lunes, 17 de junio de 2019

El Palastro


ESTAMPA CAUDETANA.
EL PALASTRO.
   Ya se había marchado el verano del año pasado y, con él, las fiestas patronales en honor de la VIRGEN DE GRACIA.
Todavía hacía bueno y lo seguiría haciendo durante el invierno, salvo diez o doce días en que «se apretó los machos»  y dijo:
«¡Conmigo no hay quien pueda!» o como dicen por los Picos de Europa, allá en Cantabria:
«al invierno no se le come el lobo», y sacó de sí mismo su razón de ser de modo y manera que nos obligó a echar mano de la camiseta y del gabán forrado.
Pues a lo que iba, no recuerdo a ciencia cierta por qué razón dirigí mis pasos por el camino de La Toconera que, dicho sea de paso, todavía no tengo el placer de conocer. Lo que sí recuerdo es que no tenía tiempo suficiente para llegarme hasta aquel paraje del que todos cuentan y no acaban, porque es un lugar estupendo de esparcimiento para las gentes del pueblo, para el que las merenderas y fiambreras (*) van cargadas de ricas viandas,  preparadas con cariño en las cocinas de casa, para ser  compartidas en medio de un ambiente familiar y de amistad, al aire libre, en medio de la naturaleza, principalmente  en los días de la Pascua, pues creo que está distante unos 5 km desde el núcleo de la Villa, así que volví sobre mis pasos después de haber andado un buen trecho, sin haber sido mucho. Y, un poco antes de llegar a la avenida de la Libertad a la derecha, a la vera del camino, junto a la cuneta donde una valla de espinos separaba una propiedad, yacía desvencijada, casi muerta del todo, una chumbera. De uno de aquellos palastros (**), que una vez gozarían de hermosa vistosidad, y que hoy se encontraba casi seco, casi muerto, luchaba por vivir, huyendo de la gangrena de muerte que iba subiendo hacia él, un palastrico.
¡Había surgido la vida!
 Se levantaba el palastrico  jovencico que ves en la foto. Me llamó la atención y, viendo el peligro que corría, tomé la decisión de salvarle.  Saqué del bolsillo una pañuelico de papel, me agaché y, con cuidado para no pincharme con sus espinitas, le recogí del suelo y se vino conmigo. Le tuve 7 días encima de un tiesto para que castrara la herida que le produje  al retirarle lo podrido y, cuando empezaba el octavo día, según mandan los cánones de la jardinería, le introduje en tierra. Al día de hoy ya le ves, ha sacado de sí 2 palastricos, uno de los cuales, bien chulo que es ¿o no? ¡Fíjate!, se levantó fino como una muñequita Barbi, y, de buenas a primeras, se expandió como si se hinchara  de pura alegría formando una especie de corazón, símbolo de gratitud y de afecto, como queriendo decirme:
-«¡Graciasssss! ¡Mírame!,  aquí estoy, todo guapo, contemplando, desde la jardinera de la ventana de tu cuarto, en que luzco mi hermosura, el claustro del CONVENTO DE SAN JOSÉ (EL CARMEN) con su fuente, sus cipreses, su columnata y a  todas mis hermanas, las plantas que trajiste desde Madrid».
Me da la impresión de que me está  pidiéndo a gritos que le trasplante a terreno abierto, a campo, a sol  y aire porque la jardinera donde salvó la vida ya se le está quedando pequeñica. Le haré caso. Un día de estos le sacaré con cuidado de la jardinera y lo plantaré, en libertad, en el corralón del convento.

Con la vuelta a la libertad del aquel palastrico que se vino conmigo un día del otoño pasado, te va ligero mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.6.2019. Lunes. P. Alfonso Herrera, Orden Carmelitana
(*) MERENDERA, FIAMBRERA, palabras guapas de nuestro diccionario a las que usurpan su cometido palabros de por ahí fuera, como los «tapers».
(**) PALASTRO. Palabra del lugar, me dicen Lourdes, la guardesa del Santuario de la VIRGEN de GRACIA, y su hermano, que viene a designar los segmentos o cladodios de las chumberas. Me dicen también, que era costumbre, tiempo atrás, que cuando un nenico se portaba mal, sus padres le castigaban colocándole delante de un Palastro colgado en la pared. No me dijeron el por qué, pero presumo que se debería a que el Palastro tiene dos clases de espinas, una leñosa, y otras finas... 

3 comentarios:

  1. Buena aportación la del diccionario.Evita tener que usar otro menos competente.
    Eres genial compartiendo historias con tanta gracia y con moraleja i contenido espiritual partiendo de una plantica abandonada que ha demostrado ser valiente y capaz de resurgir de su enfermedad.
    Un magnífico lunes para tí,Padre.

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  2. Buena aportación la del diccionario.Evita tener que usar otro menos competente.
    Eres genial compartiendo historias con tanta gracia y con moraleja i contenido espiritual partiendo de una plantica abandonada que ha demostrado ser valiente y capaz de resurgir de su enfermedad.
    Un magnífico lunes para tí,Padre.

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  3. Muy buenos días, P.Alfonso, están más que visto que planta que llega a sus manos , por más enferma que esté usted la resucita, me alegro que así sea y pueda poblar el corralón del Carmen .Que tenga buen día y principio de semana.

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