ESTAMPA CAUDETANA.
EL SÍMBOLO
EL SÍMBOLO
«TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A ROMA» Para llegar a Roma se puede ir por todos
los caminos, afirma el dicho popular. Lo mismo puede decirse de la
parroquia de San Francisco.
El jueves pasado, cuando la furia de la borrasca Gloria había pasado barriendo el predio de la Real Villa de Caudete dejando atrás un cielo entoldado por una masa grisácea de nubes que se hacían notar, sola y exclusivamente, a través unas gotitas de agua que soltaban de cuando en cuando, me llegué hasta la parroquia de San Francisco, en el barrio que lleva su nombre por la calle de la nieve y tras dejar atrás la carretera de Valencia llegué hasta la calle de la Cruz por la que me encaminé directamente hasta la parroquia.
Había realizado yo ese recorrido, con anterioridad alguna vez pero el jueves pasado algo me llamó la atención porque, según subía calle de la Cruz de arriba apareció ante mí el templete ante el que las gentes del barrio eleva su oración a Cristo. La imagen de Cristo siempre estuvo en esa avenida de San Jaime desde que se levantó el barrio a principios del siglo XX, cuándo aquí, cuándo allí y últimamente en medio de la Avda. de San Jaime, en la vertical de la parroquia. Ahí le ves en la fotografía que ilustra este escrito al qué título «EL SÍMBOLO».
¿Por qué lo título de esta manera, con ese nombre? A poco que mires descubrirás tú la razón por la cual le he titulado así. Como puedes ver, el templete es un monumento abierto a los cuatro vientos: de este a oeste, que es como aparece en la imagen, estándolo también de norte a sur. Lo que se ve en el horizonte a través del monumento cuando subes por la calle de la Cruz es la puerta de la parroquia. Y es ahí donde tienes la razón del título del escrito, al fondo, a través del templete, ves la puerta que da entrada a la parroquia a la Iglesia y ¿a qué está dedicado el templete? a Cristo crucificado y Cristo crucificado es precisamente la puerta por la que el hombre entra a formar parte de los hijos de Dios. Sólo Él es el camino, la puerta de entrada, por que la Palabra Encarnada se hizo hombre para que en ÉL, en el Hijo del Padre, nosotros, los hombres, lleguemos a adquirir la filiación divina. Acontecimiento que tiene lugar en la Encarnación del Verbo y que celebramos festivamente cada 25 de diciembre: LA NAVIDAD, Navidad del SEÑOR.
Además, si te fijas bien te darás cuenta de que la imagen de Cristo crucificado desaparece quedando solamente el pilar dónde se levanta la cruz con la imagen de Jesús que queda velada. Solo se ve la puerta de la iglesia como dando a entender que, para encontrarse con ÉL, con el Cristo resucitado, que se ofreció a sí mismo como sacrificio de propiciación en la cruz, con el Hijo de Dios que nos aúpa en ÉL a la filiación divina, no hay otra manera de conseguirlo que la de entrar a formar parte de la Iglesia de la que ÉL es la puerta.
La fotografía es preciosa.
El templete dónde se venera la imagen de Cristo Crucificado, sí, es preciosa, guapa, linda, fíjate que retiene el momento en que el día se está apagando porque el sol se está yendo a escondidas al otro lado de las nubes que arrastraba tras de sí la borrasca Gloria y el templete, que fundido con la iglesia, se recorta con ella en la profundidad de un manto nuboso celeste que viene a representar la totalidad de Dios en el que encuentra toda la razón de su ser la Iglesia de Jesús, El Cristo, el Señor.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.1.2020. Jueves.
El jueves pasado, cuando la furia de la borrasca Gloria había pasado barriendo el predio de la Real Villa de Caudete dejando atrás un cielo entoldado por una masa grisácea de nubes que se hacían notar, sola y exclusivamente, a través unas gotitas de agua que soltaban de cuando en cuando, me llegué hasta la parroquia de San Francisco, en el barrio que lleva su nombre por la calle de la nieve y tras dejar atrás la carretera de Valencia llegué hasta la calle de la Cruz por la que me encaminé directamente hasta la parroquia.
Había realizado yo ese recorrido, con anterioridad alguna vez pero el jueves pasado algo me llamó la atención porque, según subía calle de la Cruz de arriba apareció ante mí el templete ante el que las gentes del barrio eleva su oración a Cristo. La imagen de Cristo siempre estuvo en esa avenida de San Jaime desde que se levantó el barrio a principios del siglo XX, cuándo aquí, cuándo allí y últimamente en medio de la Avda. de San Jaime, en la vertical de la parroquia. Ahí le ves en la fotografía que ilustra este escrito al qué título «EL SÍMBOLO».
¿Por qué lo título de esta manera, con ese nombre? A poco que mires descubrirás tú la razón por la cual le he titulado así. Como puedes ver, el templete es un monumento abierto a los cuatro vientos: de este a oeste, que es como aparece en la imagen, estándolo también de norte a sur. Lo que se ve en el horizonte a través del monumento cuando subes por la calle de la Cruz es la puerta de la parroquia. Y es ahí donde tienes la razón del título del escrito, al fondo, a través del templete, ves la puerta que da entrada a la parroquia a la Iglesia y ¿a qué está dedicado el templete? a Cristo crucificado y Cristo crucificado es precisamente la puerta por la que el hombre entra a formar parte de los hijos de Dios. Sólo Él es el camino, la puerta de entrada, por que la Palabra Encarnada se hizo hombre para que en ÉL, en el Hijo del Padre, nosotros, los hombres, lleguemos a adquirir la filiación divina. Acontecimiento que tiene lugar en la Encarnación del Verbo y que celebramos festivamente cada 25 de diciembre: LA NAVIDAD, Navidad del SEÑOR.
Además, si te fijas bien te darás cuenta de que la imagen de Cristo crucificado desaparece quedando solamente el pilar dónde se levanta la cruz con la imagen de Jesús que queda velada. Solo se ve la puerta de la iglesia como dando a entender que, para encontrarse con ÉL, con el Cristo resucitado, que se ofreció a sí mismo como sacrificio de propiciación en la cruz, con el Hijo de Dios que nos aúpa en ÉL a la filiación divina, no hay otra manera de conseguirlo que la de entrar a formar parte de la Iglesia de la que ÉL es la puerta.
La fotografía es preciosa.
El templete dónde se venera la imagen de Cristo Crucificado, sí, es preciosa, guapa, linda, fíjate que retiene el momento en que el día se está apagando porque el sol se está yendo a escondidas al otro lado de las nubes que arrastraba tras de sí la borrasca Gloria y el templete, que fundido con la iglesia, se recorta con ella en la profundidad de un manto nuboso celeste que viene a representar la totalidad de Dios en el que encuentra toda la razón de su ser la Iglesia de Jesús, El Cristo, el Señor.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.1.2020. Jueves.
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso bonita fotografía del templete de Santo Cristo con la iglesia de San Francisco al fondo y todo su comentario que me ha hecho reflexionar. Hemos estado dos días sin sus comentarios y los echaba en falta, pero hoy he comprobado que ya nos ha puesto al corriente de estos dos días, pensaba que se había olvidado de sus seguidores, pero seguramente habrá sido problema de la tecnología. Que tenga un buen fin de semana.
ResponderEliminarDos días sin sus "buenos días" ,valió la pena esperar,por ver hoy la fotografía y su explicación del sitio más bonito del pueblo.Precioso es el Santo cristo y la iglesia de San Francisco.Gracias padre Alfonso,por sacarlo a colación y por sus diarios "buenos días".Que tenga un feliz sábado.
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