ESTAMPA CAUDETANA.
A LA FRANCESA
(Uno de los cuatro cipreses del claustro conventual que servían de dormitorio a
los cientos de tejaínos)
Está triste el claustro del convento de San José (El Carmen), muy triste.
Ya te he dicho en alguna ocasión que en las anochecidas y en las amanecidas se
formaba un guirigay de "aquí te espero escopeta" porque cientos de
tejaínos (gorriatos) encontraban su ramita donde posarse y amartillar sus patas
para dormir tranquilamente sabiéndose a salvo del gato que campa a sus anchas
por el corralón porque tiene vedada la entrada en casa y, por supuesto, en el
claustro dónde encuentran acomodo, ya te digo, cientos de tejaínos.
Pero, desde un tiempo a esta parte, el silencio más absoluto ha venido a
invadirlo todo.
Ya no forman el guirigay, el jolgorio, los tejaínos buscando ramita para
posarse y dormir. Ya no van volando de ciprés en ciprés buscando mejor
acomodo.
Ya no se oye el menor de los ruidicos.
Ya no nos despiertan por la mañana.
Ya no nos sacan de la cama cuando el sol manda por delante de él las claridades
que anuncian la llegada de un nuevo día.
Ya todo, en el claustro, es calma.
Ya todo es tranquilidad.
Ya no se oye la alegre sinfonía de su piar.
Ya sus riñas y disputas, buscando un mejor lugar para pasar la noche, no tienen
lugar. Ya no nos echan de la cama por la mañana, ya no.
Ya el silencio es total.
Ya no vienen los tejaínos a dormir en los cipreses del claustro.
-¿Habéis hecho algo para que no vuelva la pajarería cada tarde?, preguntó
mientras cenábamos, un fraile. Es que llevo unos días observando que la pelea
que se traían cada tarde no tiene lugar.
Y yo le contesté:
- Nada. Han dejado de venir sin más. Se han ido A LA FRANCESA, cosa que me
viene llamando, también a mí, la atención. Sí, se han despedido "A LA
FRANCESA".
Y aventuré una hipótesis muy plausible:
Vengo observando por los suelos del claustro muchas plumas de tejaínos y,
asociando hechos he llegado a la conclusión de que nos han echado de los
cipreses del claustro conventual a los pajaricos, las rapaces nocturnas.
- Yo suelo meterme en la cama bastante avanzada la noche y, antes de
"cerrar el sobre", he venido escuchando el canto especial de
lechuzas, cárabos o búhos. Sólo tres gritos que atraviesan la noche y llenan de
ecos el claustro. A mí, no me helaban la sangre pero creo que a los pajaritos,
sí. Les estremecían y provocaba que se movieran y eso era lo que buscaba
el depredador porque una vez descubierta su localización, el grito desgarrador
que profería me estaba indicando que la garra del depredador había hecho presa
en el pequeño tejaíno y no pocas plumas del volátil caerían balanceándose hasta
el duro suelo claustral.
- Y, dado que los gritos de terror para las pequeñas aves se venían produciendo
con intervalos cortos, me daba a mi pensar que estaban de cría. De ahí la gran
cantidad grititos de estertor de las presas y de plumillas por los suelos
del claustro que les arrancarían con sus garras, los cazadores de la noche.
- Y, claro, sigo presumiendo yo, ante la debacle que se venía produciendo, cada
noche, alguno de los machos alfa de la bandada mandaría a todos, ¡a todos!
poner "las alas en polvorosa" hacia otros lugares que les dieran
mayor y mejor protección.
- Y, claro, se despidieron A LA FRANCESA.
- La despensa de la lechuza, del cárabo o del búho se les quedó totalmente
vacía y, a nosotros, se nos fue el despertador.
Recibe mi saludo. Mus
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
29.8.2020. Sábado. (C. 1003)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Muy buenos días , P.Alfonso, ¡ Pobre tejanos! Cómo no van auir si se han apoderado de su espacio esos depredadores . Pues es una lástima que no puedan oír sus cantos que siempre da gusto escuchar a los pajarillos. Que tenga un buen fin de semana.
ResponderEliminarBuenos días P. Alfonso. Los pobres pajaritos ante el peligro que les acechaba han tenido que salir huyendo de los cipreses del Claustro del convento . Que penica tendrán de no poder escucharlos ustedes. Se habrán buscado un lugar mas seguro . Buen sábado para todos.
ResponderEliminarLa naturaleza es sabía,y por ende los pajarillos saben muy bien del peligro que les acecha en los claustros del convento.Se fueron buscando seguridad,Ojalá la encuentren.Que tenga un buen sábado P.Alfonso.
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