ESTAMPA CONVENTUAL.
LA FLOR DEL AGUA Y EL NARANJITO.
LA FLOR DEL AGUA Y EL NARANJITO.
- Al suroeste del claustro barroco del s. XVII DEL CONVENTO DE SAN JOSÉ, en el
rincón que hace esquina y donde no pega el sol, tan puesto él, como un alférez
con uniforme de gala, en estos días de ola de calor. Comparten espacio vital,
conviven perfectamente integrados en buena vecindad, dos tiestos y, en ellos,
ya lo ves, un naranjito, tiene su nombre científico pero no me acuerdo en este
momento y tampoco me encuentro con ganas de ir a buscarle y, en el otro tiesto
un montón de bulbos que sacan para que se luzcan unas flores que parecen hechas
de terciopelo por lo finitas y suaves y por los colores tan bonitos con que se
visten que son, "diríase, con palabras de Juan Ramón Jiménez
dirigidas a Platero, de algodón". Estas que ves no son de la primera floración, es la segunda,
pero míralas, salen con la misma fuerza que lo hicieron sus hermanas, las
primerizas.
- Son tan prolíficas que he tenido que aligerarlas de cuando en cuando, porque los bulbos, buscando sitio, se salían del tiesto. Y como no soy amigo de tirar ninguno de ellos, van medrando y conquistando nuevos emplazamientos en otros tiestos y jardineras cuando no, viajando lejos, como les ocurrió a unos cuantos que regalé a un antiguo compañero de fatigas colegiales celosísimo de su cometido, él dictaba clases de matemáticas ¡hasta en los recreos y en parte del horario de aquel profesor que le seguía en el horario!. Muchas veces el pagano era yo:
- -"Vamos Félix que ya hace rato que tocó el timbre", le apercibía yo desde la puerta.
- - "Padre, déjame dos minutos para escribir en el encerado unos problemas para mañana", me decía.
- -"Vamos Félix que no voy a poder completar la programación"
- Y Félix seguía y seguía. No escuchaba. Vamos como si predicara uno en el desierto. ¡Lo mismito!
- Pues bien no hace muchos días me mandó la fotografía de una de las flores de aquellos bulbos que le regalara, ya hace muchos años y ¡cómo no!. Era ¡una preciosidad!
- -"Mira la flor de agua de aquellos bulbos que me regalaste", me escribía como pie de foto de la linda FLOR DE AGUA que luce en uno de los tiestos de su jardín en la Urbanización Los Pinos de Olías del Rey (Toledo), al ladito mismo de donde posee su "cábila", con muralla y torres de vigilancia, el que, en otro tiempo, fuera Presidente de la Autonomía Castellano Manchega, Sr. Bono.
- A su lado el naranjito. Me lo regaló una buena amiga. Se le trajo a Madrid desde San Pedro de Alcántara, ya sabes, más allá de Marbella, camino del Peñón que nos tienen secuestrado los súbditos de su "graciosa" majestad la reina inglesa. No tiene envidia a su vecina LA FLOR DE AGUA. Ella, según su naturaleza, se cuelga los frutos de su azahar particular, las naranjitas enanas que amargan más que la hiel. Gracias María Eugenia.
- Son tan prolíficas que he tenido que aligerarlas de cuando en cuando, porque los bulbos, buscando sitio, se salían del tiesto. Y como no soy amigo de tirar ninguno de ellos, van medrando y conquistando nuevos emplazamientos en otros tiestos y jardineras cuando no, viajando lejos, como les ocurrió a unos cuantos que regalé a un antiguo compañero de fatigas colegiales celosísimo de su cometido, él dictaba clases de matemáticas ¡hasta en los recreos y en parte del horario de aquel profesor que le seguía en el horario!. Muchas veces el pagano era yo:
- -"Vamos Félix que ya hace rato que tocó el timbre", le apercibía yo desde la puerta.
- - "Padre, déjame dos minutos para escribir en el encerado unos problemas para mañana", me decía.
- -"Vamos Félix que no voy a poder completar la programación"
- Y Félix seguía y seguía. No escuchaba. Vamos como si predicara uno en el desierto. ¡Lo mismito!
- Pues bien no hace muchos días me mandó la fotografía de una de las flores de aquellos bulbos que le regalara, ya hace muchos años y ¡cómo no!. Era ¡una preciosidad!
- -"Mira la flor de agua de aquellos bulbos que me regalaste", me escribía como pie de foto de la linda FLOR DE AGUA que luce en uno de los tiestos de su jardín en la Urbanización Los Pinos de Olías del Rey (Toledo), al ladito mismo de donde posee su "cábila", con muralla y torres de vigilancia, el que, en otro tiempo, fuera Presidente de la Autonomía Castellano Manchega, Sr. Bono.
- A su lado el naranjito. Me lo regaló una buena amiga. Se le trajo a Madrid desde San Pedro de Alcántara, ya sabes, más allá de Marbella, camino del Peñón que nos tienen secuestrado los súbditos de su "graciosa" majestad la reina inglesa. No tiene envidia a su vecina LA FLOR DE AGUA. Ella, según su naturaleza, se cuelga los frutos de su azahar particular, las naranjitas enanas que amargan más que la hiel. Gracias María Eugenia.
- Ellas, las FLORES DE AGUA y las NARANJITAS tiran del carro que te acerca hoy mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
17.8.2018. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.
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