Para el Convento todo vale

ESTAMPA CONVENTUAL.

PARA EL CONVENTO TODO VALE.

 

Ya es sabido que por el corralón del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN) corretean, y lo escarban todo, cuatro gallinas. Tiempo hubo en que había una gallina más pero "palmó", la pobre, porque llenó el buche con una ración desmedida de poliespán. También había un gallo que no admitía competencia en el trato con las gallinas pues se lanzaba con las alas desplegadas y los espolones tiesos, en plan de ataque, cuando pasaba alguien cerca de ellas (yo tuve que poner un tubo en su cresta en una ocasión). Este gallo era peor que un despertador tempranero porque le daba al canto cadencialmente en cada una de las horas que discurrían a lo largo de la noche. Y tal era la crispación que producía en la vecindad que nos vimos en la necesidad de devolvérselo a quien nos le había regalado.

Pues bien. Es conocido por la gente que mi compañero, el P. Ángel, es el cuidador experto de las gallinicas con las que tiene sus ratos de parleta cuando baja a darles de comer. Comen de todo y al pan no le hacen ascos, máxime cuando hay gentes en el pueblo que les traen las barras que se les han quedado duras en la panera. En ocasiones llegan de esas barras que hacen los panaderos mezclando la harina con salvaos y semillas y, como son tantas, el bueno del P. Ángel, para que no se estropeen, ayuda a las cuatro gallinas para que el pan integral, que dicen, que arregla el tránsito intestinal,  quedándose con alguna que otra barra que, cortada en rebanadas, desayuna empapándolas en la leche calentita. Y es que con el P. Ángel no hay quien pueda.

¡Está bueno, muy bueno! Y como no van a tener tiempo las gallinas de comérselo todo antes de que llegue una nueva remesa, las ayudo, nos dice tan campante.

Y, yo tengo por cierto que, las gallinas no se lo toman a mal, es más, creo que hasta le aplauden con las alas. Y te digo que le aplauden porque nos tiene dicho, ya conoces lo socarroncico que es el bueno del P. Ángel, (creo que es más socarroncete que alto), que habla con ellas.

No sé si hablará o no con ellas, pero lo cierto es que cuando le atisban... pierden las plumas del "obispillo" de lo que corren ayudándose con el batir de las alas hasta que le dan alcance y se ponen a su lado sin separarse un tanto..  Es para verlo, no para contarlo

Yo, mientras él introduce unos mendrugos en un vaso de leche caliente, te mando mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

16.·1.2019. Miércoles P. Alfonso Herrera, O. C.