Vana ilusión.

ESTAMPA CAUDETANA.

VANA ILUSIÓN. 

Han pasado cinco días, cinco. Entonces se las prometía muy felices aquel ventarrón que llegó a estos pagos presumiendo de fuerza e ímpetu y, para que no quedara duda de su autoridad, echó al suelo a un hermoso Olmo Pumila en la Avda. de la Virgen de Gracia, a la altura del chalé de Rafael y de Elisa. Y, tras hacer la faena, se largó con las negras nubes que  transportaba en su interior.

Daba verdadera pena contemplar el estado en que había quedado el guapo Olmo tirado por los suelos y ver cómo las poderosas raíces serpenteando, como tentáculos de pulpo, bien agarradas a la tierra, ya, sin ninguna de sus encomiendas o finalidades, como la de alimentar al árbol y la de sujetarle fírmemente, eniesto, para favorecer su encuentro  con el sol en todo lo alto.

Sí, han pasado cinco días desde aquel en el que un turbión de viento se daba golpes de pecho al contemplar el resultado de su furor porque dio en pensar que había fulminado para siempre al Olmo Pumila. 

VANA ILUSIÓN porque, desde sus raíces, se está levantando, con fuerza e ilusión, un RETOÑO que, en un pis-pas, se habrá convertido en un nuevo ejemplar, digno hijo del viejo árbol, porque el enjambre de raíces ya se han puesto de acuerdo para, al alimón, cuidar, alimentar y velar por este nuevo retoño llamado a ocupar el lugar del que ha sido barrido su ascendiente, por una maladada y violenta corriente de viento, por un ventarrón, la víspera del día de la Asunción de la Virgen María.

Así lo vi ayer, y me llamó la atención, cuando pasé por el lugar, dando un rodeo, camino de Santa Catalina, para celebrar la Eucaristía. Y, así, te lo cuento. Y es que con la Naturaleza, generadora de vida,  no tiene nada que hacer un simple elemento atmosférico, por muy enfurruñado que se ponga. Nada se la pone por delante, ni siquiera un elemento mal encarado.

El RETOÑO que llega para ocupar el puesto del Olmo Pumila caído en la Avenida de la Virgen de Gracia, te lleva hoy mi saludo, mis

¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

20.8.2024. Martes. (C. 1.987)

P. Alfonso Herrera. Carmelita.