ESTAMPA CAUDETANA
EL RECOGIDO RINCÓN DEL CORRALÓN.
- Ayer por la mañana, Luis, que a veces se acerca a Amigos de la Historia
Caudetana, para, leyéndolos, recibir mis "buenos días" servidos por
el Blogs, me dijo algo como:
- "¿Ya has terminado de sacar a pasear el CORRALÓN del convento de San
José (El Carmen)?"
- No, le dije, me queda abrirle la puerta a la joya.
- "¡Todavía queda más!", me dijo sorprendido.
- Pues, sí. Luis, me queda la joya.
- La joya es la parte más estrecha del corralón. Está situada al norte,
allí donde se topa con la calle Mercado.
- Es un espacio angosto. El más angosto de todo el corralón. El sol solo le
pega, y lo hace bien, cuando se encuentra en su cénit. La razón no es otra que
por levante se levanta un bloque de viviendas con varias alturas y por poniente
se levanta el convento.
- Ese pequeño espacio se lo reparten, molestándose un montón, dos
algarrobos. Uno situado al principio y el otro comparte el fondo con un apuesto
ciprés desde el que no impide, el muro de separación, al gato, asomarse, por
encima de él, a la calle. Y digo que desde él contempla el gato la calle,
porque cuando percibe cierto peligro, es muy esquivo, sube tronco arriba hasta
todo lo alto. Es tan alto el ciprés...
- En el terreno existente entre ambos algarrobos y el ciprés crecen, buscando
el sol, un laurel, una oliva que necesita ser injertada porque da unas
aceitunas muy chiquititas, un árbol del paraiso y cuatro gratecos que para los
alcorques de cualquiera de las calles de Madrid, los quisiera el Sr. Alcalde de
la Villa y Corte de lo hermosos, por lo frondosos que son.
- Toda la foresta, de hoja perenne, encuentra en el lugar un ecosistema ideal
para medrar todos ellos y, bajo ellos, para cualquiera que decidiera, en tiempo
de verano, pasar un rato leyendo en cualquiera de los tres bancos de piedra a
los que no llega ni un solo rayo del sol, tan tupidas son las copas de la
arboleda, principalmente las de los algarrobos. Y, en invierno, encuentran
acomodo en el respaldo de uno de los bancos a resguardo de heladas, lluvias y
aires, las seis gallinas que, durante el día, rastrillan y escarban con sus
patas por todo el corralón e impiden que crezca cualquier hierba y persiguen a
muerte a todo insecto o bicho que entre a husmear en él.
- Esta es la joya, esta es la pérgola verde que crece en la parte norte del corralón.
- ¿Ves, Luis?, todavía me faltaba poner en la calle a la joya del corralón. Hoy
le tocó a ella.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
10.12.2020. Jueves. (C. 1.107)
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Buenos días. Verdaderamente eres un pozo de sorpresas, capaz de sacar una buena reflexión de "cosas" que están ahí y, para muchos de nosotros, pasan desapercibida. Saludos para todos.
ResponderEliminarMuy buenos días , P. Alfonso, hoy nos presenta otro rincón más del corralón , con toda su explicación vamos conociéndolo poco a poco se mantiene de bien cuidado.Que tenga un buen día.
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