ESTAMPA CAUDETANA.
LA PROPAGANDA.
Ayer por la tarde me dejaba caer por la Avenida de la Virgen de Gracia abajo con el fin de llegarme hasta la Glorieta de la Cruz para dirigirme, yendo por la avenida de la Libertad, a la Avenida de las Jornetas y, por ella, subir hasta la parroquia de Santa Catalina, y, al llegar a la altura del edificio que alberga al colegio que dirige la Institución Religiosa de las Hermanas del Amor de Dios, me sorprendió. Desde lo alto, pegada a la balaustrada que cierra una terraza, gritaba, a todos los vientos, una pancarta que hacía saber que, a lo largo de este mes de febrero, se abre el período de inscripción para solicitantes de plazas, para un nuevo curso, en Infantil, Primaria y Secundaria.
Fue verla y ¡Zas! como un flash aparecieron delante de la pantalla mis recuerdos aquellas tres décadas en las que ejerciera de profesor en las aulas del colegio que la A C d. P. (*) posee en Boadilla del Monte, a una veintena de kilómetros del centro de Madrid.
Allí también se anunciaba mediante grandes carteles y, también, a través de los más media de comunicación social que se abría el periodo de P PUERTAS ABIERTAS del centro para unos días determinados a la semana, generalmente sábados, con el fin de que los padres de los futuros alumnos pudieran conocer im situ y de primera mano, el centro al que podían llevar a sus hijos para que adquirieran una verdadera formación, a la vez que se colaboraba con ellos, con los padres, en la educación de sus hijos.
En aquellos días parte del profesorado, representantes de cada área, eran convocado para que hicieran de guías "cicerones" de los padres visitantes.
Solían ser muchos los padres que acudían a la llamada. Por lo que se hacían grupos que eran acompañados por un profesor en la visita a las instalaciones del centro educativo, sin dejarse una por abrir de par en par y, concluido el paseo "turístico", se reunían en uno de los salones para recibir las explicaciones pertinentes acerca de las líneas fuertes sobre las cuales o, a través de las cuales llevábamos a efecto la formación integral del alumnado, cada uno de los departamentos o seminarios.
Recuerdo que en algunas ocasiones me tocó a mí hacer, entre otros, de "cicerone" y explicar luego las líneas curriculares que se iban a poner en práctica al comienzo del curso desde el seminario de Religión-pastoral.
Y para concluir se les daba a conocer que, en las siete líneas que llevábamos adelante en el colegio, en cada uno de los cursos, no había muchas plazas libres por lo que si estaban decididos a llevar su chicos al colegio deberían proceder a solicitarlas con prontitud. Debido a ello, el día en que se abrían las inscripciones, los padres que estaban por la labor de matricular a sus hijos en aquel colegio, San Pablo CEU de Montepríncipe, guardaban cola desde altas horas de la madrugada para poder hacerse con la plaza para su pequeño.
Yo no sé si las Hermanas del Amor de Dios hacen otro tanto como creo que se sigue haciendo en aquel colegio, en el que yo trabajara tanto tiempo, pero lo que sí que nos anuncia la pancarta es que se han abierto ya las plazas para inscribir a los nuevos alumnos.
Espero que la pedagogía que aplica esa Institución Religiosa sea atractiva y muchos niños y jóvenes llamen a sus puertas solicitando plaza.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
13.2.2025. Jueves. (C. 2.148).
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
(*) Asociación Católica de Propagandistas