ESTAMPA CAUDETANA.
EL BELÉN DE SANTA CATALINA.
Llevan ya unos días, 8 o 10, María José Martínez Martínez y su cuñado,
Juan Doménech, el sacristán, han andado trasteando con un montón de cajas
sacadas, de ellos saben dónde, dentro de las cuales se encuentran las piezas y
los elementos que, habiendo permanecido dormidos durante todo un año, son
sacados a la luz por los cuñados y utilizados para montar el Belén cuando
todo pugna por ponernos en ambiente celebrativo, con mucha antelación, a
la rememoración litúrgica del acontecimiento histórico jamás superado y que
partió en dos la Historia del ser humano, el nacimiento, como uno más, del Hijo
de Dios, de Cristo, del Señor.
Y, ahí tienes el trabajo finiquitado por María José y por Juan, dos días
antes de que noviembre se dejara caer suavemente en el nunca jamás dejándonos
el camino expedito para que caminemos a buen paso, ligeros, porque ligero
es el paso que llevan las manecillas del reloj (no las del reloj de la torre de
Santa Catalina que llevan muchos meses detenidas) confeccionando la tela donde
ha de plasmarse la historia. Y fue en el centro mismo de ese lienzo donde
apareció ÉL, apareció, destacado, Aquel por el que esa historia
echó a andar y, desde ese momento, todo mira hacia Él porque todo tiene sentido
y justificación en Él aunque llame poderosísimamente la atención que, quien
todo lo hizo, venga a tomar parte de la Historia en las afueras de una aldea,
de nombre Belén, en una familia formada por un joven matrimonio. María, se
llamaba ella, y, él, José.
Habían llegado hasta allí desde el lugar de su residencia habitual, ubicada a
120 kilómetros al norte, en el camino que conducía de Jerusalén, la capital, al
mar Mediterráneo y que para nada contaba en lo social y político del momento,
ni lo había hecho con anterioridad. Tal lugar se denominaba Nazaret.
Ellos, por pertenecer a la familia de David, se vieron obligados a emprender
viaje al lugar de la progenie, aún estando Ella en estado muy avanzado de buena
esperanza, la ley así lo estipulaba. El emperador quería saber cuántos
súbditos tenía bajo su égida para lo que obligó a formar un padrón por familias
en todo su imperio.
Y hasta Belén, la ciudad de David, tuvieron que viajar en aquellas condiciones.
Pero, además de esa incomodidad, se les añadió otra, no encontraron acomodo en
ningún lugar dentro de la ciudad. Otros parientes se les habían adelantado y
coparon los espacios libres en casas de familiares y en las posadas lo que les
obligó a buscar cobijo fuera de la ciudad y lo encontraron, ¡fíjate! en una
cueva donde se guarecían los animales que en aquella ocasión, por no hacer mal
tiempo, vivaqueaban al raso.
Y, allí es donde tuvo lugar el acontecimiento más grandioso de la Historia,
allí nació hecho un ñaco humano, el Enmanuel, el Dios con nosotros.
¡Incomprensible! nada más humilde encontró Dios para posarse en la tierra que
ÉL creó. Ese misterio es el que han construído María José y Juan en la
capillica del NIÑO de la Parroquia de Santa Catalina. Disponiendo, así, un
lugarcico para rememorar el hecho más imponente que han contemplado y
contemplarán todas las generaciones humanas.
Os damos las gracias María José y Juan por el Belén.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
1.12.2021. Miércoles. (C. 1.422)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Buenas noches P.Alfonso .
ResponderEliminarPreciosa crónica la de hoy que me hace recordar tiempos de mi niñez y juventud .
Las figuras que ve usted en este Belén y muchas más que están guardadas son propiedad de la Archicofradía Dulce Nombre de Jesus. Le digo que hay muchas más pues yo he ayudado a ponerlas de chiquillo cuando hacía el Belén Andrés Marco García " Andrés el de Teresín " así se le conocia . Entonces se ponía el Belén en la Capilla de la Comunión y era mucho más grande, con muchas más casas y más figuras que ahora. Andres era un artista, el era el que montaba el Belén con la poca ayuda que le hacíamos los monaguillos y algunas personas más. Ponía en el Belén hasta bancalicos de cereales que sembraba en su casa en cajas pequeñas,poníamos tambien musgo, piteras pequeñas,romeros ,tomillos,
sanjolia , había también un río en el que corría el agua , en fin una maravilla , lástima que no tengamos fotos.
La mayoría de figuras de el Belén se compraron siendo presidente primero Joaquín Pagán Valero y luego su hermano Enrique, que lo fue hasta finales de los setenta , encargándose de comprar las figuras " Andrés el de Teresín "
Agradezco y doy las gracias Juan y a María José por el trabajo que hacen siguiendo la tradición de poner el Belén en la parroquia de Sta Catalina , mi comentario ha sido un recordatorio de lo que se hacía antes , si querer comparar ni menos preciar el trabajo de ahora pues entiendo las diferentes épocas y circunstancias .
Muchas gracias a todos.
Pta.
Andrés me decía que ha poner Belenes le habían enseñado las "monjas de cano " María Rosa ,y Angélica .
El villancico que suena lo cantaba el coro parroquial de Sta Catalina dirigido por Benjamín Serrano Díaz, que a la vez también tocaba el armonio.
ResponderEliminarDirigió el coro desde 1940 hasta 1974.
La versión que oímos está echa por el grupo Fiadora y José Conejero Pérez " Pepico Lirón ". Precioso, muy bonico.