El Párroco Celebra sus Bodas de Oro Sacerdotales

ESTAMPA CAUDETANA.
EL PÁRROCO CELEBRA SUS BODAS DE ORO SACERDOTALES.

Aquel día, el 14 de marzo de 1970, toda la ciudad del Tormes, Salamanca, se vistió de blanco, de un blanco impoluto. Dos cuartas de nieve dejaron la ciudad blanca, toda uniformada con blanca belleza, tejados, calles, plazas y las riberas del río Tormes. Todo. Pero no fue óbice para que un puñado de jóvenes dieran un paso al frente y, ante el obispo de la ciudad, que era natural de Almansa, Don Braulio Rubio Repullés, dieron su sí al Señor para consagrar sus vidas al servicio de sus hermanos, los hombres, donde los destinare la obediencia.
Uno de ellos fue Luis Torres Pérez, natural de esta Real Villa de Caudete. Ahí le ves en las fotografías que te adjunto.
En la primera le descubres en el centro de la misma, el más bajito, junto al obispo. Sí ese que, entonces, gozaba de algo de cubierta pilosa en la cabeza.
En la segunda aparece en ese momento de la liturgia de la ordenación sacerdotal en el que se le impone las manos por parte del Sr. Obispo y los sacerdotes asistentes. Ahí le ves tras haber pasado delante de los sacerdotes carmelitas P. Luis Salazar, P. Gaspar Mondéjar y P. Máximo Bartolomé Machín, compañero de curso ordenado unos meses antes.
Cincuenta años después de aquel compromiso le tiene bien limpito, luciendo, hecho realidad en medio del pueblo donde viera la luz primera en el n. 52 de la calle de San Joaquín. Y digo que luciendo compromiso porque la superioridad le presentó al Sr. Obispo de la diócesis para que le aceptara y nombrara como "CURA PILÓN" de la parroquia de Santa Catalina, donde recibió las aguas del Bautismo, y de San Francisco de Caudete.
Si bien, en la actualidad, con una frente un tanto más despejada y es que, claro, han pasado la friolera de CINCUENTA AÑOS.

Pero aunque haya perdido la capa protectora del cuero cabelludo, lo que no ha perdido, en modo alguno, es el gracejo caudetano (no voy a decir la retranca) que le acompaña siempre como elemento integrante de su personalidad y sobre todo, mantiene aquel ánimo e ilusión que invadía toda su persona aquel día de su ordenación sacerdotal por lanzarse al terruño del Reino con las herramientas del Espíritu del Señor cuajándola como realización fehaciente en su labor pastoral, al día de hoy, en el ámbito del pueblo que le viera nacer, un día de febrero de 1945, en todo lo alto de la misma Villa.
Lo que no ha abandonado ha sido su relación, entrañable, con el pitillo  cosa que justifica diciendo:
"Para que puedan escribir en la partida de defunción que murió a causa del tabaco. Y como fue docente muchos años de su vida lo explica de esta manera:
«El otro día enterré a una persona que no supieron decirme de qué murió. Pregunté:
¿Fumaba?
No, me contestaron.
¿Ves?, dije,  si hubiera fumado habrían sabido la causa»".

(Ataviado con los ropajes litúrgicos echando un pitillo en el descanso de la procesión de la Virgen, San Blas y San Roque, en la glorieta de La Cruz. 7.9.2018).

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.3.2020. Sábado.

Pd. Aquel día 14.3.1970, en aquel mismo evento, también recibí yo la Ordenación Sacerdotal, por lo que me encuentro en la misma tesitura que el Cura Pilón, P. Luis Torres Pérez. También celebro, por la Gracia de Dios. MIS BODAS DE ORO SACERDOTALES.                ¡¡¡Pedid por mí!!!

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.