ESTAMPA CAUDETANA.
LA SIERRA ALÁZERA SE PONE LA GORRA.
Ayer por la tarde volví a tomar por la Avda, de las Jornetas para realizar mi paseo diario pero, en esta ocasión, en lugar de hacerlo desde abajo hacia arriba, lo hice al revés.
La tarde estaba desapacible, unos aires fríos que llegaban del norte nos traían noticia de que por aquellas tierras lo estaban pasando peor porque la nieve se había encargado de uniformar, bajo un manto blanco puro, grandes extensiones de terreno y, al llegar hasta nosotros, barrían con su escoba fría toda la zona. No me arredró y seguí mi paseo a pesar de que el frío encontraba la manera de entrar y llegar hasta mi piel.
Al frente, hacia el oeste, se veía claro el cielo. Al ir descendiendo, Avda Jornetas abajo, llegué a una parcela despejada que anda a la espera de acoger un chalé y, a lo lejos, aparecía, toda nítida, recortada en un cielo a punto de oscurecerse en el preciso momento en que estaban llegando desde el noreste una serie de nubes que LA SIERRA ALÁZERA SE LAS ESTABA PONIENDO DE GORRA.
No sé si esas nubes venían con buenas intenciones. Creo que no porque, en este momento en el que, por la pantalla de la televisión, corretean los futbolistas de San Sebastián y de Mallorca buscando plaza para la final de la copa del Rey, y que es el momento en que pongo por escrito el acontecer de ayer tarde, no ha caído ninguna gota. Pienso que aquí acontecerá algo parecido a lo que ocurre en mi pueblo de Oropesa (Toledo), las nubes que traen agua y la descargan allí son las que llegan desde el oeste, desde Portugal, y ponen a Ciscarros(*) negro como la boca de lobo. Recuerdo que en aquellas ocasiones salía mi madre a la puerta de casa y haciendo pantalla con su mano para evitar que la arena que levantaba el viento la cegara, nos gritaba:
"a casaaaa que viene muy negro por Ciscarros"
Y, no tardando mucho aquellas nubes negras como el carbón, que venían "echando chispas y haciendo mucho ruido a las que mi madre tenía un miedo cerval", se abrían en canal y dejaban caer sobre la Avda. de la Estación una gran tromba de agua.
No lo sé pero, a lo mejor, algo de eso acontece en el predio caudetano.
Continué mi paseo. El frío con el que me azotaba el viento, que iba y venía de un lado a otro, me hizo acelerar el paso.
A nadie me encontré en la Avda. de las Jornetas y, a nadie me encontré en la Avda. de la Libertad. Todo el mundo estaba dentro de sus casas al calorcito de la mesa camilla.
Saludé a la Virgen de Gracia contemplando su imagen de piedra en la Glorieta de la Cruz y, sin demorar más, enfilé Avda. de la Virgen arriba para volver a casa. Un matrimonio entrado en años y una señora con dos perricos que tiraban de ella y no al revés, fueron las únicas personas con las que crucé un saludo.
Sí, ayer por la tarde hizo frío en Caudete , potenciado, si cabe, por el viento reinante venido de por las tierras del norte.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
28.2.2024. ,Miércoles. (C.1.819)
(*) Entendemos por Ciscarros en mi tierra, la zona donde los Montes de Toledo dejan atrás la Autonomía de Castilla la Mancha y de introducen en la extremeña.
P. Alfonso Herrera. Carmelita.
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