jueves, 16 de octubre de 2025

"Blancanieves y dos Enanitos".

ESTAMPA CAUDETANA.

"BLANCANIEVES Y DOS ENANITOS".

Sí, sí, ya lo sé, son siete los enanitos o duendes (Sabio, Gruñón, Tímido, Dormilón, Feliz, Mocoso y Mudito) los que aparecen en el cuento infantil recopilado, pues venía relatándose a los niños sajones por sus madres desde mucho tiempo antes, entre otros muchos y de modo más perfecto y completo, por los hermanos Grimm  que lo publicaron en 1812. Siete, sí, siete fueron enanitos  que se apiadaron de la pobre infanta  BLANCANIEVES y la recibieon en su cabañita del bosque después de que el cazador encargado de darla muerte por orden de su madrastra, la Reina guapa, pero malíiiiiisima  y envidiosa hasta dejarlo de sobra, no cumpliera con el mandato recibido y la dejara en medio del bosque. Y todo porque un espejo al que la reina malíiiiisima hace su confidente, pues posee la cualidad humana de parlante, le suelta una y otra vez, después que la infanta cumpliera los 17 añitos, que no era era ella la más bella, la más hermosa, que la ganaba, de largo, la hija de su marido, el rey, su hijastra BLANCANIEVES. Y, presa de un furor sin límites trata por todos los medios de acabar con BLANCANIEVES empleando tres tretas, la última de las cuales fue la de envenenarla con media manzana emponzoñada que, aunque no la mató, sí que lo parecía y, por eso,  los enanitos la conservaron en su cabañita metidita en un féretro destapado para contemplarla como si estuviera viva pues no había perdido sus prendas, su belleza despampanante. Tiempo después apareció por allí un príncipe extranjero que se quedó "lelo" al verla y, además, transido por la flecha del amor y se la llevó a su palacio dejando a los siete enanitos muy tristes porque la querían tanto... Y, no recuerdo bien, si fue a resultas de que el joven príncipe la dió un beso o a que un percance sufrido por el féretro en el viaje... el caso fue que la Princesa BLANCANIEVES arrojó un trozo de aquella manzana emponzoñada que tenía alojado en su garganta y se levantó de un brinco y...  todo cambió. Se casaron y fueron felices, eso sí, antes le dieron un castigo muy malo a la guapa, hermosa, pero malíiiiisima madrastra de BLANCANIEVES.

Sí, hasta nosotros ha llegado ese precioso cuento que hiciera  las delicias de los niños de ayer. Sí, de ayer, entre los que me cuento yo. Y al decir ayer, soy consciente de que  corrientes socioideológicas actuales están haciendo todo lo posible porque desaparezca, éste o otros muchos cuentos infantiles, de nuestras escuelas porque, afirman, átate los machos, que son MACHISTAS.

Quizá por aquello que la impusieran los siete enanitos para que colaborara en el desenvolvimiento de la casa mientras ellos estaban atareados en el bosque:

"Sí mantienes la casa para nosotros, cocinas , lavas, tejes, mantienes todo limpio y ordenado, te puedes quedar con nosotros y tendrás todo lo que quieras"

Y, si has llegado hasta aquí puedes que te preguntes: 

¿Por qué titulas la ESTAMPA CAUDETANA DE HOY: BLANCANIEVES Y DOS ENANITOS,?

Pues, mira. Se debe a que, en el jardín de la vivienda antepenúltima de la Avenida de las Jornetas, una vivienda señorial donde las halla, con un jardín que la embellece de modo magnífico, como BLANCANIEVES embelleció la cabañica de los siete enanitos, hay una representación plástica del cuento sajón que recopilaran del acerbo popular los hermanos Grimm, y, en esa representación plástica aparece BLANCANIEVES Y ¡¡¡DOS ENANITOS!!!

Hoy, esa representación incursa en un verdadero bosquecillo en el mencionado jardín (siempre que paso por allí me detengo un ratico para contemplarla y, mientras lo hago, vuelvo hasta aquellos momentos en las tardes frías del invierno en mi pueblo de Oropesa, sentados al rededor de la mesa camilla del comedor  escuchábanos, con embeleso, a mi madre contárnoslo a nosotros, sus hijos), te lleva mi saludo, mis


¡¡¡BUENOS DÍAS!!!

16.10.2025. Jueves. (C. 2.371).

P. Alfonso Herrera. Carmelita.

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