ESTAMPA CAUDETANA.
LA SACRISTÍA DE SANTA CATALINA SE LAVA LA CARA.
LA SACRISTÍA DE SANTA CATALINA SE LAVA LA CARA.
Ya hace más de un año que la Real Villa de Caudete y a su área de influencia se
vieron zarandeados por un movimiento sísmico. A consecuencia de ello algunos
cascotes de mampostería se vinieron abajo y, como si hubiera sido un dedo, se
metió en las heridas que otro terremoto, éste, en 1991, creo, y, claro, hizo
sufrir más de la cuenta a paredes y bóvedas.
Nada más producirse el sismo se presentó el Edil al frente de los miembros de Protección Civil y clausuraron toda la parroquia a la espera de que vinieran a ver y emitieran su juicio los de Patrimonio Albaceteño. No se dieron mucha prisa. Quedábamos a la espera del dictamen. Mientras tanto, las celebraciones litúrgicas se llevaban a efecto en nuestra iglesia del convento de San José (El Carmen).
Se retiró mampostería que amenazaba venirse abajo, se picaron las brechas en arcos y paredes. Se sellaron para ver si se abrían. Se colocaron unas protecciones en las cristaleras de las ventanas y, no mucho tiempo después, una vez comprobado que no existía peligro, se abrieron las puertas de par en par.
Desde entonces venimos abrigando el deseo de subsanar desperfectos en la sacristía y, de paso, lavarle la cara. En el Ilmo. Ayuntamiento se negaban en redondo mientras no tuvieran en la mano el visto bueno de Patrimonio, y dotarla de una luminosidad que la sacara del oscurantismo propio de la Edad Media porque, la verdad, más que una gran sacristía, parecía una cueva donde se movía con soltura, como si fuera su propia casa, el bueno de Juan Domenech, el sacristán, que, por cierto, celebraba ayer su onomástica.
(Las croquetas hechas por él y la ensaladilla rusa, plato estrella de Emilia, su señora, estaban ¡cómo estaban! de ricas.
Llegó el visto bueno de Patrimonio y comenzaron las obras.
Ayer, en un impás, me colé en el local y, ya le ves, cómo se encuentra. Yo creo que el moro Tarik, que rindió la plaza en el siglo VIII cuando, enarbolando el alfanje y el pendón con la media luna, al mando de sus huestes moras arrasó la Villa, no haría tanto daño, tanta confusión y tanto destrozo.
Abrigamos la esperanza de que todo ese follón redundará en un beneficio notorio para todas las personas que vayan a hacer uso de la estancia.
Las obras nunca llegan solas, siempre se encuentra uno con sorpresas y eso es lo que ha pasado en la antesacristía. Al picar en el techo se han encontrado con unas vigas de vete tú a saber de cuándo y, ante el imprevisto, han tenido que colocar dos vigas de hierro para prevenir que no se venga abajo el techo sobre el que existe una sala multiusos al servicio de los grupos parroquiales
Nada más producirse el sismo se presentó el Edil al frente de los miembros de Protección Civil y clausuraron toda la parroquia a la espera de que vinieran a ver y emitieran su juicio los de Patrimonio Albaceteño. No se dieron mucha prisa. Quedábamos a la espera del dictamen. Mientras tanto, las celebraciones litúrgicas se llevaban a efecto en nuestra iglesia del convento de San José (El Carmen).
Se retiró mampostería que amenazaba venirse abajo, se picaron las brechas en arcos y paredes. Se sellaron para ver si se abrían. Se colocaron unas protecciones en las cristaleras de las ventanas y, no mucho tiempo después, una vez comprobado que no existía peligro, se abrieron las puertas de par en par.
Desde entonces venimos abrigando el deseo de subsanar desperfectos en la sacristía y, de paso, lavarle la cara. En el Ilmo. Ayuntamiento se negaban en redondo mientras no tuvieran en la mano el visto bueno de Patrimonio, y dotarla de una luminosidad que la sacara del oscurantismo propio de la Edad Media porque, la verdad, más que una gran sacristía, parecía una cueva donde se movía con soltura, como si fuera su propia casa, el bueno de Juan Domenech, el sacristán, que, por cierto, celebraba ayer su onomástica.
(Las croquetas hechas por él y la ensaladilla rusa, plato estrella de Emilia, su señora, estaban ¡cómo estaban! de ricas.
Llegó el visto bueno de Patrimonio y comenzaron las obras.
Ayer, en un impás, me colé en el local y, ya le ves, cómo se encuentra. Yo creo que el moro Tarik, que rindió la plaza en el siglo VIII cuando, enarbolando el alfanje y el pendón con la media luna, al mando de sus huestes moras arrasó la Villa, no haría tanto daño, tanta confusión y tanto destrozo.
Abrigamos la esperanza de que todo ese follón redundará en un beneficio notorio para todas las personas que vayan a hacer uso de la estancia.
Las obras nunca llegan solas, siempre se encuentra uno con sorpresas y eso es lo que ha pasado en la antesacristía. Al picar en el techo se han encontrado con unas vigas de vete tú a saber de cuándo y, ante el imprevisto, han tenido que colocar dos vigas de hierro para prevenir que no se venga abajo el techo sobre el que existe una sala multiusos al servicio de los grupos parroquiales
no parece que se encuentren en mal estado las vigas de madera de tiempos
pasados. Pero "prevenir es mejor que curar". Con esas vigas de
hierro, ese techo y el salón sobre el que se levanta una de las salas
parroquiales, pueden aguantar, sin preocupación alguna, durante otros muchos
cientos de años.
Se le ve alegre al párroco porque una de las mejoras consistirá en bajar a ras del piso los armarios donde se guardan las vestiduras sagradas porque, el hombre, no es que haya crecido poco, es que el peso de los calendarios van tirando de uno para abajo y, eso, se nota. Hasta ahora nos echaba una mano la banqueta que había situado allí, Juan, el sacristán. A la finalización de las obras ya no será necesaria la banqueta.
También se va a ganar espacio para disponer de huecos para exponer algunas piezas, elementos de culto, antiguos, de algún valor, para que puedan ser vistas por quienes quieran girar una visita.
Creo que lo van a dejar muy bien. Pero eso no le va a evitar "la dolorosa" y, la dolorosa, según especifica el Párroco en noticia que cuelga en la cancela de la Parroquia se mueve entre los DOCE Y TRECE MIL Euros. Y, oye, que la feligresía lo ve porque, también especifica, que ya han depositado en la cuenta de la parroquia ayudas por un importe de 2.700,00 €.
¡Buenos son!
Se le ve alegre al párroco porque una de las mejoras consistirá en bajar a ras del piso los armarios donde se guardan las vestiduras sagradas porque, el hombre, no es que haya crecido poco, es que el peso de los calendarios van tirando de uno para abajo y, eso, se nota. Hasta ahora nos echaba una mano la banqueta que había situado allí, Juan, el sacristán. A la finalización de las obras ya no será necesaria la banqueta.
También se va a ganar espacio para disponer de huecos para exponer algunas piezas, elementos de culto, antiguos, de algún valor, para que puedan ser vistas por quienes quieran girar una visita.
Creo que lo van a dejar muy bien. Pero eso no le va a evitar "la dolorosa" y, la dolorosa, según especifica el Párroco en noticia que cuelga en la cancela de la Parroquia se mueve entre los DOCE Y TRECE MIL Euros. Y, oye, que la feligresía lo ve porque, también especifica, que ya han depositado en la cuenta de la parroquia ayudas por un importe de 2.700,00 €.
¡Buenos son!
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
25.6.2020. Jueves. (C. 939)
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
25.6.2020. Jueves. (C. 939)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días, P. Alfonso, ya le llegó la hora a la sacristía de Santa Catalina, ¡ Todo llega! Después de tan desolador desastre como la demuestra en sus fotos, quedará guapa cómo se merece un lugar tan previlegiado.Que tenga un buen día.
ResponderEliminarTengo que decir al respecto que desde hace bastantes años la Cofradía del Niño decidió donar a la Parroquia de Santa Catalina la cantidad de 4.000 €, ya con motivo de las necesidades de arreglo que se observaban en la sacristía.
ResponderEliminarDisponible la cantidad durante varios años en las cuentas bancarias de la Cofradía, fue al final de la presidencia de Francisco Carrión, Graci Deva como tesorera y yo como contador cuando casi "exigimos" que la Parroquia se hiciera cargo de la donación realizando la correspondiente transferencia bancaria.
Lo que ya no sé es si aquel dinero está disponible para la reforma que ahora se está llevando a cabo o hizo falta para otras necesidades mas perentorias.