viernes, 26 de octubre de 2018

El Juego de los Adolescentes


ESTAMPA FORÁNEA.
EL JUEGO DE LOS ADOLESCENTES.

Hacía un buen rato que habían dejado en silencio al IES de El Campello. Solo el batallón de limpieza se encontraba dentro poniendo orden en las aulas que mañana, hoy, los volverán a recibir.
Pero, ayer, antes de que la cena humeara en los platos dispuestos en la mesa del comedor de sus respectivas casas, siete mozalbetes se habían bajado directamente desde el centro escolar a la playa. Cuando acerté a pasar por allí me llamó poderosísimamente la atención que no estuvieran en grupo encadenados por las gruesas argollas de una cadena invisible, la de los móviles servidores de las redes sociales. Me llamó de modo especialísimo que hubieran conformado un grupo homogéneo llevando adelante una actividad que me retrotraía a los tiempos de mi infancia en que, nosotros, no esperábamos de un modo pasivo la llegada de sus Majestades del Oriente porque, nosotros, la chiquillería de mi barrio, poníamos en marcha nuestras dotes de artistas y nos confeccionábamos nuestros propios juguetes. Hoy he gozado de verdad al ver a estos siete adolescentes libres de las ataduras de la electrónica   disfrutando "como enanos" con una simple boya de pescadores que habrían depositado las olas en la playa de San Vicent.
Los siete chavalotes iban a lo suyo. Los que paseábamos de un lado a otro por el paseo de la mar o, simplemente, se encontraban sentados mirando a la mar y recibiendo de ella una brisa cargadita de yodo, no les preocupábamos lo más mínimo.
Los chavales habían medioenterrado en la arena de la playa la mencionada boya y, tomando carrerilla, como si estuvieran en un pabellón deportivo de atletismo, botaban sobre la boya y con la fuerza recibida del impulso otorgado por ella, daban una o dos vueltas de campana y caían de pie a unos metros en la arena de la playa.
Aunque ellos estaban a lo suyo, los espectadores no perdíamos detalle y los aplausos sonaban calurosamente cuando los chavales daban su salto,  aunque éste no fuera óptimo del todo.
Ayer por la tarde disfruté a base de bien contemplando a ese puñadito de chavalicos, saltarines en la playa,  porque no están sujetos por ataduras electrónicas, porque disfrutan en libertad haciendo del deporte un juego.
Sí, podemos tener la seguridad de que, no tardando mucho, ¡Tendremos  medallistas en próximas confrontaciones deportivas y juegos olímpicos!

Emulando a los adolescentes de la playa de El Campello, sale brincando en tu busca mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

26.10.2018. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.

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