ESTAMPA CAUDETANA.
LOS PERROS.
LOS PERROS.
Ya habían desaparecido los senderistas y deportistas que antes de ayer me las
dieron, todas juntas, en un carrillo. La Avenida de las Jornetas aparecía toda
expedita, toda libre, para mí, como puedes ver aparecía, toda ella, desierta,
ni un alma, ni un coche, nada. Solo algún perro rompía la quietud cuando pasaba
delante de la puerta del chalet al que guardaba. Algunos me reñían, no sé por
qué, si fueran personas yo diría que me avisaban «a voz en grito», pero lo
hacían porque ladraban manifestando su enfado. Y todo para avisarme o meterme
miedo para que ni se me ocurriera acercarme hasta la casa de la que era celoso
guardián. A lo mejor pensaban, si es que piensan los perros, que pretendiera
hacer de caco. Nada más lejos de la realidad- pues yo solo iba paseando
ligerico para llegar a tiempo a la misa en Santa Catalina. Pero, ellos, claro,
no lo sabían. Con éstos, imposible de hacer amistades. ¡Qué enfado! Y eso que
ya tienen singularizado mi olor y la cadencia de mi andar porque otra cosa no
tendrán, que también, pero memoria, lo que se dice memoria, más que Berta,
Berta creo que es el nombre con que denominan al ordenador que da servicio a la
policía y a la Hacienda, sí, ese que tiene almacenado hasta la talla de la ropa
interior de TODOS los españoles y gentes de arribo.
También hay, tengo que decirlo, otros perros, es decir, perras que han hecho muy buenas migas conmigo. Tan es así que antes de llegar yo a la altura de la puerta de sus casas, ya están manos arriba «hablándome con cariño». Me llaman de un modo que da gusto oírlas y yo, en la misma longitud de onda les hablo y me entienden porque me da lenguetazos a través de los barrotes de las puertas. Eso sí, después de haberme olido no vaya a ser, pienso yo, que no sea yo poro no, esos ladriditos cariñosos son manifestación clara de que soy el amigo que pasa, cuando puede, por delante de su casa. Hay una perra, negra ella, que se planta de patas arriba y limpia a lengüetzos el plàstico duro agujereado, la pobre, aunque se ve impedida de todo contacto físico, sube, baja, da vueltas sobre sí misma, sube la escalera, se para allí arriba, me mira y baja, más que corriendo, volando para pegarse al plástico agujereado sobre el que yo tengo la mano puesta y cuando reemprendo el camino, ella sube conmigo detrás de la pared hasta que por un hueco de los cipreses meto la mano y le acaricio el hocico.
- En la misma acera, un poco más abajo según se va para la Toconera, hay dos perros, una es perra, muy guapa, preciosa, se da un aire, a mí me lo parece, a la Dama de Disney que nada más verme se vuelve loquita y busca que la acaricie y, yo, no me hago de rogar. Sobre sus patas traseras, las manos en la forja de la puerta, levanta el morro y disfruta cuando le acaricio el cuello y el pecho. Y cuando inicio el camino de subida se me adelanta hasta la puerta del garaje y se pega a ella, todo lo larga que es, para que le acaricie la cabeza y el lomo. Y, yo, ¡qué voy a hacer! pues acariciarla. Cuando Juan, el Sacristán, me avisa con Catalina, Catalina ya sabes que es la campana grandota de la torre de la parroquia cuya titular es la santa, me despido de la perrita, ella, me mira con unos ojitos que me gritan, no me ladran, ¡Qué solica me dejas!¡No te vayas! Pero tengo que irme porque Juan me llama. Me despido de ella pasándole el dedo por entre los ojos mientras le digo:
- «hasta otro ratito, preciosa»
- Allí se queda ella mirándome y diciéndome algo por lo bajito.
- La Avda. de las Jornetas sigue desierta. Es invierno. El alcalde ha publicado un bando de aviso apercibiendo al personal acerca del posible daño que nos infrinja la borrasca Gloria que trae con ella hasta nieve y que anda ya por Portugal. No se ve a nadie. No, no hace tiempo para pasear y menos por esa zona que tiene a la Alácera enfrente mandándonos sus frías brisas por encima de un campo pelado.
No bajé a San Antón y me hubiera gustado, ya lo creo. Pero la coincidencia de quehaceres es como un cabo de vara que marca el ritmo y ¡no perdona una! Pero me dice el párroco que fue requerido por los gerifaltes de la COFRADÍA DE SAN ANTÓN, que como no han hecho acto de presencia los aires que acompañan a la borrasca Gloria que, según el decir de los chicos del tiempo de la tv., estan al llegar, se procedió al encendido de la hoguera del Santo como broche del día en que se había celebrado la misa del Santo en la ermita y la posterior bendición de los típicos rollicos, alguno de los cuales llegó hasta el convento de San José (El Carmen)
También hay, tengo que decirlo, otros perros, es decir, perras que han hecho muy buenas migas conmigo. Tan es así que antes de llegar yo a la altura de la puerta de sus casas, ya están manos arriba «hablándome con cariño». Me llaman de un modo que da gusto oírlas y yo, en la misma longitud de onda les hablo y me entienden porque me da lenguetazos a través de los barrotes de las puertas. Eso sí, después de haberme olido no vaya a ser, pienso yo, que no sea yo poro no, esos ladriditos cariñosos son manifestación clara de que soy el amigo que pasa, cuando puede, por delante de su casa. Hay una perra, negra ella, que se planta de patas arriba y limpia a lengüetzos el plàstico duro agujereado, la pobre, aunque se ve impedida de todo contacto físico, sube, baja, da vueltas sobre sí misma, sube la escalera, se para allí arriba, me mira y baja, más que corriendo, volando para pegarse al plástico agujereado sobre el que yo tengo la mano puesta y cuando reemprendo el camino, ella sube conmigo detrás de la pared hasta que por un hueco de los cipreses meto la mano y le acaricio el hocico.
- En la misma acera, un poco más abajo según se va para la Toconera, hay dos perros, una es perra, muy guapa, preciosa, se da un aire, a mí me lo parece, a la Dama de Disney que nada más verme se vuelve loquita y busca que la acaricie y, yo, no me hago de rogar. Sobre sus patas traseras, las manos en la forja de la puerta, levanta el morro y disfruta cuando le acaricio el cuello y el pecho. Y cuando inicio el camino de subida se me adelanta hasta la puerta del garaje y se pega a ella, todo lo larga que es, para que le acaricie la cabeza y el lomo. Y, yo, ¡qué voy a hacer! pues acariciarla. Cuando Juan, el Sacristán, me avisa con Catalina, Catalina ya sabes que es la campana grandota de la torre de la parroquia cuya titular es la santa, me despido de la perrita, ella, me mira con unos ojitos que me gritan, no me ladran, ¡Qué solica me dejas!¡No te vayas! Pero tengo que irme porque Juan me llama. Me despido de ella pasándole el dedo por entre los ojos mientras le digo:
- «hasta otro ratito, preciosa»
- Allí se queda ella mirándome y diciéndome algo por lo bajito.
- La Avda. de las Jornetas sigue desierta. Es invierno. El alcalde ha publicado un bando de aviso apercibiendo al personal acerca del posible daño que nos infrinja la borrasca Gloria que trae con ella hasta nieve y que anda ya por Portugal. No se ve a nadie. No, no hace tiempo para pasear y menos por esa zona que tiene a la Alácera enfrente mandándonos sus frías brisas por encima de un campo pelado.
No bajé a San Antón y me hubiera gustado, ya lo creo. Pero la coincidencia de quehaceres es como un cabo de vara que marca el ritmo y ¡no perdona una! Pero me dice el párroco que fue requerido por los gerifaltes de la COFRADÍA DE SAN ANTÓN, que como no han hecho acto de presencia los aires que acompañan a la borrasca Gloria que, según el decir de los chicos del tiempo de la tv., estan al llegar, se procedió al encendido de la hoguera del Santo como broche del día en que se había celebrado la misa del Santo en la ermita y la posterior bendición de los típicos rollicos, alguno de los cuales llegó hasta el convento de San José (El Carmen)
- Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.1.2020. Domingo. Hoy discurrirá por las calles del pueblo la procesión con la imagen de San Antón.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
San Francisco,el amigo de los animales estará contento al comprobar cómo haces buenas migas con ellos.
ResponderEliminarBonito paseo con hermosos animales de compañía.
Un día genial,Padre.
Las fotos dejan clara la buena planta de los perros.
ResponderEliminarQue la procesión luzca como se merece el santo y todos los fieles.
ResponderEliminarMe gusta ver toda la fiesta. ...con los animales acompañando.
Buenos, P, fiel amigo de los animales como le salen al encuentro en sus paseos por las jornetas para que les acaricies,,hoy dia de la bendicion esperemos que se pueda hacer la procesion de todos los animalitos,,bonitas fotos,,feliz dimingo
ResponderEliminarMuy buenos días, P. Alfonso en sus paseos por Las Jornetas, veo como se va haciendo amigo de los perros, eso es señal que le gustan los animales. Pues hoy a disfrutar de todos ellos en la bendición. Que tenga un buen domingo día del Señor.
ResponderEliminarEse que usted acaricia se llama Moli
ResponderEliminarEse que usted acaricia se llama Moli
ResponderEliminarAyer su paseo transcurrió con luz del día y los perros disfrutaron de sus caricias . Se nota que le gustan los animales y ellos se le acercan . Anoche izo buena noche para la hoguera y bendición de los rollos .seguro que hoy algún chiquillo o chiquilla nos toca a la puerta para que compremos el tradicional rollo de San Anton y después esperemos que también pueda hacerse la procesión del Santo acompañado de muchos animales. Que pasemos todos un buen día .
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