DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA.
EL ÁNGEL DE LA GUARDA.
EL ÁNGEL DE LA GUARDA.
Que hay ángeles es una realidad. La Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, está salpicada de citas de actuaciones de Ángeles. El mismo Jesús habla de ellos en bastantes ocasiones. Por ejemplo, en aquella ocasión en que apercibió a sus oyentes acerca de a ver cómo se portaban con los niños, «ojito con escandalizarlos y hacerles daño, porque sus ángeles están en el cielo viendo el rostro de Dios». (Mt.18,10)
No sabemos cómo son. Las realidades del otro lado de la existencia no tienen traducción a este lado. Sabemos que será LO TODO OTRO, lo jamás pensado y, ni siquiera, imaginado. No tiene ninguna posibilidad nuestro cerebro de darles entidad empírica, se le escapan por entre sus seis lóbulos, le es imposible diseccionarlos. No nos podemos acercar hasta ellos con los medios que tenemos a nuestro alcance, sólo desde la fe. Sólo podemos imaginárnoslos, de lejos, y darles entidad con signos, símbolos, ejemplos o a base de comparaciones y parábolas.
Ayer, día mundial de la mujer, una mujer amiga, Sofía, no la reina madre aunque, ¿por qué no?, bien podría serlo. Es mujer y jovencita y «trabajadora» (no sé si dejó ayer su sitio en el corazón de la empresa, donde trabaja en igualdad de condiciones con sus colegas masculinos, vacío o si estuvo haciendo latir el corazón de la misma desde las oficinas centrales sitas en Madrid). Sí te puedo decir que, al medio día, en su tiempo para comer, 13,25, encontró un rato para enviarme una fotografía con una instantánea tomada de la naturaleza en la que yo, mira por donde, he visto a UN ÁNGEL, un ÁNGEL DE LA GUARDA que, al mismo tiempo es imagen de cualquiera de esas mujeres que, aún siendo su día para reivindicar, lo hacían, claro, pero desde su puesto de trabajo en el hogar o en la oficina o en la fábrica o en la universidad o en el hospital o... en la rama de un árbol amparando a sus hijuelos. Sí, a mí, al contemplar la imagen, me vino como un flash, se me borró todo, solos ella y sus pollitos, y me dije, es la misma imagen del ÁNGEL DE LA GUARDA, es la misma imagen de toda MUJER. Protector, él, protectora, ella. Como una madre amante, él, como una madre amantísima, ella.
Ya tenía traducido a cómo vemos aquí abajo, a este lado de la existencia lo que es UN ÁNGEL DE LA GUARDA y, de paso, la imagen más hermosa que confirma, lo que llena de sentido, a las mil maravillas, lo que es una MUJER (pienso en aquella mujer, en mi madre). Una sencilla imagen, una madre pájaro subida en una rama hasta donde se aventuraron fuera del nido cercano sus dos pollitos, a los que ampara con sus alas, librándoles de todo peligro.
Hoy mi Ángel de la Guarda habla con el tuyo y le encarga que te deje mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
9.3.2018 Viernes. P. Alfonso Herrera. O.C.
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