL CORRALÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN)
LOS NARCISOS DEL CORRALÓN DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN)
Míralos. No te engaño. Son ellos. Algunos más comparten su experiencia
vital, pero, como no abarca tanto el objetivo de la cámara... allí se quedan.
El corralón no es ninguna de las tierras ribereñas del Mediterráneo (70 kms. nos separan de él) y tampoco es uno de aquellos prados con que se cubre el norte de Palencia cuando ésta se aúpa a Cantabria por Piedrasluengas y, no obstante, ahí los ves, luciendo y presumiendo de vitalidad.
Además son un MILAGRO. Sí, no te escandalices ni te extrañes. ¡Son un milagro! patente en un secarral "de aquí te espero escopeta". Nada que ver con aquellos prados del norte humedecidos por las aguas, pocas, de un Pisuerga que acaba de nacer en el Pico Tres Mares, llamado así porque sirve aguas a tres mares distintos y, en nada, tiene que envidiar a sus hermanos de raza de tierras en las que no les falta agua. Pero es más milagro, si cabe, que luzca tipo en un lugar donde, como ves en las fotos, no aparece, no medra, ni una hierbecica por una razón: tenemos cuatro gallinas que mantienen a raya a cualquier otra planta que quiera asomarse fuera de la superficie de la tierra para dejarse acariciar por un presumido sol que está echando fuera de su encierro a todas las plantas sin respetar lo más mínimo el tiempo establecido para cada una de las estaciones (de vivir en este tiempo el genial Vivaldi seguro que su vate particular no le hubiera inspirado sus "CUATRO ESTACIONES").
Tengo para mí que la transmisión genética tiene mucho que ver en que los JACINTOS del corralón surjan de la tierra y saquen de sí mismos esa estampa tan preciosa y linda, tan viva.
Tuvo que existir una época muy lejana en que el amarillo era un aviso a tener en cuenta porque quien se permitiera meterse con aquella planta o animal al que hubiera vestido con él la madre naturaleza, lo iba a pasar mal o muy mal, hasta "palmarlas". Y, así, aquellos especímenes que padecieron tan mala experiencia, han ido transmitiendo a sus descendientes el aviso: "ojo con el amarillo"
No te rías, no. Porque has de saber, si es que no lo supieras ya, que el ser más venenoso de los existentes en la actualidad, nos dicen los científicos, es una serpiente marina pintada con anillos de color amarillo y negro. Y lo mismo afirman de una rana que habita en la amazonía y también se cubre con una piel amarilla con algunas líneas negras a través de la cual segrega un veneno mortal. Eso lo saben los aborígenes del lugar y, con muchísimo cuidado, impregnan las puntas de los dardos con los que abaten a los pobres monos que pueblan el techo verde de la selva amazónica, sirviéndose de unas cerbatanas con las que disparan los dardos a soplido limpio.
No creo que el respeto de las gallinas por los NARCISOS se deba al castigo que, según nos relata el mito, le impusiera la diosa de la justicia, Pirexia, a NARCISO, hijo guapísimo de la ninfa Siriope por negarse a enamorar de la ninfa Eco que, como todas las ninfas, bebía los vientos por él: "que no se enamoraría de nadie hasta que no llegara a conocerse a sí mismo" y, cuando llegó a conocerse, contemplando su imagen en la laguna Estigia, murió poco después siendo condenado a verse por siempre en aquella laguna.
Sea por lo que fuere, ¡es un MILAGRO! que el voraz pico de las cuatro gallinas que campan, a su aire, por todo el corralón del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN), respeten a LOS NARCISOS que surgen de su seco suelo.
Solo por esta vez deja EL NARCISO de contemplarse así mismo, pasando olímpicamente del seco y duro corralón, no laguna Estigia, para ir a llevarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
12.3.2019 Martes. P. Alfonso Herrera. O. Carm.
El corralón no es ninguna de las tierras ribereñas del Mediterráneo (70 kms. nos separan de él) y tampoco es uno de aquellos prados con que se cubre el norte de Palencia cuando ésta se aúpa a Cantabria por Piedrasluengas y, no obstante, ahí los ves, luciendo y presumiendo de vitalidad.
Además son un MILAGRO. Sí, no te escandalices ni te extrañes. ¡Son un milagro! patente en un secarral "de aquí te espero escopeta". Nada que ver con aquellos prados del norte humedecidos por las aguas, pocas, de un Pisuerga que acaba de nacer en el Pico Tres Mares, llamado así porque sirve aguas a tres mares distintos y, en nada, tiene que envidiar a sus hermanos de raza de tierras en las que no les falta agua. Pero es más milagro, si cabe, que luzca tipo en un lugar donde, como ves en las fotos, no aparece, no medra, ni una hierbecica por una razón: tenemos cuatro gallinas que mantienen a raya a cualquier otra planta que quiera asomarse fuera de la superficie de la tierra para dejarse acariciar por un presumido sol que está echando fuera de su encierro a todas las plantas sin respetar lo más mínimo el tiempo establecido para cada una de las estaciones (de vivir en este tiempo el genial Vivaldi seguro que su vate particular no le hubiera inspirado sus "CUATRO ESTACIONES").
Tengo para mí que la transmisión genética tiene mucho que ver en que los JACINTOS del corralón surjan de la tierra y saquen de sí mismos esa estampa tan preciosa y linda, tan viva.
Tuvo que existir una época muy lejana en que el amarillo era un aviso a tener en cuenta porque quien se permitiera meterse con aquella planta o animal al que hubiera vestido con él la madre naturaleza, lo iba a pasar mal o muy mal, hasta "palmarlas". Y, así, aquellos especímenes que padecieron tan mala experiencia, han ido transmitiendo a sus descendientes el aviso: "ojo con el amarillo"
No te rías, no. Porque has de saber, si es que no lo supieras ya, que el ser más venenoso de los existentes en la actualidad, nos dicen los científicos, es una serpiente marina pintada con anillos de color amarillo y negro. Y lo mismo afirman de una rana que habita en la amazonía y también se cubre con una piel amarilla con algunas líneas negras a través de la cual segrega un veneno mortal. Eso lo saben los aborígenes del lugar y, con muchísimo cuidado, impregnan las puntas de los dardos con los que abaten a los pobres monos que pueblan el techo verde de la selva amazónica, sirviéndose de unas cerbatanas con las que disparan los dardos a soplido limpio.
No creo que el respeto de las gallinas por los NARCISOS se deba al castigo que, según nos relata el mito, le impusiera la diosa de la justicia, Pirexia, a NARCISO, hijo guapísimo de la ninfa Siriope por negarse a enamorar de la ninfa Eco que, como todas las ninfas, bebía los vientos por él: "que no se enamoraría de nadie hasta que no llegara a conocerse a sí mismo" y, cuando llegó a conocerse, contemplando su imagen en la laguna Estigia, murió poco después siendo condenado a verse por siempre en aquella laguna.
Sea por lo que fuere, ¡es un MILAGRO! que el voraz pico de las cuatro gallinas que campan, a su aire, por todo el corralón del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN), respeten a LOS NARCISOS que surgen de su seco suelo.
Solo por esta vez deja EL NARCISO de contemplarse así mismo, pasando olímpicamente del seco y duro corralón, no laguna Estigia, para ir a llevarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
12.3.2019 Martes. P. Alfonso Herrera. O. Carm.
Con unos narcisos y cuatro gallinas,nos hace un relato mañanero de lo más animado.Gracias por sus escritos,de lo cotidiano saca siempre partido.Que tenga un buen día P.Alfonso.
ResponderEliminarMuy buenos días P. Alfonso, que buen despertar hoy, viendo como Dios hace los milagros por medio de la naturaleza, en cualquier rincón, y usted nos la hace ver lo bonito que está el corralón del Carmen, con esa tierra tan árida, como han brotado los narcisos, que tenga un buen día.
ResponderEliminarBuenos, días, P. Alfonso siga cuidando los narcisos es una flor muy bonita y alegra el lugar donde este feliz dia
ResponderEliminarQué chulería de relato....Para mí una auténtica chulería porque evoca lugares maravillosos,animales desconocidos, historias míticas. ...y los milagros se multiplican por la alegría de saborear esas reflexiones recibidas cada día. Muy ingeniosas y simpáticas. Gracias por compartir con quienes te seguimos. Feliz día Padre Alfonso.
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