ESTAMPA CAUDETANA.
EL TIESTO.
EL TIESTO.
SR. ALCALDE.
Hubo un tiempo en que las relaciones de España con la antigua URSS estuvieron congeladas, eran un duro bloque de hielo en el que se cuidaban mucho de poner la mano, ni en los deportes se compartía nada. Pero aquella glaciación, como las que tuvieron lugar a nivel terráqueo hace cuatrocientos mil años, se derritieron.
Los Túpolev rusos bajaban hasta Barajas varias veces por semana y lo mismo hacían nuestros aviones de Iberia posándose en Moscú.
Pues bien, en uno de esos aviones, no sé si en el Túpolev o en el de Iberia, voló un amigo mío para echar un vistazo, el que se permitía por entonces, pues la cosa no estaba, todavía, como para tirar cohetes. Cuando nos vimos a su vuelta me dijo:
- "Chico, lo que más me ha impresionado del viaje fue contemplar en el zoo a un lobo que compartía hábitat, no te lo vas a creer, con un cordero"
-"Anda allá, le dije, vete con esa trola a otro más crédulo que yo". Por la amistad y por cómo se le quedó el semblante al pobre, tuve que darle, con muchas reservas, crédito.
Pero hete aquí que, no mucho tiempo después, cayó en mis manos una revista especializada, ilustrada pormenorizadamente, en el tema en la que se explicaba el cómo los cuidadores del zoo moscovita llegaron a conseguir que un mismo espacio vital vivieran juntos UN LOBO Y UN CORDERO.
No tenía ningún misterio. Resulta que uno de los experimentos consistía en meterle al lobo, cada día, un corderito y, claro, el lobo daba cuenta de él. Pero cada día eran muchos días y muchos corderos y, al final el fiero animal, devastador por excelencia de los rebaños ovinos, terminó estragado, que diría Santa Teresa de Jesús, y, consecuentemente, aquel fiero animal, el lobo de las estepas siberianas, adoptó como ¿hermano?, compañero de encierro al corderito de aquel último día.
Mi amigo no me engaño. Lo que más le llamó la atención de su viaje por Moscú no fue La Plaza Roja, ni el Kremlin, ni la Catedral ni los museos, lo que más le impresionó fue ver compartir un reducido espacio vital a un lobo y a un corderito. ¡No me había engañado!
¿Por qué le cuento esta historia real, Sr. Alcalde?
Pues, ni más ni menos que, para que presente al pleno del Consistorio que Ud. preside la propuesta de la compra de 101 tiestos del estilo y forma como el que tuviera el que ha adornado la Plaza del Carmen durante este fin de semana de esa guisa, todo él desvencijado, roto, hecho pedazos.
Y por qué digo 101, pues lo hago empujado por aquel refrán tan nuestro que dice: "El que hace un cesto... hace ciento" (de lo que saben un montón Felipe Graciá y Juan Tecles, ambos esparteros que a lo largo de sus dilatadas vidas hicieron muchísimos cestos. Hoy miran al monte donde crece el esparto pero... ¡está ya tan lejos!, me decía Juan hace unos días) Y, como el quidam, él solo, por ser un forzudo, o acompañado por la banda, que hizo semejante barbaridad, empujado, posiblemente, por los efluvios de los vapores de unos alcoholes mal tamizados por su hígado o por la exaltación que producen tales ingestas, que no deja de tener responsabilidad por el acto incívico realizado, ya que "el empapado en alcohol pierde la vergüenza, pero no la razón" y amparado por la noche, llevó a efecto tal acción, es de esperar, como certifica el dicho, que llevará a efecto todo UN CIENTO. Por eso le pido que presente al Pleno Municipal la solicitud de 101 tiestos. Pues, un número aproximado, serían los corderos que se zampó el fiero lobo del zoo moscovita, hasta que le presentaron el 101 y, en vez de zampársele, le recibió como compañero de encierro, de pobre y terrible, situación vital.
Desde luego, Sr. Alcalde, cuando uno se salta las vallas de una convivencia ordenada y pacífica en una población tan alegre y amiga de la fiesta, como lo es Caudete... ¡Cómo se nota!
Ahí tiene la triste consecuencia. ¡Una pena!
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.3.2019. Martes. Hoy es San José. FELICIDADES A PADRES, PEPES Y PEPITAS.
Hubo un tiempo en que las relaciones de España con la antigua URSS estuvieron congeladas, eran un duro bloque de hielo en el que se cuidaban mucho de poner la mano, ni en los deportes se compartía nada. Pero aquella glaciación, como las que tuvieron lugar a nivel terráqueo hace cuatrocientos mil años, se derritieron.
Los Túpolev rusos bajaban hasta Barajas varias veces por semana y lo mismo hacían nuestros aviones de Iberia posándose en Moscú.
Pues bien, en uno de esos aviones, no sé si en el Túpolev o en el de Iberia, voló un amigo mío para echar un vistazo, el que se permitía por entonces, pues la cosa no estaba, todavía, como para tirar cohetes. Cuando nos vimos a su vuelta me dijo:
- "Chico, lo que más me ha impresionado del viaje fue contemplar en el zoo a un lobo que compartía hábitat, no te lo vas a creer, con un cordero"
-"Anda allá, le dije, vete con esa trola a otro más crédulo que yo". Por la amistad y por cómo se le quedó el semblante al pobre, tuve que darle, con muchas reservas, crédito.
Pero hete aquí que, no mucho tiempo después, cayó en mis manos una revista especializada, ilustrada pormenorizadamente, en el tema en la que se explicaba el cómo los cuidadores del zoo moscovita llegaron a conseguir que un mismo espacio vital vivieran juntos UN LOBO Y UN CORDERO.
No tenía ningún misterio. Resulta que uno de los experimentos consistía en meterle al lobo, cada día, un corderito y, claro, el lobo daba cuenta de él. Pero cada día eran muchos días y muchos corderos y, al final el fiero animal, devastador por excelencia de los rebaños ovinos, terminó estragado, que diría Santa Teresa de Jesús, y, consecuentemente, aquel fiero animal, el lobo de las estepas siberianas, adoptó como ¿hermano?, compañero de encierro al corderito de aquel último día.
Mi amigo no me engaño. Lo que más le llamó la atención de su viaje por Moscú no fue La Plaza Roja, ni el Kremlin, ni la Catedral ni los museos, lo que más le impresionó fue ver compartir un reducido espacio vital a un lobo y a un corderito. ¡No me había engañado!
¿Por qué le cuento esta historia real, Sr. Alcalde?
Pues, ni más ni menos que, para que presente al pleno del Consistorio que Ud. preside la propuesta de la compra de 101 tiestos del estilo y forma como el que tuviera el que ha adornado la Plaza del Carmen durante este fin de semana de esa guisa, todo él desvencijado, roto, hecho pedazos.
Y por qué digo 101, pues lo hago empujado por aquel refrán tan nuestro que dice: "El que hace un cesto... hace ciento" (de lo que saben un montón Felipe Graciá y Juan Tecles, ambos esparteros que a lo largo de sus dilatadas vidas hicieron muchísimos cestos. Hoy miran al monte donde crece el esparto pero... ¡está ya tan lejos!, me decía Juan hace unos días) Y, como el quidam, él solo, por ser un forzudo, o acompañado por la banda, que hizo semejante barbaridad, empujado, posiblemente, por los efluvios de los vapores de unos alcoholes mal tamizados por su hígado o por la exaltación que producen tales ingestas, que no deja de tener responsabilidad por el acto incívico realizado, ya que "el empapado en alcohol pierde la vergüenza, pero no la razón" y amparado por la noche, llevó a efecto tal acción, es de esperar, como certifica el dicho, que llevará a efecto todo UN CIENTO. Por eso le pido que presente al Pleno Municipal la solicitud de 101 tiestos. Pues, un número aproximado, serían los corderos que se zampó el fiero lobo del zoo moscovita, hasta que le presentaron el 101 y, en vez de zampársele, le recibió como compañero de encierro, de pobre y terrible, situación vital.
Desde luego, Sr. Alcalde, cuando uno se salta las vallas de una convivencia ordenada y pacífica en una población tan alegre y amiga de la fiesta, como lo es Caudete... ¡Cómo se nota!
Ahí tiene la triste consecuencia. ¡Una pena!
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.3.2019. Martes. Hoy es San José. FELICIDADES A PADRES, PEPES Y PEPITAS.
P. Alfonso Herrera, Orden Carmelita
Que pena. Hemos llegao a un punto que se a perdido el respeto y las formas y así nos va. Así que ya puede el Ayuntamiento esforzarse en que el pueblo este arreglado y bien . Que vienen los del turno de noche y se esfuerzan a destrozarlo.Una lastima . Buen día de San José para todos.
ResponderEliminarLa pena que produce ese vandalismo nocturno. ...Se evapora ante la maestría de tu artículo. Es asombrosa la fusión de unas anécdotas con otras ...y simpática petición al Sr Alcalde. Gracias por estos agradables buenos días. Felicidades por el Patrón del convento. A pasar un alegre día de San José.
ResponderEliminarMuy buenos días P.Alfonso, gracias a sus conocimientos siempre aprendemos algo de usted, este vandalismo que tenemos en Caudete es indignante , parece que no les gusta que tengamos algo bonito, ( falta una mano muy dura).Que tenga un buen día de San José.
ResponderEliminarGracias por amenizar ,con esa curiosa historia rusa,la gamberrada de turno que ha acaecido en la plaza del Carmen.Esto es el colmo,nos estamos quedando sin valores,todo vale.Haber que le parece su propuesta al señor alcalde.Buenos días nos dé Dios P.Alfonso,tambien en el día de San José!!
ResponderEliminarSe me ha pasado comentar, la primera foto tan entrañable San José enseñando a Jesús el oficio de carpintero, muy bonita.
ResponderEliminarBuenos ,días, P,Alfonso,el gamberrismo de la joventud es incontrolable claro no todos los jovenes son iguales ,lo de esta noche es querer hacer mal y Caudete que no este arreglado ,ya se puede poner el ayuntamiento manos a la abra,feliz dia de San Jose,
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