domingo, 14 de agosto de 2022

La Higuerica de la Calle Mercado.

 

 


ESTAMPA CAUDETANA.                                                                                        

LA HIGUERICA DE LA CALLE MERCADO.


Ya hace tiempo te hablé de una higuera que nacía en la pared de una casa, la casa número uno, de la calle San Francisco, casa que, en su tiempo, fue carpintería y, en la actualidad, la ha adquirido, creo, el Ilustrísimo Ayuntamiento y la ha destinado para guardar elementos de las comparsas y de las procesiones. Después que di a conocer aquel milagro de la naturaleza hubo una mano que no tuvo reparo en hacerla desaparecer pero que, al no poder extraer las raíces, ha vuelto a renacer nuevamente y, en la actualidad, está muy guapa, como puedes ver en la foto que te adjunto seguidamente.


No quiero hablarte, ya lo hice entonces, de esa higuera de la calle San Francisco, allá abajo, en el barrio que lleva el nombre del santo de Asís, el amigo de los animales y ejemplo, por excelencia, de defensor de la naturaleza. No, hoy no te voy a hablar de esa preciosa higuera que surge a dos palmos del suelo y sale por una rendija existente en la pared. Hoy quiero hablarte de una pariente suya, y digo pariente porque, según he leído por ahí, son 387 las clases de higueras que pululan, por aquí y por allá, a lo largo y ancho de la faz de la tierra.

Además, el día de hoy, domingo, es una ocasión pintiparada para hablarte de esa preciosidad de insignificancia que sale de allí donde la pared se pega al suelo en el número cinco de la calle Mercado de esta Real Villa de Caudete. Estos días de atrás tuve necesidad de que el Torres, el peluquero, echará abajo mi pequeña melenica, esa que "en invierno es manta y en el verano sombraje", que dicen en mi pueblo de Oropesa, provincia de Toledo, justo, justo, en las antípodas de Caudete en la Autonomía Castellano-Manchega. Y te digo que el domingo es el día pintiparado para emplearla como vehículo del que me sirvo para trasladarte mi saludo mañanero porque, en el domingo, en el primer día de la semana, celebramos la Resurrección de Cristo y el pueblo cristiano fiel se reúne en la iglesia del lugar para celebrar el acontecimiento más grandioso que ha tenido lugar sobre esta bola viajera por el espacio, que es nuestro planeta Tierra y que no es otro que la Resurrección del Señor. Fue ver la higuerica saliendo de semejante lugar e, ipso facto, aparecer en la pantalla de mi mente, la figura de Cristo resucitado. 

Cristo resucitado surgió, desde las entrañas de la tierra, habiendo retomado su vida, por la oquedad que dejó libre la fuerza del "cataclismo" que ocurrió al alborear el primer día de la semana, el siguiente al viernes ignominioso en el que el Autor de la vida y de todo cuanto existe, se había ofrecido, a sí mismo, a Dios Padre, para sacarnos del atolladero en el que nos encontrábamos debido a nuestra desobediencia (Mt. 20,19). Y, esa higuerita que ves al principio de este escrito, es la que tuvo la capacidad de hacerme caer en la cuenta de semejante hecho: Si Cristo surge de entre las oscuridades de la muerte, esa higuerica, ha surgido, también, de las interioridades oscuras, inhóspitas, impenetrables del cemento o del mortero empleado para unir las piedras que constituyen la pared de la casa del mencionado número de la antes dicha calle, en la puerta siguiente a la  que el peluquero Torres tiene su lugar de trabajo.

 Recibe mi saludo, mis

 

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!

14.08.2022. Domingo. (1.547)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.


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