Florece el Lirio

ESTAMPA CAUDETANA.
FLORECE EL LIRIO

Ya era hora de que lo hiciera tres años haciéndose el remolón, pero, al fin, FLORECIÓ. Cuando me llegó la orden de traslado de la Villa y Corte a la Real Villa de Caudete muchas fueron las plantas que, en sus tiestos, me acompañaron (de ello te puede hablar Miguel, el hermano del P. Luis Torres, y sus hijos que las descargaron de la furgoneta y las subieron al claustro) No pude traerme la jardinera donde crecía muy a gusto el LIRIO AMARILLO que ves al principio, pero decidí traerme unas raíces y, así, se vino conmigo desde Madrid donde crecía en aquella jardinera de unas proporciones que...  Allí, en mi bosquecillo, florecía todos los años y, la verdad, era una gozada verle.
Lo había tomado hacía mucho tiempo, con permiso presunto, del parterre de una calle  de un poco más abajo de donde yo vivía que se llama  Ángel de Diego Roldán. En los parterres de esa calle, los dueños de los chalets, sembraban plantas y los tenían preciosos, daba gusto pasear por ella. En uno de ellos crecían  unos lirios preciosos, de varios colores. Un buen día pasaba yo por allí y viendo que un raigón sobresalía de la dura arcilla madrileña, tierra áspera, me hice con él. Le lleve a mí bosquecillo y allí medró en la alegre compañía de tantas y tantas plantas cómo crecían en él. No sintió morriña porque se encontró muy bien en aquella tierra tan bien cuidada de mi jardinera, además no se había ido a las antípodas pues, ni siquiera distaban los lugares de origen y de destino, entre sí, unos 300 mts.
Un alegrón me llevé cuando, en la tarde del domingo, día de la RESURRECCIÓN DE JESÚS, bajé al corralón a hacer algo de ejercicio porque, como seguimos sin poder poner un pie en la calle por eso de la pandemia traída por el coronavirus Covid 19...
Solo eran las 18,00 horas y el sol se había ido, hacía rato, a buscar mejor ambiente, al suroeste, allá en el hemisferio Austral. Ya te dije que no era el sol de otros días porque había tenido una fuertísima competencia, tan fuerte, tan fuerte, que el pobre sol parecía una bombillita de 40 watios y es  que el SEÑOR JESÚS, había  RESUCITADO.
No la vi inmediatamente. Yo estaba a lo que había bajado. Con rastrillo en mano iba a poner orden y limpieza en la zona sur del corralón y cuando le tocó al lugar donde encontró acomodo el plantón que traje de mi bosquecillo madrileño, tres años atrás, descubrí la maravilla. No pudo encontrar, el LIRIO AMARILLO, mejor día para florecer. Y es que el corralón tenía que estar presente en el momento maravilloso de la RESURRECCIÓN DE CRISTO y, yo, que por la fe, estaba contento de por sí, figúrate cómo me quedé cuando la vi, ¡de una pieza! De mi boca y de mi corazón salió, hecho realidad, mi pensamiento:
"ha venido a ofrecérsete, Señor, hoy que te celebramos VUELTO A LA VIDA, RESUCITADO!"
- En aquel momento no tenía a mano el telefonillo, además, se había llevado consigo el sol la luz del día. Así que disfruté de la flor yo solito.  Ayer, también sin sol porque unas nubes con mala cara cubrían el cielo de la Real Villa y que no tardaron mucho en pelearse entre ellas.  Aquello parecía Hellín en día de tamborrada y como se hacían mucho daño, comenzaron a llorar a chorros (como llora Susana cuando tiene motivos para hacerlo) mojando, en pocos minutos, toda la Villa. Pero yo tuve tiempo de poner las flores del LIRIO AMARILLO a buen recaudo.
- Ella se ofreció a sí misma, en representación de toda la foresta del corralón del convento de San José (El Carmen), como ofrenda, a JESÚS RESUCITADO.

Y yo te la ofrezco a ti y, de paso, te lleva mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
14.4.2020. MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA. Día 30 del confinamiento.

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.