viernes, 26 de septiembre de 2025

Como una de tantas piedras de la Real Villa de Caudete.

ESTAMPA CAUDETANA.

COMO UNA DE TANTAS PIEDRAS DE LA REAL VILLA DE CAUDETE.

Ciertamente son más que suficientes los cincuenta años cumplidos, más que cumplidos, de su permanencia en esta Villa para adjudicar a mi compañero el P. Ángel el título de ser o constituir UNA PIEDRA MÁS DE ESTA REAL VILLA CAUDETANA. 

Por obediencia, a la que está sometido por voto, llegó aquí en 1972. Venía el pobre tristecico porque la superioridad, de acuerdo con el obispado de Castellón de la Plana, dejaron la asistencia al santuario de la Patrona de aquella diócesis, la Virgen de la Cueva Santa, dice él, que por falta de vocaciones. O, quizá, más bien,  por que entre los frailes no era muy apetecible ese destino ya que en lo alto de la montaña el tiempo, no el ontológico al que se referiría San Anselmo, sino el real, el que marca el reloj, se hacía larguísimo, larguísimo, larguísimo, interminable, más largo que una cuaresma de ayunos y penitencias. Y, además, una comunidad de frailes reducida a solo dos miembros, era poco viable.

Pero el P. Ángel aunque salió con lo opuesto no dejó de traerse consigo cierta tristeza porque a lo largo de los nueve años que había permanecido allí, en aquel santuario, se había identificado con el medio, con lo abrubto del terreno, con las peñas del entorno, con la soledad, con la situación de penuria (no gozaban de luz eléctrica suministrada por compañía alguna sino por una máquina, no gozaban tampoco de agua corriente y él mismo, con su industria tuvo que hacerse un pequeño pantanico que venía a satisfacer las necesidades de la comunidad y de de la atención a unos animales, gallinas y conejos, que les servían de alimento.

Pero esas penurias que traía consigo enseguida las apartó de sí y las dejó a un lado y se lanzó por las calles de la villa hasta lo más alto, hasta las cuevas, bien andando, bien montado en una vespino por lo que dieron en apodarle el P. Ángel Nieto, con el nombre de aquel motorista que había ganado doce mundiales más uno (no decía trece por ser muy supersticioso y el 13 le daba grima) y, como era un hombre polifacético (todavía anda en ello aunque más pausadamente), no solo ayudaba a la feligresía en asuntos espirituales, y sacramentales, presidió bodas a portillo, sino en asuntos de aquí abajo, de los de andar por casa: en lampistería, en carpintería, en electricidad y en todo aquello que se le pedía ayuda. Nada lo arredraba y a todo el mundo beneficiaba.

Ahí lo tienes. Se apercibió de que le iba a echar una foto mientras andaba recogiendo las hojas secas que van dejando caer los nogales del corralón del convento con su cepillo en una mano y su garrotica en la otra y se irguió para salir guapo y atractivo, poniendo su mejor sonrisa.

El pasado día 20 de los que van pasando cumplió 87 (él suele decir que ya tiene 99 muy trabajados). Y, para nada, consiente que nada le recuerde que está en una etapa de la vida que ya, ya, y como la caída de la hoja le habla de otoño..., agarra lo primero que tiene a mano, rastrillo, escoba o cepillo y las elimina del entorno para que nada le hable de caducidad, de finitud, de muchos años, de...

La simpática imagen del P. Ángel, ques ya, sin duda, como UNA PIEDRA MÁS DE LA VILLA CAUDETANA, te lleva hoy mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

26.9.2025. Viernes. (C. 2.352).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

2 comentarios:

  1. Felicidades P. Ángel .
    Le deseo que cumpla muchos más, y que Dios nos dé salud a todos .
    Gracias P. Alfonso, por recordarnos lo en su crónica .

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  2. Muchísimas felicidades, Padre Ángel , los 90 años y muy trabajados los llevas muy bien.Muchos besos y abrazos, espero volver a verte pronto.

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