ESTAMPA CAUDETANA.
EL REAL DE CAUDETE.
EL REAL DE CAUDETE.
No llegó con vida al hospital de Albacete. Había tenido un percance cardíaco y
la ambulancia no puedo llegar a tiempo para que le sacaran del paro cardíaco
que había padecido un vecino de Caudete.
El párroco me adjudicó la presidencia del funeral de córpore insepulto a las 11,30 del día siguiente. Y, como es costumbre, tras la celebración de la Eucaristía de las 19:30 en Santa Catalina y de llevar la comunión a Don Antonio y a su hermana Josefina, que andan pachuchillos, emprendí el camino que lleva hasta el tanatorio con el fin de rezar un responso por el eterno descanso del hermano difunto.
A poco de salir de la calle Santísimo Sacramento tiraba carretera arriba, cuando me topé con Paco Vila que, según el decir del P. Ángel, es buena gente, muy buena. Andaba, manguera en mano, regando su huerto (Ahí le tienes regando sus patatas), lo único que queda productivo en lo que antaño fuera el REAL, lugar dónde se cosechaban abundantes y pingües cosechas de cereales, según noticias que nos han llegado gracias a los pinceles de pintores de este pueblo entre los que se encuentra, como te decía ayer, Pedro Torres Cotarelo.
Nos presentamos.
Enseguida me dijo:
-«Tú no eres de por aquí».
-«Cierto, soy del otro lado de la Autonomía, de Oropesa de Toledo».
-«Lo conozco, me dijo, he estado muchas veces por allí».
Charlamos largo y tendido sobre las plantas y sobre la respuesta que éstas dan al cuidado que se les presta y lo agradecidas que son. Se percibía lo bien que lo estaba pasando Paco disfrutando de su huerta la calurosa tarde del domingo pasado.
¡Qué envidia me daba!
-«Aquí paso muy buenos ratos, me decía».
En la huerta tenía plantadas hortalizas variadas, hasta alcanciles floridos había, también unas vides. Matas de margaritas y malvas reales separaban la huerta de la carretera. Mis hortalizas, me decía Paco, ¡todas ecológicas! Esta tierra no tiene nada de química, sólo tienen un poco de abono de gallina «matado» para que no las queme. Además, no le pongo abono de oveja y cabra porque trae muchas semillas y me llamarían toda la huerta de hierbajos.
Cuando me paré a hablar con él estaba regando unas patatas y yo le dije:
-«Paco, el dicho afirma que «la patata solo requiere agua dos veces: una, para sembrarla y otra para cocerla» y veo que tú estás regando los dos surcos que tienes plantados.
-«Sí, las estoy echando un poco de agua para que este calor tan grande que estamos teniendo (hace un rato teníamos 38°) no las arrebate. Este año he gastado poco agua porque las tormentas de Semana Santa descargaron bastante agua por ahí arriba y toda ha venido a meterse en el huerto».
Sí, la tarde del domingo, cuando el sol, coronada la Lázara, descendía ladera abajo en busca del ocaso, Paco Vila andaba con manguera mano regando su huerto, lo único que queda productivo en el descampado en el que, todavía, no se han cavado los cimientos de nuevas construcciones en lo que, antaño, fuera EL REAL.
Allí le dejé, en su huerta, como una más de sus plantas, mientras el sol seguía vistiendo de domingo
El párroco me adjudicó la presidencia del funeral de córpore insepulto a las 11,30 del día siguiente. Y, como es costumbre, tras la celebración de la Eucaristía de las 19:30 en Santa Catalina y de llevar la comunión a Don Antonio y a su hermana Josefina, que andan pachuchillos, emprendí el camino que lleva hasta el tanatorio con el fin de rezar un responso por el eterno descanso del hermano difunto.
A poco de salir de la calle Santísimo Sacramento tiraba carretera arriba, cuando me topé con Paco Vila que, según el decir del P. Ángel, es buena gente, muy buena. Andaba, manguera en mano, regando su huerto (Ahí le tienes regando sus patatas), lo único que queda productivo en lo que antaño fuera el REAL, lugar dónde se cosechaban abundantes y pingües cosechas de cereales, según noticias que nos han llegado gracias a los pinceles de pintores de este pueblo entre los que se encuentra, como te decía ayer, Pedro Torres Cotarelo.
Nos presentamos.
Enseguida me dijo:
-«Tú no eres de por aquí».
-«Cierto, soy del otro lado de la Autonomía, de Oropesa de Toledo».
-«Lo conozco, me dijo, he estado muchas veces por allí».
Charlamos largo y tendido sobre las plantas y sobre la respuesta que éstas dan al cuidado que se les presta y lo agradecidas que son. Se percibía lo bien que lo estaba pasando Paco disfrutando de su huerta la calurosa tarde del domingo pasado.
¡Qué envidia me daba!
-«Aquí paso muy buenos ratos, me decía».
En la huerta tenía plantadas hortalizas variadas, hasta alcanciles floridos había, también unas vides. Matas de margaritas y malvas reales separaban la huerta de la carretera. Mis hortalizas, me decía Paco, ¡todas ecológicas! Esta tierra no tiene nada de química, sólo tienen un poco de abono de gallina «matado» para que no las queme. Además, no le pongo abono de oveja y cabra porque trae muchas semillas y me llamarían toda la huerta de hierbajos.
Cuando me paré a hablar con él estaba regando unas patatas y yo le dije:
-«Paco, el dicho afirma que «la patata solo requiere agua dos veces: una, para sembrarla y otra para cocerla» y veo que tú estás regando los dos surcos que tienes plantados.
-«Sí, las estoy echando un poco de agua para que este calor tan grande que estamos teniendo (hace un rato teníamos 38°) no las arrebate. Este año he gastado poco agua porque las tormentas de Semana Santa descargaron bastante agua por ahí arriba y toda ha venido a meterse en el huerto».
Sí, la tarde del domingo, cuando el sol, coronada la Lázara, descendía ladera abajo en busca del ocaso, Paco Vila andaba con manguera mano regando su huerto, lo único que queda productivo en el descampado en el que, todavía, no se han cavado los cimientos de nuevas construcciones en lo que, antaño, fuera EL REAL.
Allí le dejé, en su huerta, como una más de sus plantas, mientras el sol seguía vistiendo de domingo
las lomas del «BARRANCO DE LAS FUENTES», así me dijo que llamaban por
aquí a la serranía que impedía ver la curvatura del horizonte allá a lo lejos.
Cuando volví de rezar el responso por el difunto con el que pedí a Dios, en unión de su viuda y allegados, la PAZ PEREMNE, todavía me encontré trasteando en su huerto al bueno de Paco Vila que tuvo a bien ofrecerme su casa, desde la que se veía el huerto, para lo que gustara.
Cuando llegué a casa y le conté al P. Ángel mi quehacer de la tarde me preguntó:
-«¿Sabes por qué se llama a esa zona EL REAL?»
-«Pues, mira, no».
-«Se llama así desde muy antiguo y siempre se llamó así desde los tiempos en que JAIME I iba empujando a la morería para el sur. Caudete, entonces, era frontero y los reconquistadores fueron los que construyeron el castillo de Caudete esa zona, extramuros del pueblo, fue donde las huestes del ejército cristiano montaron su campamento y esa es la razón por la que, a esa parte del pueblo, se la conoce con el nombre de EL REAL, nombre que nunca perdió cuando, las distintas formaciones políticas, que accedieron al gobierno municipal, decidieron borrar, del presente histórico, el nombre que otros habían dado a las calles y lugares del municipio.
Muchos de los soldados del rey tuvieron que padecer fuertes resfriados o gripe o pulmonía que, sin duda alguna mermarían su número. La razón no era otra que, hasta allí, llegaba un vientecico proveniente de Yecla, por entonces bajo el dominio moro, al que, en esta parte cristiana, se le denominaba con el nombre de MORISCO, seguía diciéndome el P. Ángel. Todavía hoy así se le llama, MORISCO, a ese viento fresco que nos manda el vecino pueblo murciano de Yecla. ¿Será porque siguen teniéndonos hoy, a pesar de haber pasado tanto tiempo, inquina los autollamados «ESTRANJEROS» (*), los naturales de Yecla?
Con el vientecico Morisco que sopla por EL REAL y se mete por las calles de CAUDETE, sale volando a buscarte, mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.6.2019. Martes. P. Alfonso Herrera, O. Carm.
(*) Otro día, que venga a cuento, te contaré la razón por la que a los yeclanos, les llaman «EXTRANJEROS» por estos pagos.
Cuando volví de rezar el responso por el difunto con el que pedí a Dios, en unión de su viuda y allegados, la PAZ PEREMNE, todavía me encontré trasteando en su huerto al bueno de Paco Vila que tuvo a bien ofrecerme su casa, desde la que se veía el huerto, para lo que gustara.
Cuando llegué a casa y le conté al P. Ángel mi quehacer de la tarde me preguntó:
-«¿Sabes por qué se llama a esa zona EL REAL?»
-«Pues, mira, no».
-«Se llama así desde muy antiguo y siempre se llamó así desde los tiempos en que JAIME I iba empujando a la morería para el sur. Caudete, entonces, era frontero y los reconquistadores fueron los que construyeron el castillo de Caudete esa zona, extramuros del pueblo, fue donde las huestes del ejército cristiano montaron su campamento y esa es la razón por la que, a esa parte del pueblo, se la conoce con el nombre de EL REAL, nombre que nunca perdió cuando, las distintas formaciones políticas, que accedieron al gobierno municipal, decidieron borrar, del presente histórico, el nombre que otros habían dado a las calles y lugares del municipio.
Muchos de los soldados del rey tuvieron que padecer fuertes resfriados o gripe o pulmonía que, sin duda alguna mermarían su número. La razón no era otra que, hasta allí, llegaba un vientecico proveniente de Yecla, por entonces bajo el dominio moro, al que, en esta parte cristiana, se le denominaba con el nombre de MORISCO, seguía diciéndome el P. Ángel. Todavía hoy así se le llama, MORISCO, a ese viento fresco que nos manda el vecino pueblo murciano de Yecla. ¿Será porque siguen teniéndonos hoy, a pesar de haber pasado tanto tiempo, inquina los autollamados «ESTRANJEROS» (*), los naturales de Yecla?
Con el vientecico Morisco que sopla por EL REAL y se mete por las calles de CAUDETE, sale volando a buscarte, mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
5.6.2019. Martes. P. Alfonso Herrera, O. Carm.
(*) Otro día, que venga a cuento, te contaré la razón por la que a los yeclanos, les llaman «EXTRANJEROS» por estos pagos.
Interesantes explicaciones históricas,agrícolas y pastorales.
ResponderEliminarTienes un verdadero arte para recoger lo que ves y vives.
Gracias por todo ello.
También por las ilustrativas fotos.
Un genial miércoles,Padre.
Tiene gracia,que tenga que contarme un "forastero" oriundo de Oropesa,los entresijos de las historias de Caudete y muy bien contadas por cierto.Muchas gracias por ello P.Alfonso,que sea un buen miércoles para usted!!!
ResponderEliminarMuy buenos días y más fresquitos,P.Alfonso, muy simpáticos y gracioso lo que usted nos cuenta hoy .He oído el aire mosisco, pero no sabia su procedencia muchas gracias por recordarnos nuestra historia y poder aprender de usted sin ser de aquí. Que tenga un buen día airoso.
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