ESTAMPA CAUDETANA. EL EJERCICIO DE LAS FLORES.
Es una tradición linda esa de ofrecer a la Virgen María el
EJERCICIO DE LAS FLORES cada día de los que llenan la planilla del mes de mayo.
En esta Real Villa de Caudete tiene lugar por partida doble: Se lleva a efecto
en el Santuario, lugar por excelencia ya que allí tiene su casa la imagen de la
Patrona, la Virgen de Gracia, y otro tanto acontece en la parroquia de Santa
Catalina.
Presumo que las Madres Carmelitas de Clausura y la Hermanas
del Amor de Dios, también honrarán a la Virgen María en este, su mes, a Ella
dedicado desde tiempo inmemorial. Faltaría más, Las monjas por ser, cómo te
diría yo, aquellas personas que tocadas en la intimidad de sus almas por el
Espíritu Santo tomaron la opción de entrar, de una manera más total, a estar
con Ella en la Orden religiosa a Ella dedicada, la del Monte Carmelo y, claro,
se cae de su peso que, sin duda alguna, tendrán acotado en su horario ese
ratico a Ella dedicado, ratico que no comparten con sus hermanos, como sí hacen
con la Eucaristía diaria y la adoración al Santísimo Sacramento en las tardes
de cada domingo en horarios por todos conocidos. Y la Hermanas del Amor de
Dios, que viven su espiritualidad bajo los auspicios de la Virgen Niña y,
además, por exigencia de su carisma diferenciador, llevan adelante la gran obra
de la educación y formación de nuevas generaciones, deben tener en su
programación ese mostrar al mundo de la niñez y juventud el camino por el
que han de llegar a encontrarse con Ella, con la Madre del Señor y, en este mes
de mayo, uno de los medios de aquella programación tiene que ser el de llevar
adelante el Santo Ejercicio de la Flores a la Virgen Madre del Señor y Madre de
todos.
Ayer hizo calor, calor, tanto que di en pensar que el mes de mayo, todo
ufano, le estaba gritando al mes de julio, al que se intuye viniendo por
lontananza:
”Tú, ¿qué te has creído? ¿Que ibas a ser, con agosto y algo
de junio, los únicos en levantar el azogue del termómetro por encima de los treinta
grados y con aspiraciones de llegar a los cuarenta? Pues ya ves que no.
Además unas nubes que dejaban caer unas goticas, pocas, de
“sudor” aumentaban la sensación de ahogo por el calor y que, a la postre,
salieron pitando, huyendo de la “quema” dejando al sol dueño y señor del predio
caudetano.
En medio de ese agobio me decidí a bajar andando hasta el
Santuario después del Manifiesto del Señor Sacramentado en el monasterio de las
monjas Carmelitas de Clausura. Se contaron con los dedos de una mano a las
gentes que me encontré por el Paseo de la Virgen de Gracia. Al llegar, tres
coches me estaban diciendo que había fieles en el Santuario.
¡Qué bien se estaba dentro de la casa de la Madre! La piel
húmeda por el sudor del camino en contacto con el frescor del interior hizo las
veces de fresquera y, mira, allí se estaba de maravilla. No había hecho más que
tomar acomodo, cuando Teresa, rosario en mano, comenzaba el rezo a la Virgen no
sin antes, decirle a la Virgen que tomara cuenta de un montón de cosas por las
que se le ofrecíamos.
Cuando Teresa metía el rosario en su carpetica tomó el
testigo Lourdes, la santera, que, desde el ambón del presbiterio, dirigió el
Santo ejercicio de las Flores a la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra.
Cuando salí del Santuario andaba propinando “bofetones” un
sol reluciente que no tenía prisas por llegarse hasta mi pueblo de Oropesa y,
desde allí, pasar a Portugal para dar el salto a las tierras que descubriera
Cristóbal Colón en 1.492.
Sí, en esta Villa caudetana, cada mes de mayo, se le tributa
a la Virgen María, Madre del Señor y Madre Nuestra, el santo ejercicio de las
flores.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
23.5.2022. Lunes. (C. 1.518P)
P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.
Muy buenas tardes . P. Alfonso. Es bueno o más que bueno no olvidarnos de nuestra Madre la Virgen , en todos los días del mes de Mayo ,y ofrecer el rezo de las flores , donde se recuerda como si fueran de verdad flores con su gran perfume todo para ELLA, que todo se lo merece y tanto necesitamos de su amor. Que tenga un buen día.
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