sábado, 21 de diciembre de 2024

En San Francisco El Misterio de la Navidad no le anda a la zaga al de Santa Catalina.

ESTAMPA CAUDETANA

EN SAN FRANCISCO EL MISTERIO DE LA NAVIDAD NO LE ANDA A LA ZAGA AL DE SANTA CATALINA. 

Como cada año, Mariló y su gente, aquellos que forman el grupo que animan con sus canciones las eucaristías de domingos y fiestas en la parroquia de San Francisco, se pusieron "manos a la obra" estos días detrás y montaron el Belén, nunca más propiamente dicho, eso de montar el Belén.

Lo hicieron entre semana porque el domingo, después de la Eucaristía, no les dejaba tiempo suficiente para llevar a cabo la Gran obra que nos habla de la manifestación de Dios en la sencillez y humildad de un niño pequeñico.  Bien es verdad que, este Ñaco,  Niño pequeñico, al que se celebra, no es uno cualquiera aunque, él, viene a hacerse "como uno cualquiera",  sino que es su Hijo el Hijo de Dios, que toma nuestra capa humana en las entrañas purísimas de la Virgen Santísima, aquella muchachita de Nazaret que Dios escogió, preparó y adornó, como solo Él sabe hacerlo, para que así pudiera ser la digna Madre de su Hijo, ya que en el proyecto que tuvo en mente para restablecer las relaciones entre Él mismo y su ser más querido, el ser humano, se encontraba Ella como pieza imprescindible puesto que para hacerse hombre en la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, necesitaba el ámbito sacrosanto de las entrañas purísimas de una mujer y esta mujer fue precisamente la jovencita María.

En el misterio de la parroquia de San Francisco todo acontecía de la misma manera que en el de Santa Catalina salvo en una faceta. Mientras que en Santa Catalina, en la cueva donde recalaron María y José, por no tener sitio hábil en ninguna posada ni en ninguna de las casas de su parentela, el Niño Dios todavía no había venido, su estatuilla no se encontraba entre las estatuillas de la Virgen María, de San José, de la vaca y de la mula y en el Misterio de Belén en San Francisco, SÍ QUE ESTABA. Y eso provocó que una niñica que no levantaba Dos palmos del suelo, razón por la cual la había aupado su abuela para que lo viera todo, le dijera a su abuela poniéndola en un brete:

"Abu" cuando nace Jesusico no tenemos escuela y veo que sí que ha venido, que ya está en Belén porque le estoy viendo tumbadico en una cunita con pajas y yo tengo que ir mañana al cole.

Otros quehaceres me estaban esperando y me vi en la necesidad de salir pitando. Pero lo hice un tanto contrariado por no poder asistir a la CATEQUESIS MAGISTRAL que ya le estaba dando la abuela a la nieta con esas palabras amables, cariñosas, como son las que tienen reservadas las abuelas  para emplearlas con sus nietecitos  y que los calan hasta el fondo como esa agua de lluvia suave que empapa la tierra de labor.  

Contento estará San Francisco de Asís, aquel que se inventó este cuentecito plástico hecho realidad cada mes de diciembre, para transmitirnos su catequesis acerca de la Encarnación del Señor y que él no reducía sola y exclusivamente a los días litúrgicos de este tiempo, sino que lo tenía permanentemente delante de sí para profundizar en el hecho grandioso de LA ENCARNACIÓN DEL VERBO DE DIOS PADRE, De JESÚS. 

Sí, con toda certeza, el bueno de  San Francisco estará contento porque en la parroquia de la que es titular en esta Real Villa de Caudete, se viene viviendo el misterio desde el momento mismo el que fue instalado. Y, !en él! en el establo, ocupando su sitio entre las figuritas de la Virgen, su

Madre, de San José, de la vaca y de la mula, aparece Él.

Presumo que esa abuelita diría a su nieta algo parecido a esto: "Jesusito no espera a que llegue la celebración festiva de la Navidad, de su Navidad, para venir a nuestro corazóncico. Así que si miras con los ojitos del alma a tu corazoncito podrás contemplarle y verle allí acostadico como acostadico está en la cueva de Belén.

Allí se quedó la abuela con su nieta en brazos mientras yo iba en busca del coche para seguir desempeñando lo programado para el día. 

Recibe mi saludo, mis 


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

21.12.2024. Sábado. (C. 2.095)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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