Tradescantia. Amor de Hombre

ESTAMPA CONVENTUAL

TRADESCANTIA. AMOR DE HOMBRE.

 Ahí tienes un ejemplo de emigrante que se ha  adaptado al medio. No es, en modo alguno, como esos pobres hombres aprendices de tales que se las han arreglado para colarse en España y suelen, los pobres deambular de un lugar para otro sin algo que les sujete y les haga crecer, como personas, aquí o allá  y,  hacerlo, aportando algo a la sociedad que les ha acogido y no aquello lamentable de lo que suele hablarnos el telediario de cada día que más parece "El Caso" de otros tiempos, corregido y aumentado.
La TRADESCANTIA o, como quieras, AMOR DE HOMBRE, hizo hace 300 años "las Europas", se embarcó o la embarcaron en América del sur, de donde es originaria, y  se vino para acá y lo mismo que aconteció a muchos indianos que fueron a hacer "las Américas" y las hicieron llenando séquitos de capital a base de trabajo duro y de mucho sudor y que, a su vuelta, dejaron constancia de su logro como aquel indiano que hizo carrera en las comunicaciones entre el este y el oeste de los USA, de nombre Baldomero, pues formó una sociedad dedicada al transporte de personas y mercaderías en diligencias.  Y fíjate qué cosas, en las diligencias de su empresa, hizo el viaje desde San Francisco en California hasta Nueva York mi abuelo paterno, capitán del ejército español, "EL ÚLTIMO DE FILIPINAS", NARCISO HERRERA CORONADO, de cuya peripecia vital te hablé en una ocasión. A su vuelta, Baldomero, el indiano, se estableció en su tierra, EL VALLE DE LAMASÓN de Cantabria. Allí se construyó su casa solariega, SU CASONA, que dicen en aquellas tierras. En tiempos de penuria extrema, me decía Tista, el hombre de Pilar del barrio del Pereo, la gente del valle iba donde el indiano y éste llegó a hacerse con todo el valle o casi dejando que los antiguos dueños las trabajaran repartiendo las cosechas a medias. y que cuando emprendió su último viaje en la diligencia que le condujo "al país de nunca jamás", la dejó en herencia al obispado para que ejerciera de casa rectoral. En ella viví yo cuatro fantásticos años de mi vida (1975-1979), los que, por obediencia, permanecí entre aquellas gentes sencillas y entrañables, ejerciendo el ministerio sacerdotal.
Pues bien la TRADESCANTIA, de fácil arraigo, conquistó toda Europa y  tomó posesión de parterres como tapizante y jardineras desde las que cuelgan formando un tapiz precioso que cae de ella como cortina en interiores y exteriores. Si el tiempo es bueno o la libra del cuchillo inmisericorde que trae consigo el invierno, te regala su presencia constante. Si no, deja que el gélido cuchillo se lleve sus tallos, pero no se preocupa porque nada más llegar la primavera vuelve a sacar de sus adentros, de sus raíces, esos tallos primorosos de un color azulón en cuya punta nos muestran la maravilla de una florecica que no te cansas de mirar porque, la verdad, te emboba.
A la TRADESCANTIA O AMOR DE HOMBRE no creas que se la mata así como así. Tú echas un esqueje allí donde haya un poco de humedad y ¡Zas! le salen rápidamente unas raícillas y en un "pis pas" ya tienes una alfombra.
Si pasas por la calle de El Molino y subes hasta el n° 2,verás cómo cuelgan de tres ventanas las ramas de esta planta y si pasas dentro, al claustro barroco del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN), verás algunas más.
Yo las he defendido del crudo e inmisericorde invierno y, por ello, no tuvieron que echar mano de nuevos modelitos, sino que, por crecimiento, van añadiendo a su ato, nuevos flecos al final de los cuales están abriendo unas florecillas lindas y guapetonas. Ahí te mando una, la primera de todas, para que la veas. Se encuentra en el claustro alto junto a muchas otras, como aquel geranio blanco que vuelve a florecer, como ves, a salvo de las garras del temido invierno.

La florecica de la TRADESCANTIA O AMOR DE HOMBRE te lleva, hoy, todo contenta, mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
26.3.2019. Martes. P. Alfonso Herrera, Orden Carmelitana