Cita en el Parque de la Virgen

ESTAMPA CAUDETANA.
CITA EN EL PARQUE DE LA VIRGEN.

  Ya corrían, "que se las pelaban", que diría mi madre, que gloria tiene, las manecillas del reloj buscando el equilibrio al marcar las 19,00 horas.
A medida que me acercaba al parque por el camino de la Virgen, se iba haciendo más notorio el murmullo hasta que, una vez encima, las conversaciones de los componentes de cada uno de los grupos sentados a una mesa corrida eran percibidas por mis oídos con toda nitidez.
Se habían acercado hasta el parque multitud de gentes del pueblo al filo del medio día, para asistir, como participantes o como jurados o como degustadores de los concursos de ajo, primero, y después de las paellas, concursos que se celebraron en el terreno que separa el parque de la carretera y, que, de ordinario, sirve de aparcamiento. A la hora de mi paso por allí ya no quedaba ni vestigio de que allí se hubieran cocido unas decenas de paellas. Solo los macrorecipientes dispuestos por el Ilmo. Ayuntamiento se encontraban hasta los topes de residuos.
Ya habían comenzado el día, (Lourdes, la guardesa del Santuario de la Virgen, me dijo que, a las siete de la mañana, la levantaron de la cama), que había puesto, con su llegada, un sol que se portó, todo hay que decirlo, de un modo fantástico.
Querían emularle unas brasas que echaban chispitas en la explanada este del Santuario, sobre las que habían dispuesto los especialistas en la cocción de gachamiga, sus sartenes porque, todavía el sol que suele pegar en Caudete, no estaba en plenitud de facultades ya que el calendario no nos ha permitido salir del invierno aunque, la verdad, más parece que estuviéramos en primavera, pero en una primavera muy avanzada.
- "¿Ahora vienes a por un plato de paella?, me dijo un feligrés, tocado con un sombrerito verde que uniformaba a todo o a casi todo el personal que pululaba por el parque. A estas horas lo que puedes hacer es merendar.
En ello estaban los distintos grupos. En algunas mesas se erguía el elemento que ejercía de aglutinador del grupo a esa hora de la tarde, la de la merienda. No era otro que UN JAMÓN que a todos se daba sin distinción de sexos y edades y, para los mayores, un vasico de vino de la Cooperativa de San Isidro que tan ricos caldos les saca a las uvas de los viñedos de los alrededores, de la tierra.
Todo un día de convivencia popular se estaba poniendo triste porque el sol se estaba retirando más allá de la Lázara dejando jirones de sombras que le arrancaban los pinos del parque a la luz que se iba dejando trás el sol, con prisas por llegarse a mi pueblo de Oropesa, al otro lado de la autonomía Castellano-Manchega, al Oeste.
Tras pasar un buen rato visitando a la Madre, la Virgen de Gracia y rezando las vísperas del día, Lourdes nos apercibe, a los que estábamos dentro, de que iba a cerrar el Santuario de la Patrona.
En el parque, siendo ya las 20,00 horas, solo quedaban unas personas que, bolsa de basura en mano, estaban "acicalándole", dejándole guapo.
La luna había tomado el testigo, nunca mejor dicho, que le había pasado el sol y así se veía a punto de llegar a la glorieta de La CRUZ, tal como la ves en la foto, pues tuvo a bien posar para mí. Se las había arreglado para mezclar la luz que le pasaba el sol con el azul profundo de un cielo limpio de celajes sedosos confeccionados con goticas de agua, ofreciéndonos unos rayos de luz vestiditos de azul marino brillante.

A la luz azulona de la luna caudetana, sale pitando a buscarte mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
18.3.2018. Lunes. P. Alfonso Herrera, O. C.

Así estaba de guapa, ayer tarde, Nuestra Madre y Patrona La VIRGEN DE GRACIA. Y San BLAS, también.

  Al volver a casa me topé con este cartel en la pared de la piscina municipal. Hoy se nos propone dar Vida, donando sangre.