EL MERCADILLO NAVIDEÑO.
Estaba anunciado. Primero encenderían el árbol del barrio de San Francisco levantado en la Avda. de San Jaime. Luego la Corporación municipal se trasladaría a la Plaza Nueva donde dejarían encendidico el arbolico allí plantado y, luego, a paso ligero, subieron hasta la Plaza de la Iglesia, totálmente desconocida pues la habían "cubieto, a toda ella", con toldos. Una empresa alicantina lo dispuso todo. En sus laterales, estans ocupados por tiendas del pueblo para llevar a cabo la celebración del primer mercadillo de Navidad.
Parece ser que el Consistorio se ha devanado los sesos y: "PRETENDEMOS QUE LA GENTE DEL PUEBLO SE RELACIONE", me decía el martes el Edil del Pueblo, Don Moisés López, que se encontraba supervisando la marcha de la colocación de los toldos que cobijarán durante tres días (14,15 y 16) el mercadillo y, en el transcurso del mismo, la interrelación de las gentes del lugar. Vamos, que el fin del MERCADILLO DE NAVIDAD, no tiene otro que fomentar el encuentro de los habitantes del pueblo y, si de paso, se da la transacción comercial... "miel sobre hojuelas". Una más de las ocasiones festivo comunitarias con que cuenta este pueblo a lo largo del año. Porque, sí, Caudete cuenta con multitud de ocasiones festivas donde la multitud se interrelaciona efusivamente. Pero, mira, es una idea del Ayuntamiento que, a mí, me ha ha parecido bien y me ha gustado un montón.
El rezo de las Vísperas y la celebración de la Eucaristía se habían ido un poquitín más allá de las 20,00 horas. Contaba con que la municipalidad se retrasara un poquito, y, así, en horario caudetano, poder asistir al encendido del árbol de la Plaza de La Iglesia y al pistoletazo de salida de la puesta en marcha del MERCADILLO NAVIDEÑO montado por el comercio del lugar y patrocinado, como te vengo diciendo, por el Ilmo. Ayuntamiento.
No pudo ser. Cuando llegué a los arcos de la Lonja, tras haber concluido la celebración eucarística, todo había echado a andar. El árbol lucía sus mejores galas, y digo mejores galas porque no le pasa lo que al MISTERIO de la Plaza, puesto que, al día de la fecha, no se han subido los técnicos, en eso de la electricidad, a restaurarlo. (¿Se habrá olvidado el Exmo. Sr. Alcalde, Don Moisés López, de dar las órdenes oportunas?)
Los locales destinados a tiendas eran frecuentados por mucha gente y todo el espacio de la plaza hervía de caudetanos de toda clase, edad y condición.
No me pude quedar, como sí lo hizo el párroco.
Habían quedado en llamarme por teléfono a casa a las 20,30 horas. Todo el el ámbito de la plaza y aledaños se había llenado de un fuerte y, no por ello, menos atractivo y atrayente, humo portador de un olor a productos de Milán (carnicero) de los que se desprendían, asados por las brasas de una hoguera venida a menos. Y todo porque los proyectistas, no tuvieron en cuenta la necesaria salida de humos y no practicaron un respiradero en la cubierta de la lona. Sí, los efluvios desprendidos de carne asada, llenaba todo el recinto del MERCADILLO.
No eran las BODAS DE LA HIJA DE CAMACHO, de las que nos da noticia Don Miguel de Cervantes en su novela de caballeros andantes, "Don Quijote de La Mancha", pero se le parecía un tanto.
Recibe mi saludo, mis
BUENOS DÍAS!!!!!!
15.12.2018. Sábado. P. Alfonso Herrera, O. C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario