lunes, 30 de mayo de 2022

El Siglo XXI (La Calle)


ESTAMPA CAUDETANA.

EL SIGLO XXI (LA CALLE

El sábado fue un día  atareadico. En la agenda parroquial constaban apuntados tres matrimonios y un bautizo, además de los oficios de las vísperas de domingo y fiestas.

Por la mañana, a las doce treinta horas dos parejas se habían puesto de acuerdo para emitir sus votos matrimoniales. En una de ellas, celebrado en la iglesia parroquial de Santa Catalina, contraía nupcias uno de los hijos de Juan Doménech, el sacristán. Y la otra, un joven campellano (de El Campello) enlazaba su vida a una guapa mocica,  natural de esta Real Villa de Caudete y lo hacían acompañados de sus familiares y un grupo reducido de amigos, en el templo parroquial de San Francisco de Asís.

Por la tarde,  a las 17,00  horas,  volvió a vestirse de fiesta la parroquia de  San Francisco, porque la tercera boda iba a tener lugar allí, una pareja de jóvenes iban a manifestar públicamente su compromiso matrimonial.

Sí, tres bodas en un mismo día. Además, coincidiendo con el horario del último de los enlaces matrimoniales, en la iglesia parroquial de Santa Catalina, introdujimos en la Iglesia a través de las aguas del bautismo a Pablo. Pablo es un niño precioso que vino al mundo en Ciudad Lineal de Madrid, allí donde termina Arturo Soria, por la Red de San Luis. Su madre, natural de esta Real Villa de Caudete quiso que su hijo siguiera sus pasos y aquí se lo trajo para que recibiera las aguas del Bautismo.

Sí, ayer, el Espíritu Santo tuvo trabajo aquí en la Villa caudetana porque fue convocado para fundir con su amor, o en su amor, a tres parejas que han visto muy bien hacer con sus vidas una sola y nueva realidad, la de su Santo Matrimonio, para afrontar con decisión, empuje y valentía la gran obra de vivir inmersos en el amor de Dios para, llevándolo a la práctica en sus propias realidades humanas, según el proyecto divino, desgajados, cada uno de ellos, del tronco familiar donde crecieron, se unieron para formar nuevas entidades, nuevas familias, otros tantos matrimonios. Y, para finalizar, también tuvo trabajo en el bautizo de Pablo.

Al finalizar la liturgia bautismal por la que introdujimos a Pablo en la gran familia de Los Hijos de Dios, La Iglesia, me quedó un tiempo que aproveché para dar un paseo por allí donde la Villa le va ganando terreno al campo con la construcción de nuevas viviendas familiares, todas ellas de lindas líneas, guapas de verdad, y, al hacerlo, van trazando nuevas calles y así, en este siglo XXI, pasee por la calle con aspiraciones de ir a más que tiene por nombre Siglo XXI, así como lo lees, Siglo XXI, calle que ha de llevar al personal que se vaya sucediendo en el ir haciendo historia caudetana, en busca de la sierra Alácera por el campo, ya no através, sino urbanizado y calendario a calendario hasta el siglo XXII que se aventura en lontananza. Me dejé caer por ella, por el Siglo XXI hasta la Avda. de las Jornetas para volver a Santa Catalina para la Eucaristía de la víspera de la Ascensión del Señor, fiesta muy grande en el calendario Cristiano, pues celebramos la entrada del Ser humano, en la persona divina de Jesús, en el ámbito de la divinidad “Vuelvo a mi Padre y vuestro Padre”, acontecimiento grandioso que pone en tensión a toda la humanidad hasta que todos seamos en el Padre, como lo es nuestro Hermano Jesús, el Hijo de Dios que se hizo hombre, “el hijo del Hombre” como le llamó el profeta Daniel ((cap. 7) mucho antes de que se vistiera con nuestro hato.

Mientras subía hasta la parroquia, desde el campanario de la torre de Santa Catalina, salían los alegres tañidos que nos convocaban a la alabanza del Señor.

 Recibe mi saludo, mis

       ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

30.5.2022. Lunes. (C.1.524)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.

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