viernes, 28 de febrero de 2025

Pablo, el carnavalero.

ESTAMPA CAUDETANA.

PABLO, EL CARNAVALERO.

Los dos íbamos de camino él de una mano de su mamá, y con la otra mano tiraba de su hermana, con dirección a la escuela. Yo me dirigía al monasterio de las Madres Carmelitas.

Tenías que haberles visto la cara. Las tenían desfiguradas de alegría y gozo, brillaban como una luz encendida. No era para menos. Iba a disfrutar participando en algún acontecimiento de aula con motivo de los CARNAVALES. 

Otro niño, podría decirse que iba disfrazado de hombre de las nieves en su mano portaba un fémur y en su cabeza otro hueso la adornaba. 

Cuando llegamos frente a la puerta del monasterio de las Madres Carmelitas de clausura a donde me dirigía yo para celebrar la Sagrada Eucaristía con la comunidad y la quincena de fieles que las acompañaban, no pude aguantarme y le pedí permiso a la mamá de Pablo para hacerle una foto al niño pero con el casco, de vete a saber qué personaje televisivo, puesto.  Me lo dieron y le saqué la foto. Tenías que haberle visto su carita, la suya, la real, la de carne, no la máscara, cuando, ya sin ella le enseñé la foto que preside este escrito. No le cabía de lo contento que estaba. Al separarnos, él, su hermanita y su mamá siguieron camino adelante, yo me dirigí a la puerta de la iglesia del monasterio, le dije a su mamá:

" Mañana sale en Amigos de la Historia Caudetana con mis "Buenos días". Podéis ir a verlo.

El niño iba a lo suyo. A su madre, la alegría contagiosa de su Hijo Pablo, se la subió a rostro y ¡con un gracias! Siguieron, Avenida de la virgen de Gracia abajo, hacía su colegio.  

recibe mi saludo, mis


  ¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

28.2.205.Viernes. (C. 2162).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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