jueves, 25 de abril de 2019

La Luna desafiante


ESTAMPA CAUDETANA.
LA LUNA DESAFIANTE.
  Ayer, por antes de ayer, el sol andaba asomándose por los huequecicos que dejaban, descuidadamente, las nubes ocupadas en recoger los bártulos para marcharse a otra parte. Habían venido de la mano de una borrasca orgullosa que barrió toda la nación pero que encontró acomodo, de modo especial, junto al mar, en Levante y, como Caudete anda muy emparentado con esa región por haber pertenecido a ella siglos atrás, también recibió y se benefició de una lluvia muy beneficiosa. Además, existe en el pueblo una asociación valencianista muy activa, con decirte que en junio pasado  trajeron al pueblo, de visita, a la imagen peregrina de LA MADRE DE DIOS DE LOS DESAMPARADOS, efemérides de la que se deja constancia en un manís bajo la Sala de juntas del Ilmo. Ayuntamiento, en la Lonja. Por ello no extraña que la borrasca dejara aquí 142 litricos que han venido muy bien porque al no caer, como ha caído en la Marina Alta, ha sido embebida por una tierra muy seca.
Ayer por la mañana, bastante temprano, nos habíamos puesto aquí en Caudete, un cielo azul limpio y profundo y, en él, allí arribota se encontraba ella, la luna. Parecía que estaba ensimismada, complaciente consigo misma, luciéndose ante los que nos habíamos echado de la cama muy pronto y no se daba cuenta de que venía «Paco con la rebaja».  Cuando llegué a la calle Echegaray observé al gallo. Se le notaba nerviosillo porque quiere avisar a la luna para que el sol no la fulmine, pero no puede hacerlo porque el gallo-veleta, se encontraba inmóvil, dado que, a esa hora, todavía estaban dormidicos los habitantes de la casa de la que la chimenea, tocada con una veleta con figura de gallo, saca fuera los humos pero, por falta de fuego en los fogones, no los generaba, porque todavía no preparaban el desayuno. Además no se movía ni una brizna de aire, como sí lo haría dos horas más tarde y, además, muy fresquito.
Pero yo, al sorprender al gallo y a la luna en esa guisa, me imaginé que él, viendo la que se le avecinaba a la presumida, se desgañitaba quiquiriqueando, a pleno pulmón, para tratar de despertar a su amiga la luna con el fin de que se diera prisa a poner «los pies en polvorosa» porque el sol, con toda su prepotencia, estaba llegando y se la iba a tragar.
Mi quehacer tempranero, me impidió asistir al desenlace. No sé si el sol fagocitó a la luna o si, ésta, logró escabullirse y huír al otro lado de la tierra, como si jugara al escondite  con el «chulo marimandón» del día, para vestir de plata a la foresta del otro lado con sus rayos blanquecinos.

Sin legañas, sale pitando a tu encuentro, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
25.4.2019 JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA.
P. Alfonso Herrera, Orden Carmelitana

3 comentarios:

  1. Buenos días, P,Alfonso, buen comentario de la luna como gran observador que es no se le escapa nada, ve el gallo en la chimenea quietecito cosa que nosotras pasamos desapercibidas sin darnos cuenta,feliz dia

    ResponderEliminar
  2. Qué cosas,como usted dice,con una veleta-gallo y una luna trasnochada nos hace un relato mañanero digno del mejor guión de película.Buen observador y buen comunicador P.Alfonso,no se canse de contarnos cosas,gracias!! .Que tenga un buen día de jueves también usted!!

    ResponderEliminar
  3. Muy buenos días P.Alfonso, buen relato, como gran observador que es no se le escapa nada , porque por muy poca importancia que tenga esa veleta con su gallo y la luna , usted me ha hecho que me fije en las cosas, pero nunca podré darme cuenta que de todo se puede llegar a escribir hasta un libro , y sobretodo dar los buenos días tan bonitos.Que tenga un buen día.

    ResponderEliminar