martes, 13 de noviembre de 2018

Félix


ESTAMPA FORÁNEA
FÉLIX.
 Con todos los permisos otorgados por la flamante abuela de nombre FELICIDAD, te presento a FÉLIX.
Me llamó poderosamente la atención la melena del muchachico y, enseguida, vino a mi memoria aquel dicho de mi madre:
"Hoy, en día vienen los niños al mundo con melena y zapatos con tacones".
Mi madre era requerida con mucha frecuencia, por no decir siempre, por aquellas mujeres que, en mi barrio del pueblo, y más allá de él, se ponían de parto, la llamaban para que las atendiera en el trance, porque para eso de ayudar a entrar a los niños en el mundo era única, no está bien que lo diga yo, su hijo, pero lo digo ¿Quién lo va a decir si no? No tuvieron problemas nunca, ni los neonatos, ni sus madres. Y es que tenía un don para hacerse con la parturienta que, cualquier otro problema dejaba de serlo y, así, no pasaba mucho tiempo, y ya veíamos a los niños gateando por la calle.
Pues, bien, en mi quehacer de ayer en el hospital, me fue presentado FÉLIX que había nacido el sábado y que ayer por la tarde, me dijo la abuela Felicidad, le iban a dar permiso para corretear por el mundo fuera del hospital, ahora, de la mano de Félix, su padre y de María, su madre. Y, tras ejercer de padres y de pasarlo bien, le entregarán al mundo o, mejor, le entregarán el mundo a él para que haga carrera, su carrera, para la que le ha dotado Dios la vida.
¿Te has fijado en la melena? No tiene dos días completos y ya ha pedido hora en la peluquería dando la razón a mi madre.
La abuela le había sacado de la habitación que compartía con su mamá para que el sol de La Mancha le sacara los colorcitos con los que había venido a este mundo y que, hasta el momento, los tenía bien guardaditos.
Le pedí permiso para sacarle un primer plano de esa preciosa melenita con que había venido a este mundo y la buena señora, fuera de si de felicidad, con la baba cayéndole por las comisuras de los labios me dijo:
- "De ninguna manera. Póngase aquí y sáquele la carita", me pedía, mientras le bajaba un poquito el embozo.
¿Quién no hace caso a una abuela?
Se hizo a un lado favoreciéndome la faena y, cuando le enseñé la foto exclamó.
- ¡Es guapo mi FÉLIX!
- Sí que lo es, señora. ¡Es guapísimo! Mi felicitación a los papás y, por supuesto, para Ud., Felicidad, la abuela más dichosa del mundo, también.
Debía seguir con mi cometido y allí quedó la abuela parloteando como parlotea una abuela empeñada en que su nieto recién nacido la escuche y... la entienda, allí en lo hondo de su sueño. Pero FÉLIX estaba a lo suyo, a dormir, porque el "rorro" estaba bien alimentado que es la otra cosa que le preocupa a todo bebé recién nacido.

Tocado por la alegría de la abuela primeriza, como primeriza ha sido su hija, va hasta ti, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
13.11.2018. Martes. P. Alfonso Herrera, O. C.

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