ESTAMPA CAUDETANA.
LA ANUNCIACIÓN DE PEDRO TORRES COTARELO.
LA ANUNCIACIÓN DE PEDRO TORRES COTARELO.
- Marina, la hija del pintor, y pintora ella misma, me recibió una vez en su
casa de la avenida Miguel Ángel Blanco, vivía todavía su madre, fue durante las
fiestas de la Virgen de Gracia del año pasado, de 2018. Tuvo a bien a hacerme
de cicerone para contemplar todos aquellos cuadros que tapizan las paredes de
su casa y que fueron pintados, entre encargo y encargo, a lo largo de su vida,
por su padre.
- Qué bien cacto el pintor el mensaje evangélico en el que se nos traslada, a través de la catequesis del evangelista Lucas, aquel momento grandioso con el que todo recomenzaba. Dios había enviado a su Arcángel San Gabriel para que, rodilla en tierra, se dirigiera a su «ojito derecho», a la «niña de sus ojos» para solicitarla su consentimiento con el fin de qué el Hijo de Dios, Su Palabra, tomara nuestra naturaleza humana en su claustro materno y recibiera de ELLA, desde su libertad, la aquiescencia y se prestara a colaborar en la gran obra de la RECREACIÓN, cuál es la encarnación y REDENCIÓN DEL SER HUMANO que comenzaría a llevarse a efecto en ELLA al engendrar a un HIJO, que se llamaría HIJO DE DIOS.
- Todos los ángeles, toda la corté celestial, está recogida en el cuadro por Torres Cotarelo, todos están asistiendo al momento, todos expectantes, la respuesta de MARÍA, la joven nazaretana, la respuesta, en libertad, de aquella que fue escogida, bendecida y llena de gracia por parte del Altísimo para que fuera el lugar, el ámbito, donde Dios y el hombre estrecharan lazos íntimos, irrompibles ya, entre la divinidad y la criatura más estupenda que saliera de sus manos, la humanidad.
- A la derecha del cuadro que retrata el momento, los lirios, símbolo de la VIRGINIDAD DE MARÍA y, por encima de los personajes, EL QUE LO ILUMINA TODO y da sentido a la escena, EL ESPÍRITU DE DIOS, EL ESPÍRITU SANTO que con su poder actuará tras el consentimiento, vencido todo resquemor y asegurada en una fe total, de la VIRGEN MARÍA.
- Con aquel «Hágase en mí según TU PALABRA», de la Virgen de Nazaret al Arcángel, todo echó a andar, todo comenzó, la obra del reencuentro entre Dios y su criatura más querida tomaba realidad, empezó a ser Hombre el HIJO DE DIOS y todo ocurría en las entrañas purísimas de MARÍA.
- En aquel momento nuestra naturaleza humana se aupaba, en el HIJO DE DIOS Y DE MARÍA a la categoría de hija de Dios, se divinizaba.
- Qué bien cacto el pintor el mensaje evangélico en el que se nos traslada, a través de la catequesis del evangelista Lucas, aquel momento grandioso con el que todo recomenzaba. Dios había enviado a su Arcángel San Gabriel para que, rodilla en tierra, se dirigiera a su «ojito derecho», a la «niña de sus ojos» para solicitarla su consentimiento con el fin de qué el Hijo de Dios, Su Palabra, tomara nuestra naturaleza humana en su claustro materno y recibiera de ELLA, desde su libertad, la aquiescencia y se prestara a colaborar en la gran obra de la RECREACIÓN, cuál es la encarnación y REDENCIÓN DEL SER HUMANO que comenzaría a llevarse a efecto en ELLA al engendrar a un HIJO, que se llamaría HIJO DE DIOS.
- Todos los ángeles, toda la corté celestial, está recogida en el cuadro por Torres Cotarelo, todos están asistiendo al momento, todos expectantes, la respuesta de MARÍA, la joven nazaretana, la respuesta, en libertad, de aquella que fue escogida, bendecida y llena de gracia por parte del Altísimo para que fuera el lugar, el ámbito, donde Dios y el hombre estrecharan lazos íntimos, irrompibles ya, entre la divinidad y la criatura más estupenda que saliera de sus manos, la humanidad.
- A la derecha del cuadro que retrata el momento, los lirios, símbolo de la VIRGINIDAD DE MARÍA y, por encima de los personajes, EL QUE LO ILUMINA TODO y da sentido a la escena, EL ESPÍRITU DE DIOS, EL ESPÍRITU SANTO que con su poder actuará tras el consentimiento, vencido todo resquemor y asegurada en una fe total, de la VIRGEN MARÍA.
- Con aquel «Hágase en mí según TU PALABRA», de la Virgen de Nazaret al Arcángel, todo echó a andar, todo comenzó, la obra del reencuentro entre Dios y su criatura más querida tomaba realidad, empezó a ser Hombre el HIJO DE DIOS y todo ocurría en las entrañas purísimas de MARÍA.
- En aquel momento nuestra naturaleza humana se aupaba, en el HIJO DE DIOS Y DE MARÍA a la categoría de hija de Dios, se divinizaba.
Sale a buscarte mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
29.5.2019. Miércoles. P. Alfonso Herrera, O. Carmelitana
Muy buenos , P. Alfonso, el reflejo de éste cuadro de la Anunciación, el pintor Cotarelo nos de muestra su maestría con los pinceles . Es precioso las imágenes que en el se contemplan, gracias por compartir sus conocimientos con sus seguidores ,que pase un buen día
ResponderEliminarUna catequesis muy bien esplicada sobre el cuadro del Angel y la Virgen ,pintura preciosa del pintor caudetano como todas sus pinturas,feliz dia
ResponderEliminarAdemás de coger el diccionario....estoy encantada por recibir tan bellos buenos días.
ResponderEliminarNo cabe más misterio en el cuadro... tampoco cabe más amor...
Un estupendo miércoles para ti,Padre.