ESTAMPA CAUDETANA.
LAS TRES AMIGAS.
LAS TRES AMIGAS.
Sé que una es ANA MARÍA DEL ROSARIO (conocida como Rosarín, la Molinera) (*),
la que aparece a la izquierda según miras la fotografía.
Parmenas, ya sabes, el filósofo griego que filosofaba acerca del discurrir del tiempo y afirmaba, muy seguro, que los hechos pasados vuelven como en un círculo. Tuvo un colega, un tal Heráclito, que afirmaba, lo lógico, lo contrario, el «panta rei», esto es, que todo pasa, fluye, como el agua de un río. Yo estoy convencido de que Heráclito tenía razón pero se me ha colado por el WhatshApp una foto con una instantánea que pone delante de los ojos, a través de esas tres chicas, un día agradable, de fiesta.
Contemplando a las chicas de la foto, tan risueñas, tan vestidas de domingo, nos está hablando de ello.
Las mocicas tomaron por asalto una moto que, según referencias, pertenecía a un tal Paco que con ella «fardaba», hermano de la chica de la izquierda, ANA MARÍA DEL ROSARIO, y se dijeron:
-«Es una linda ocasión para inmortalizar nuestra AMISTAD». AMISTAD que unía a aquellas tres beldades caudetanas que, al comenzar el paseo de La Virgen de Gracia, frente a Villa Isabel, cuando, detrás de la pared que les sirve de fondo, no reinaba, todavía, PEPA PIG y que, posiblemente, con motivo de las fiestas de Moros y Cristianos en honor de la VIRGEN MADRE MARÍA DE GRACIA, vestidas a la moda de aquel entonces, lucían alegres toda una envidiable, por lo sana, juventud, que, como parte de un pueblo en el que habían desaparecido ya los desencuentros causados por una guerra que se inició a causa de hechos muy desgraciados, y que tuvo lugar uno o dos lustros antes. Lanzado ya, el país, y por ende el pueblo de Caudete, en busca de una estabilidad envidiable, todavía recordada, esas tres mujeres, iconos de una juventud maravillosa que ponía su encanto en aquella generación de posguerra, y hacían lo propio con su encanto en las populares fiestas de un pueblo próspero, con la prosperidad que le daba la tierra de la que sacaban fruto en cereal, uvas y vino, almendras, aceitunas y aceite, frutas y hasta de los cardos que crecían en su predio, sacaban su aquel, recolectando y manufacturando el CARDÓN del que se servirán los telares catalanes para cardar las lanas de los rebaños de ovejas de La Meseta para confeccionar las piezas de tela que habrían de poner primorosas a las mujeres, también a los hombres, de una nación con empaque, que era aquella España de mi niñez.
Parmenas, ya sabes, el filósofo griego que filosofaba acerca del discurrir del tiempo y afirmaba, muy seguro, que los hechos pasados vuelven como en un círculo. Tuvo un colega, un tal Heráclito, que afirmaba, lo lógico, lo contrario, el «panta rei», esto es, que todo pasa, fluye, como el agua de un río. Yo estoy convencido de que Heráclito tenía razón pero se me ha colado por el WhatshApp una foto con una instantánea que pone delante de los ojos, a través de esas tres chicas, un día agradable, de fiesta.
Contemplando a las chicas de la foto, tan risueñas, tan vestidas de domingo, nos está hablando de ello.
Las mocicas tomaron por asalto una moto que, según referencias, pertenecía a un tal Paco que con ella «fardaba», hermano de la chica de la izquierda, ANA MARÍA DEL ROSARIO, y se dijeron:
-«Es una linda ocasión para inmortalizar nuestra AMISTAD». AMISTAD que unía a aquellas tres beldades caudetanas que, al comenzar el paseo de La Virgen de Gracia, frente a Villa Isabel, cuando, detrás de la pared que les sirve de fondo, no reinaba, todavía, PEPA PIG y que, posiblemente, con motivo de las fiestas de Moros y Cristianos en honor de la VIRGEN MADRE MARÍA DE GRACIA, vestidas a la moda de aquel entonces, lucían alegres toda una envidiable, por lo sana, juventud, que, como parte de un pueblo en el que habían desaparecido ya los desencuentros causados por una guerra que se inició a causa de hechos muy desgraciados, y que tuvo lugar uno o dos lustros antes. Lanzado ya, el país, y por ende el pueblo de Caudete, en busca de una estabilidad envidiable, todavía recordada, esas tres mujeres, iconos de una juventud maravillosa que ponía su encanto en aquella generación de posguerra, y hacían lo propio con su encanto en las populares fiestas de un pueblo próspero, con la prosperidad que le daba la tierra de la que sacaban fruto en cereal, uvas y vino, almendras, aceitunas y aceite, frutas y hasta de los cardos que crecían en su predio, sacaban su aquel, recolectando y manufacturando el CARDÓN del que se servirán los telares catalanes para cardar las lanas de los rebaños de ovejas de La Meseta para confeccionar las piezas de tela que habrían de poner primorosas a las mujeres, también a los hombres, de una nación con empaque, que era aquella España de mi niñez.
Hoy son ellas, las tres guapas caudetanas de tiempos arduos, Ana María del Rosario y sus dos amigas, las que te llevan mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
22.4.2019. LUNES DE PASCUA. FIESTA EN CAUDETE. P. Alfonso Herrera, O. Carm.
(Luego, con el tiempo, llegaría a ser la madre del que pone guapos a los árboles de hoy, Paco, conocido como el nieto de Bienvenido o como Paquito el molinero)
Te presento a Pepa Pig
Estupenda forma de hacerte presente este lunes pascual....con esas chicas haciendo alarde de su juventud amistosa.
ResponderEliminarLo de Pepa pig.... extraordinaria... impresionante....
Un feliz día de lunes,Padre.
Muy buenos días P. Alfonso, hoy nos trae el recuerdo de las fotos de antes que, que las amigas solíamos hacernos en las motos y sobretodo en la vespa de Jaime el retratista. Como ha cambiado todo!! Ahora Villa Isabel es el punto de fotografía con su famosa Pepa , pues yo creo que no hay forastero o del pueblo que pase por ahí y no la tenga grabada en su móvil. Que pase un buen lunes de Pascuas.
ResponderEliminarBuen reportaje pascuero y festivo el de hoy.Se nota que soy del barrio ,no conozco a la tal Pepa Pig,no son calles por las que pasó a menudo,y menos a pie,tendré que acercarme a Villa lsabel a conocer al personaje en cuestion.Muchas gracias por contarnos estás
ResponderEliminarCositas .Que tenga una buena tarde de "mona" que decimos en Caudete,P.Alfonso.