BUENOS DÍAS.
SIGUE FLORECIENDO LA ESTAPELIA.
En el alféizar de la ventana de mi cuarto tengo un tiesto, ya te lo he dicho otras veces y te lo he enseñado de Estapelia. Fue un regalo que le hicieron al párroco en tiempos del confinamiento impuesto por las altas autoridades de la nación para, decían ellos, prevenir el contagio del Covid 19, el año pasado y, hoy, en ese lugar de privilegio debido a que, desde que el sol se levanta de la playa de Alicante, y se introduce dentro del claustro está dándole luz a los colores de sus flores.
Ésta Estapelia se ha ido haciendo mayor, mereciendo,
poniéndose guapa y ha sido ahora cuando nos visitan los emisarios del invierno,
cuando ha dado "el do de pecho" y se está adornado con las lindísima
flores como esa que ves por encima de estas letras. Bien es verdad, que con ser
tan linda, tan guapa, tan bonita, tan llena de color que realza el sol recién
nacido, exhala un tufillo que deja bastante que desear, pues es semejante al
que desprenden carnes putrefactas. Pero, como afirma el dicho, "se perdona
la torta por el coscorrón"
Anoche, cuando la introduje dentro de la habitación para que
el frío que entra a enseñorearse en el vetusto claustro Barroco-Toscano del
convento de San José, el Carmen, no la haga ningún daño, había empezado a abrir
su corola solo una ventanica, un pétalo estaba "abierto de par en
par" y fue, al ponerla otra vez en el alféizar para que tuviera charleta
con el sol, cuando la descubrí totalmente abierta dejando ver la maravillosa
obra que fue haciendo poquito a poco,
sin prisas, la madre naturaleza en ella,
en la ESTAPELIA de mi ventana.
Ella, la ESTAPELIA, te ofrece hoy su flor y, yo, en ella, te
dejo hoy mi saludo y mis buenos días.
Con el deseo de que la bendición de Dios te sea propicia.
En Caudete a 10 de noviembre de 2021 (C. 1.414)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
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