lunes, 7 de diciembre de 2020

La Desolación

ESTAMPA CAUDETANA.
LA DESOLACIÓN.


En el medio día de ayer me asomé por la ventana de la sala de estar. En la Tv. Hablaban de las declaraciones que habían hechos los distinto grupos políticos acerca de la celebración festiva de la firma y puesta en marcha de la CONSTITUCIÓN  que nos dimos hace 43 años. ¡Qué pena!  Si hubieran sido piedras se hubieran coronado las cabezas de los prebostes, de los unos y los otros, con unos hermosos chichones o "piqueras", que decíamos los chicos en mi pueblo. Pero, no. Sólo eran palabras y las palabras ya sabemos que se las lleva el viento.
Mientras parloteaban desde la ventana de la tv., me acerqué a la ventana.  Fuera, el frío reinaba a sus anchas al otro lado del cristal; dentro, diría yo, que también se dejaba sentir a la vera del ventanal al que atravesaba sin mucha dificultad. Miré al sureste del corralón y apareció ante mi vista la DESOLACIÓN más dramática. Los tres nogales habían sido despojados paulatina, pero tenazmente, de casi toda su hermosura y lo poquito que les quedaba, unas hojitas por aquí y otras por allá,  se lo estaba tirando al suelo la borrasca Dora que, tras el largo viaje que emprendió estos días de atrás, desde el Polo Norte, cargada de frío, estaba convirtiendo los pedúnculos de las hojas, en cristalitos que al ser movidas por el viento recio, que también traía Dora consigo, caían lejos, allí a donde las llevaba.
Sí, era DESOLADOR el aspecto que presentaba ese lado del corralón al medio día de ayer, acrecentado por el abandono en que se encuentra. Abandono que obedece a que Miguel, el ferretero, nos acaba de servirnos una máquina para triturar todas las hojas caídas con el fin de convertirlas en abono biológico porque, como ya te he dicho en alguna otra ocasión, las hojas de los árboles son verdaderos depósitos de minerales que han sido depositados en ellas por una sabia bruta que los ha transportado desde los veneros subterráneos donde los obtienen las raíces adventicias que se desparraman, como pelo ensortijado, muy hundidas en la tierra.
A ver si, tras un mes de espera, acaba de llegar la trituradora y el corralón pueda brillar limpio como el jaspe.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
7.12.2020. Lunes.  (C. 1 104)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

 

2 comentarios:

  1. Fina Solera Rodriguez7 de diciembre de 2020, 0:25

    Buenos días P. Alfonso . Hoy al contrario que ayer nos muestra la otra cara de los árboles del corralon del convento . Si ayer fueron los árboles fuertes al frío y que siguen verdes y guapos hoy les toca a los que con el frío y el viento han quedado que da pena verlos . Pero lo bueno es que en primavera volverán a lucir sus hojas y frutos . Que tenga un buen día.

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  2. Muy buenos días, P. Alfonso, ¡ Madre mía qué cambio de un día a otro !! Pero dice que después de la tormenta llega la calma en éste caso ha sido al revés, pero esperemos que vuela la calma y el viento no vuelva hacer de las suyas. Que tenga un buen día.

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