La Madre de Todos los Árboles

ESTAMPA CAUDETANA.
LA MADRE DE TODOS LOS ÁRBOLES.

Antes de ayer todo comenzó muy temprano. A su vuelta de celebrar en el monasterio de las monjas Carmelitas de Clausura, el P. Ángel nos traía la noticia:
¡Están montando un árbol de luz en la Plaza de El Carmen!
Mediado el día, el excelente personal del Ayuntamiento, ya le habían plantado a falta de situarle la cúspide.

Con la llegada de la noche de antes de ayer, no se encendió en luz. Al parecer les faltó dotarle de algún detallito. Pero, así, oscura y todo, ya apuntaba detalles.

El árbol de la Plaza del Carmen, MADRE DE TODOS LOS ÁRBOLES LUMINOSOS de la Real Villa de Caudete, había plantado su base rodeando a la fuente y torre de farolas (dos de las cuatro siguen con sus luces fundidas) y se eleva y se eleva hasta conseguir que la estrella más linda de todas las que pueblan el firmamento que cubre la Plaza de El Carmen, pudiera situarse, para lucir sus dones, en todo lo alto del pino eléctrico. Y allí arriba la ves disfrutando, como una enana, aun siendo, como es, la más hermosa de cuantas estrellas coronan los árboles de la Villa.
Es grande, es grandioso, el árbol de la Plaza de El Carmen. Y como si fuera otro Polifemo, se tragó la fuente entera y el poste de farolas y de haber estado, a su alcance, también  hubiera fagocitado los árboles de luz de Santa Ana, del Barrio de San Francisco, de la Plaza de la Iglesia y de la Plaza Nueva, tan grande es.
Un buen puñado de ciudadanos estaba a la espera de que se diera paso a la electricidad para que llenara de luz el árbol y a la plaza entera y, así, llenarse las pupilas con el resplandor con el que se viste de luz el árbol.
Cuando pasé frente a él ayer por la noche, camino de Santa Catalina  para la Penitencial de Adviento, la Cruz verde luminosa que anuncia la presencia de un local de farmacia, se adornaba con el número nueve que era el guarismo que indicaba la temperatura a aquella hora, a las 19,30 horas. A pesar de no ser muy alta la temperatura, el ambiente era agradable porque los murcianos de Yecla, tenían bien sujetos los vientos que tanto molestan aquí en la Villa caudetana.
La  Plaza era un hervidero de gentes, las mesas de los locales estaban ocupadas por jóvenes y, a las  luces del árbol recién encendido, muchos niños correteaban de un lado a otro bajo la atenta mirada de sus padres que hablaban en  grupicos,.
A mi vuelta a casa, tras la liturgia penitencial de adviento, en la plaza seguía habiendo gentes en grupos, no numerosos, agotando el tiempo antes de que sonaran las campanadas que marcaran la reclusión forzosa en casa, porque, esta Villa, ha experimentado un auge notorio de infestados por el Covid 19, que ha sido la causa de que se hayan impuesto medidas drásticas durante los próximos diez días.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
19.12.2020. Sábado.  (C. 1116)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.