Fulminaron el Dormitorio

ESTAMPA CAUDETANA.
FULMINARON EL DORMITORIO.

¿Quién tuvo la culpa? ¿Quién fue el culpable?
Es de humanos. Nadie cargará con la responsabilidad. Esto acontece  desde  el primer momento de la existencia del ser humano.
-"¿Por qué has comido del árbol que te prohibí comer?", le preguntó Dios al primero de los hombres.
-"'La mujer que me diste por compañera me ofreció y comí",  fue su respuesta. Y ella sacudiéndose toda responsabilidad dijo:
-"La serpiente me engaño". (Génesis 3,1-24).
Con toda seguridad, nadie "cargará con la responsabilidad de la desaparición del DORMITORIO DE LOS PAJARITOS. Nadie.
Seguro que quién va a salir inculpado va a ser el Picón Rojo porque, dirán, que hizo de las suyas allí por donde la palmera surge a la vida, en la fuente misma de su vida.
Y no será porque no estaban avisados porque, no hace tanto tiempo, la otra palmera, mucho más esbelta y guapa donde las hubiera, sin nada que envidiar a ninguna del famoso palmeral de, la no lejana, ciudad de Elche, murió, sí, palmó, quedando, de aquella, solamente el tronco. Y ese tronco que se alza en la parte alta del Paseo Luis Golf, constituía una poderosa llamada de atención para propios y ajenos. Y, mira por dónde, ni caso le han hecho. Así que nos vemos obligados a contemplar con tristeza, con mucha tristeza, a la hermana que cerraba el paseo dando cobijo a infinidad de aves y sombra, también, a la calle que la Real Villa caudetana nombró con el de uno de sus celebrados alcaldes, el Sr. Luis Pascual. Y digo daba, porque ya...
Pobre palmera. La han dejado mocha, le han quitado todas las hermosas palmas por la que recibía piropos sin cuento y, de paso, la posibilidad de seguir perpetuando la especie con los pingües racimos de semillas que se sacaba de dentro de sí misma cada temporada.

Ya queda como su hermana del otro lado del paseo, desarbolada, triste y, su tronco, solo, TESTIGO MUDO DE UN NOTORIO DESCUIDO.

Sí, SOLA, porque ya no voy a poder decir de ella aquello que dijera la víspera de los Reyes Magos de principios de este año:
"...SOLAMENTE HABÍA UN POCO DE BULLA, NO VAYAS A CREER QUE MUCHA (aquella mañana amaneció Caudete envuelto por una niebla espesa) EN LA HERMOSA PALMERA QUE CRECE DANDO PRESTANCIA A LA CALLE DEL ALCALDE LUIS PASCUAL Y AL PASEO LUIS GOLF. LOS TEJAÍNOS,  ESTORNINOS, QUE SE OLVIDARON DE EMIGRAR, Y MIRLOS, TENÍAN MONTADO SU CONCIERTO MAÑANERO Y, COMO NO TENÍAN VISIBILIDAD, TAMPOCO TENÍAN PRISAS POR SALIR DEL COBIJO QUE LES DABA LA PALMERA Y EL NO DESPRECIABLE CALORCICO QUE LES MANDABA, A TRAVÉS DEL VISILLO QUE HABÍA CORRIDO LA NIEBLA, LA LÁMPARA COLGADA EN UN POSTE CERCANO DEL ALUMBRADO PÚBLICO" 5.1.2019).

La palmera el 5.1.2019. 7,30 horas.
Sí, ayer, cuando nos sentamos a comer un cocidito, que quería parecerse a los que hacía mi madre, salió en la conversación el corte de "pelo" al CERO a que habían sometido a la palmera del Paseo. Uno dijo que las palmas nuevas no nacían con fuerza caían indolentemente sobre sus hermanas más viejas, manifestación clara de que la palmera estaba enferma o la había herido de muerte el Picudo Rojo.
Los volátiles que se guarecían en ella al abrigo de sus palmas y al calorcico de la lámpara de alumbrado público y que formaban una algarabía notoria cada atardecer y cada amanecer, se han quedado sin su DORMITORIO.

Han tenido que buscar y pelearse por otro palo para, allí, por la compresión del tendón flexor trasero, al agacharse el pajarito para librar del frío a sus patitas, se bloquean sus deditos y se  fijan al palo sin temor a caerse y, así, pasar la noche sin ninguna preocupación. Solo cuando el pájaro se levanta es cuando se relaja el tendón y los deditos quedan libres. (* )
Ahora me explico yo el aumento de emplumados que se han colado en el vetusto convento de San José (El Carmen) para pasar la noche en los cipreses del claustro, lejos del acecho de felinos listos para la caza.

 Recibe mi saludo, mis

          ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
4.11.2019. Lunes. P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

- (*) Fue a lo largo del tercero de bachillerato que cursé en San Servando, en Toledo -1958-1959-, cuando llegué a conocer la razón por la que, cuando tiraba de una especie "tablita o palito" fino y blanco en las patas de aquellos pollos que mi madre había matado, desplumado, después de hundirlos en un barreño con agua hirviendo, y, al seccionar las patas de los pollos ya desplumados, ella misma nos  enseñaba cómo se abrían y cerraban los dedos de las patas. La explicación del hecho lo dejó para el profesor de Ciencias Naturales. El profesor de Ciencias Naturales que me ilustró acerca del tema, en Toledo, fue un comandante de la cercana Academia Militar que asistía a clase vistiendo su impecable uniforme militar.