ESTAMPA CAUDETANA.
AGUA DE BORRAJAS.
Cuando iba a salir de casa para llegarme al monasterio, una
pertinaz cortina de agua, que caía con ganas, me echó para atrás. Tuve que
servirme del coche para llegar hasta la puerta de la iglesia.
Confiábamos todos los que nos dimos los buenos días de que la lluvia se enseñoreara con Caudete y su predio pero cuando el plubiómetro de nuestro corralón llegó a los 6 litros se paró en seco.
A mí me dio la sensación de que la lluvia caída, aunque cayera fuertemente, no era otra cosa que las "escurriajas", que dirían en mi pueblo, porque, como nos ha informado la tele, se vaciaron bien, bien, pero bien, bien, de verdad, a la orilla del mar en Alicante de norte a sur. Así que cuando las nubes salvaron los 70 kilómetros que nos separan de la costa, ya venían desinfladas y arrugaditas así que sólo nos dejaron solamente 6 litros del líquido elemento "aguas de borrajas". Eso sí, las nubes, ligeras de equipaje, estuvieron revoloteando sobre el cielo caudetano tratando de que el sol no se colara para llegar hasta el suelo, cosa que ocurrió durante casi todo el día.
Así que el corto aporte del aguacero no ha satisfecho la sed del agro de esta zona. Lo que sí fastidió fue mi colada, la que hice la tarde anterior, y que dejé colgada en las alambres durante toda la noche, menos mal que no había polvo en suspensión... también nos echó de la Avenida de la Paz y nos mandó a la capillica del cementerio. Y es que, por ser el tercer miércoles de mes, tocaba celebrar sufragios por nuestros difuntos en el mismo cementerio y, en tiempo de verano, la celebración se lleva a cabo en la Avda. de la Paz, a la sombra de los tupidos y añosos cipreses que ponen su sombra en toda la Avenida. Hoy no, no pudo ser. Los oficiales del Campo Santo no habían sacado, con buen criterio, según mi parecer, los bancos y la mesa del altar porque en la Avenida había charcos y las nubes que iban de un lado a otro nos metían, un poco, el miedo en el cuerpo.
Eso sí, el agua, aunque fuera una nimiedad, se ha metido en el termómetro y le "ha bajado los humos" quitándole varios grados, cosa que nos ha venido a todo quisque muy, pero que muy bien.
En mi pueblo hay un dicho encerrado en un refrán que afirma:
"la primera tormenta de agosto pone el fin al verano".
- No estaría mal que, a 500 klms al sureste, aquí en Caudete, ocurriera otro tanto porque el calorcico, que hemos venido pasando, ha sido de "padre y muy señor mío".
Confiábamos todos los que nos dimos los buenos días de que la lluvia se enseñoreara con Caudete y su predio pero cuando el plubiómetro de nuestro corralón llegó a los 6 litros se paró en seco.
A mí me dio la sensación de que la lluvia caída, aunque cayera fuertemente, no era otra cosa que las "escurriajas", que dirían en mi pueblo, porque, como nos ha informado la tele, se vaciaron bien, bien, pero bien, bien, de verdad, a la orilla del mar en Alicante de norte a sur. Así que cuando las nubes salvaron los 70 kilómetros que nos separan de la costa, ya venían desinfladas y arrugaditas así que sólo nos dejaron solamente 6 litros del líquido elemento "aguas de borrajas". Eso sí, las nubes, ligeras de equipaje, estuvieron revoloteando sobre el cielo caudetano tratando de que el sol no se colara para llegar hasta el suelo, cosa que ocurrió durante casi todo el día.
Así que el corto aporte del aguacero no ha satisfecho la sed del agro de esta zona. Lo que sí fastidió fue mi colada, la que hice la tarde anterior, y que dejé colgada en las alambres durante toda la noche, menos mal que no había polvo en suspensión... también nos echó de la Avenida de la Paz y nos mandó a la capillica del cementerio. Y es que, por ser el tercer miércoles de mes, tocaba celebrar sufragios por nuestros difuntos en el mismo cementerio y, en tiempo de verano, la celebración se lleva a cabo en la Avda. de la Paz, a la sombra de los tupidos y añosos cipreses que ponen su sombra en toda la Avenida. Hoy no, no pudo ser. Los oficiales del Campo Santo no habían sacado, con buen criterio, según mi parecer, los bancos y la mesa del altar porque en la Avenida había charcos y las nubes que iban de un lado a otro nos metían, un poco, el miedo en el cuerpo.
Eso sí, el agua, aunque fuera una nimiedad, se ha metido en el termómetro y le "ha bajado los humos" quitándole varios grados, cosa que nos ha venido a todo quisque muy, pero que muy bien.
En mi pueblo hay un dicho encerrado en un refrán que afirma:
"la primera tormenta de agosto pone el fin al verano".
- No estaría mal que, a 500 klms al sureste, aquí en Caudete, ocurriera otro tanto porque el calorcico, que hemos venido pasando, ha sido de "padre y muy señor mío".
Fresco y ligero sale a encontrarse contigo, mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
22.8.2019. Jueves. P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días , P. Alfonso, que poquito nos ha durado la alegría de ver llover, ayer a las 7'30 con las ganas que se desprendía la lluvia sobre Caudete, pero fue muy poca, pero bueno menos es nada, daremos gracias por ella. Que tenga un buen día.
ResponderEliminarSe nota en el ambiente que ha cambiado .... El calor que hemos pasado...bueno... horrible..no se cómo no se ha deshecho mi humanidad.
ResponderEliminarÉsta mañana hace un fresco maravilloso.
Con éste fresco te deseo un excelente día,Padre.