Emigraron los Mirlos.

ESTAMPA CAUDETANA.

EMIGRARON LOS MIRLOS.

(Abajo, a la derecha, ves a la palomica que ha salido del nido a dar una vuelta)

Hace algún tiempo te decía que, el claustro del convento de San José (El Carmen) se había convertido en un campo de batalla porque una pareja de mirlos, emulando a los rusos, habían tomado posesión del mismo haciendo la vida imposible de una pareja de tórtolas. Los mirlos confeccionan  todos los años su nido para la crianza de sus polluelos, en uno de los cipreses que crecen en el claustro, emulando a  aquel famoso de silos, en el más frondoso

 Pero, hete aquí, que una pareja de tórtolas, utilizan otro de los cipreses, también bastante frondoso, aunque menos, para instalarse y formar el nido dónde sacar adelante sus polluelos. Entonces te decía que, cuando la tórtola macho o hembra entraban o salían del nido, los mirlos se lanzaban como misiles y, a picotajo limpio, los expulsaban del ámbito del que ellos se habían hecho dueños. Y es que, al parecer, los mirlos tomaban a los pobres tórtolos como depredadores y ellos defendían a sus pollitos que andaban dando sus primeros vuelos. 

No han firmado armisticio alguno pero, el hecho es que, los mirlos emigraron con su familia a otros pagos y aquí, en el silencio y recogimiento del claustro barroco toscano de este convento de San José, permanece la pareja de tórtolas que ha vuelto a anidar por segunda vez y ella, la tórtola, anda engüerando a la espera de que rompa el cascarón una nueva generación de esta especie. Ahora están tranquilicos. 

Ya solo se encuentra la pareja disfrutando de paz y sosiego y, mientras la hembra Engüera, el macho va de un lado a otro tratando de pescar algún insecto o alguna gramínea que, la verdad, no es que abunde en este pedregal con arte que es el claustro bajo del convento. 

Voy a ponerles maíz picado  de ese que mi compañero el P. Ángel emplea para alimentar a los pollitos de gallina para que no les falte sustento porque, los pobrecicos bien merecido se lo tienen después de haber padecido los ataques furibundos de los mirlos.

Desde la paz que reina en el claustro conventual salen a tu encuentro, mi saludo, mis 

 

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

3.6.2022. Viernes. (C. 1.524)

P. Alfonso Herrera Serrano. Carmelita.