La Alegría Campa en el Corralón

ESTAMPA CAUDETANA.

LA ALEGRÍA CAMPA EN EL CORRALÓN.

 El confinamiento es la situación a la que se ha sometido, por ley, a la población española, salvo a ciertos especímenes que no le guardan a pesar de que conviven con sus parejas infestadas, que hacen lo que les da la real gana dando a entender que ellos se encuentran por encima de la ley y lo más de lo más es que algún dicasterio ha dado en decir que sí, que se pueden saltar la ley. ¡Mal vamos!  

A ello, a permanecer encerraditos en casa, obedece la situación caótica que se ha provocado por la aparición del asqueante coronavirus COVID 19 y por la nula iniciativa, que debió ser precoz y fulminante y que no lo fue porque había que levantar pancartas de propaganda, también asqueante, por las calles de las ciudades de la NACIÓN ESPAÑOLA el día 8 de los corrientes, según el decir de esos seres que son peritos en los entresijos de la política y que reciben el nombre de periodistas y no solo de periodistas, sino de gentes del ramo, de la salud y que nos sirven sus opiniones, bien fundadas, a través de las múltiples tertulias de radio y televisión que salpican las ondas. 

Cuando pase este impás asfixiante espero que a cada "mochuelo" se le ponga en su olivo y se le haga blanco de diatribas y recriminaciones, porque no hay derecho a que jueguen con la sociedad a su antojo, a lo que ellos creen que es política de la buena aunque los resultados se midan con hospitales abarrotados y cientos, de momento, de fallecidos.

Pero mis  letras de hoy no  tenían como objetivo emular a esos señores de las tertulias porque mis conocimientos acerca de la cosa política no van más allá que de "andar por casa". Yo quería hacerte saber que el corralón del convento de San José (El Carmen) está de enhorabuena, muy contento, porque en la áspera tierra sobre la que se hunden los nogales, han salido y florecido LOS AMORES. Me han llenado de alegría aunque me han dejado un tanto perplejo porque sus congéneres de la zona hace ya mucho que dejaron de exhalar  el suave aroma de sus flores y cerraron sus corolas sobre sí mismas y se fueron calladamente, sin armar alharacas, como si sintieran vergüenza por ser tan lindas al tiempo que sencillas y es que en la sencillez, en la humildad, es donde, de verdad, radica lo grandioso, lo bello, lo inigual, lo maravilloso. Pues, sí, mira, mientras en el mundo, fuera de los muros del vetusto convento, el vulgo anda atemorizado porque, en el ambiente, anda haciendo de las suyas un virus con corona, el Covid 19, que se ha introducido en el país subrepticiamente, en el secarral, que es el corralón, como te digo, ha tenido lugar un alumbramiento. Han nacido tres AMORES, muy guapos ellos. Y como aconteciera con su pariente, el Narciso amarillito, del que te di noticia en su día, son respetados por los voraces picos de media docena de gallinas que no dejan "títere con cabeza", no dejan medrar, qué digo medrar, no dejan salir a cualquier planta que ose, aunque solo sea asomarse un poco por encima del ras del suelo. Pero, mira, a los NARCISOS, porque los AMORES son también NARCISICOS. 

Éstos que han descubierto, en el día de ayer, la luz del día no florecieron el año pasado, ni el anterior por lo que me dieron una gran alegría. Creo yo que se debe a la aparición de las gallinas en el corralón porque con su ir de un lado a otro escarbando el terreno, como lo haría una gran excavadora, y, claro, han ido, a su vez, enriqueciéndole con sus ricas deposiciones y esa sería la causa, a mi modo de ver, de que florecieran este año aunque haya sido con retraso respecto de sus hermanas primerizas lo han hecho en los jardines de la Villa, también en el de la parroquia de San Francisco.

Ellos te llevan hoy mi saludo, mis 

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

21.3.2020. Sábado

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.