Los Chicos del Intercambio

ESTAMPA CAUDETANA.
LOS CHICOS DEL INTERCAMBIO.

  (Publico esta foto con el permiso de las personas responsables que les acompañaban).

Coincidíamos a la puerta de la parroquia de Santa Catalina.
(Ya te hablé antes de ayer de los 18 chicos que habían llegado hasta Caudete en régimen de intercambio escolar de allende las fronteras patrias).
Eran un grupo de chicas, seis, de procedencia croata. Forman parte del grupo de chavales de distintos países, Portugal, Croacia, Italia, Turquía y algún otro país que no se me sujetó en la memoria.
Las chicas croatas llegaron a la parroquia acompañadas por los coleguillas caudetanos y algunos de los padres. Éstos me dijeron que se han puesto de acuerdo los progenitores para que cada día salgan algunos de ellos con los forasteros que han recibido en sus casas para que convivan con sus hijos, con el fin de que conozcan todos los lugares interesantes del pueblo.
Las chicas no sabían casi nada de español. Pero yo recordaba que por los años setenta del siglo pasado había mucha emigración desde esa zona  a Alemania. Precisamente, en el bar restaurante que tenía mi hermano en Merowingestrasse 5, al ladito mismo de la Deutche Welle y muy cerquita de la catedral, en la ciudad de Colonia, trabajaba una chica de esa zona de Croacia, Terezia, que yo llegué a conocer.
Así  que me marqué un farol y les di la bienvenida en Alemán, intuyendo que lo hablarían. No me falló la intuición y varias de las niñas se sorprendieron gratamente. Su carita se iluminó, principalmente el de una rubita que lo hablaba con soltura y traducía a algunas de sus compañeras lo que yo les iba diciendo y que les resultaba muy grato porque, tras saludarlas y preguntarles cuántos habían venido de su país, les eché unos cuantos piropos, muy merecidos.
Uno de los padres de los niños caudetanos, al ver las risas y lo contentas que estaban, pregunto:
- -¿En qué idioma hablan?
- Alguien le dijo, en alemán.
- - Sí estas chicas estudian alemán, apostilló el hombre.
- ¿Habla Ud. Alemán?, me preguntó
- - Un poquito, le contesté, ya lo ve.
- - Pues ahí las tiene,
- me dijo, hable todo lo que quiera.
-  En aquellos momentos se terminaba el rezo del rosario en la capilla de la Comunión y faltaban cinco minutos para que comenzara la misa. Las chicas croatas con los chicos caudetanos y los padres de algunos de éstos, que los acompañaban, dieron una vuelta por la parroquia, a la que había encendido todas sus luces el bueno de Juan, el sacristán para favorecerles la visita turístico religiosa, contemplando la arquitectura, el retablo y las tallas de las imágenes, tras lo cual, siguieron su paseo  para sacarle todo su jugo al pueblo. Cuando ya habían salido de la iglesia, yo comencé la Eucaristía en horario caudetano, aunque el retraso no fue notorio. Mereció la pena dedicarles un tiempecico a las niñas de Croacia.

Con la alegría pegadiza de las niñas croatas y de sus compañeros caudetanos, sale para encontrarse contigo, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
15.3.2019. Viernes. P. Alfonso Herrera, O. C.