ESTAMPA CAUDETANA.
LA CARRETERA DE VALENCIA VUELVE POR SUS FUEROS.
LA CARRETERA DE VALENCIA VUELVE POR SUS FUEROS.
Estaban dando las siete de la tarde de ayer. Coincidimos Domingo, Lola y yo con un camión grandote, de cinco
ejes, que llevaba a "cuestas" diez vehículos nuevecitos. El chofer no consintió en pasar
aunque le estábamos diciendo con las manos que pasara primero él porque, aunque
la señal nos era favorable a los viandantes por ser paso de peatones, le
concedíamos el paso para que no frenara la marcha pero el chofer, gran
profesional de la automoción, no lo hizo permitiéndonos pasar a nosotros. Un
poco más lejos, en sentido contrario, se acercaba una caravana de vehículos
ralentizada por la marcha lenta de los camiones de gran tonelaje, a su paso por
mitad del centro urbano.
Sí, la carretera de Valencia, que otrora fuera el paso obligado para los vehículos de tracción mecánica que circulaban por la carretera general del estado que unía la capital y la costa, HA VUELTO POR SUS FUEROS.
Ya es el segundo día en el que asistimos, y padecemos, al intenso tráfico de toda índole, principalmente, pesado.
Y es que los beneficios que trae consigo el mejoramiento de las vías de comunicación, para lo que se está llevando a buen ritmo las obras del tramo de la autovía que unirá el cercano pueblo de Yecla y la Real Villa caudetana, y que completará la nueva vía entre Murcia y Valencia favoreciendo, de paso, las intercomunicaciones con La Mancha, la capital del estado y con la costa, nos está trayendo estas incomodidades pero, la verdad, nadie de aquellos con quienes he cambiado impresiones, está contrariado por esta servidumbre a que nos someten las obras de la nueva vía de comunicación que tanto beneficio nos traerá a la larga.
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Ayer a las16,30 horas despedía un padre a otro hijo, ya había entregado a Dios a una hija y, antes, hizo lo mismo con su esposa.
Rafael, que había ejercido de secretario del Ilmo. Ayuntamiento en tiempos pasados, al quedar viudo fue tocado por la vocación y se ordenó sacerdote. Hoy, ya jubilado de casi todo porque los años pesan, ha presidido la oración fúnebre celebrada en Santa Catalina. Duro y amargo trago. Estuvo acompañado por el párroco, por el P. Salvador que fuera, en tiempos, párroco del lugar, por el Sr. Cura Ramón Gisbert Conejero, por mí mismo, como coadjutor, y la asistencia del diácono del Lugar, Don José.
El nudo en la garganta no solo se le apretaba al padre que despedía al hijo, se nos hacía a todos los presentes. Tanto este hijo como la hermana que le precedió en su subida al Gólgota particular lo hicieron con una pesadísima cruz con una enfermedad intratable que hundía en el sufrimiento no solo al enfermo, sino a su familia principalmente a su viuda que ascendió con él por la empinada cuesta, al final de la cual, la hermana muerte, que dirá San Francisco en su Canto a las Criaturas, puso su punto y seguido para acceder seguidamente a la CASA DEL PADRE. No estuvo solo en la ascensión, le acompañó ella, la fiel compañera de su probada vida y madre de sus hijos que, en todo momento estuvo prendida a él.
El anciano padre biológico, Rafael, sacerdote de Cristo, en sus sentidísimas palabras nos habló del amargo trago como prueba que pone Dios pero que, al ponerlas, no abandona a sus hijos, pues les ilumina con el potente faro de la fe y la fe nos está diciendo que la persona probada de su hijo, por haber purificado su vida en el duro purgatorio del sufrimiento, abrigaba él la esperanza de que Rafael habrá experimentado en sí mismo lo que la Palabra proclamada en primer lugar extraída del libro de La Consolación, también llamado Apocalipsis, que nos había dicho: " Al entrar en la casa del Padre ¡SEREMOS HIJOS!".
Pedimos a Dios que Rafael, tras haber dejado su maletita en la habitación "donde pasó una mala noche en una mala pensión, que es la vida a este lado", según el decir genial de Santa Teresa de Jesús, emprendió el viaje, libre de equipaje hacia LA VIDA DEL OTRO LADO, DEL LADO DE DIOS, QUE ES PADRE.
Sí, la carretera de Valencia, que otrora fuera el paso obligado para los vehículos de tracción mecánica que circulaban por la carretera general del estado que unía la capital y la costa, HA VUELTO POR SUS FUEROS.
Ya es el segundo día en el que asistimos, y padecemos, al intenso tráfico de toda índole, principalmente, pesado.
Y es que los beneficios que trae consigo el mejoramiento de las vías de comunicación, para lo que se está llevando a buen ritmo las obras del tramo de la autovía que unirá el cercano pueblo de Yecla y la Real Villa caudetana, y que completará la nueva vía entre Murcia y Valencia favoreciendo, de paso, las intercomunicaciones con La Mancha, la capital del estado y con la costa, nos está trayendo estas incomodidades pero, la verdad, nadie de aquellos con quienes he cambiado impresiones, está contrariado por esta servidumbre a que nos someten las obras de la nueva vía de comunicación que tanto beneficio nos traerá a la larga.
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Ayer a las16,30 horas despedía un padre a otro hijo, ya había entregado a Dios a una hija y, antes, hizo lo mismo con su esposa.
Rafael, que había ejercido de secretario del Ilmo. Ayuntamiento en tiempos pasados, al quedar viudo fue tocado por la vocación y se ordenó sacerdote. Hoy, ya jubilado de casi todo porque los años pesan, ha presidido la oración fúnebre celebrada en Santa Catalina. Duro y amargo trago. Estuvo acompañado por el párroco, por el P. Salvador que fuera, en tiempos, párroco del lugar, por el Sr. Cura Ramón Gisbert Conejero, por mí mismo, como coadjutor, y la asistencia del diácono del Lugar, Don José.
El nudo en la garganta no solo se le apretaba al padre que despedía al hijo, se nos hacía a todos los presentes. Tanto este hijo como la hermana que le precedió en su subida al Gólgota particular lo hicieron con una pesadísima cruz con una enfermedad intratable que hundía en el sufrimiento no solo al enfermo, sino a su familia principalmente a su viuda que ascendió con él por la empinada cuesta, al final de la cual, la hermana muerte, que dirá San Francisco en su Canto a las Criaturas, puso su punto y seguido para acceder seguidamente a la CASA DEL PADRE. No estuvo solo en la ascensión, le acompañó ella, la fiel compañera de su probada vida y madre de sus hijos que, en todo momento estuvo prendida a él.
El anciano padre biológico, Rafael, sacerdote de Cristo, en sus sentidísimas palabras nos habló del amargo trago como prueba que pone Dios pero que, al ponerlas, no abandona a sus hijos, pues les ilumina con el potente faro de la fe y la fe nos está diciendo que la persona probada de su hijo, por haber purificado su vida en el duro purgatorio del sufrimiento, abrigaba él la esperanza de que Rafael habrá experimentado en sí mismo lo que la Palabra proclamada en primer lugar extraída del libro de La Consolación, también llamado Apocalipsis, que nos había dicho: " Al entrar en la casa del Padre ¡SEREMOS HIJOS!".
Pedimos a Dios que Rafael, tras haber dejado su maletita en la habitación "donde pasó una mala noche en una mala pensión, que es la vida a este lado", según el decir genial de Santa Teresa de Jesús, emprendió el viaje, libre de equipaje hacia LA VIDA DEL OTRO LADO, DEL LADO DE DIOS, QUE ES PADRE.
Solo con ese pensamiento, vino a decirnos el hombre probado,
el padre, el sacerdote, que entregaba a Dios a lo que más y mejor quería en
este mundo porque le quería con el amor de Dios, a su hijo.
Pedimos a Dios que acoja a Rafael, su hijo, que ayer nos dejó para volver a casa y conceda su gracia cirinéa al anciano padre de acá, a la esposa y a los hijos, para que, así, puedan subir, ellos mismos, por la escarpada cuesta del dolor que causa la marcha del ser tan querido con el que han compartido el duro camino de la cruel enfermedad y que, ahora, les hunde en un vacío del que les va a ser muy difícil salir.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
8.11.2019. Viernes
Pedimos a Dios que acoja a Rafael, su hijo, que ayer nos dejó para volver a casa y conceda su gracia cirinéa al anciano padre de acá, a la esposa y a los hijos, para que, así, puedan subir, ellos mismos, por la escarpada cuesta del dolor que causa la marcha del ser tan querido con el que han compartido el duro camino de la cruel enfermedad y que, ahora, les hunde en un vacío del que les va a ser muy difícil salir.
Recibe mi saludo, mis
¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
8.11.2019. Viernes
P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.
Las comunicaciones entre nuestras ciudades y pueblos cuántas más mejor .
ResponderEliminarSiento mucho la muerte del hijo del anciano padre .
Desde nuestra fe,no es el final del camino ,sino el inicio de la verdadera Vida .Eso no quita el dolor inmenso de la separación .
En éstos momentos todo el ser se purifica y necesitamos más aún el Amor y la Ternura del Señor .
Confío en que ésa familia así lo vivan .
Buenos días,Padre.
Gracias por la información ...de las nuevas carreteras?
ResponderEliminarBuenos días, el trafico de ahora por esta carretera luego tendremos la autovia que sera mas comoda para desplazarnos a todas las comunidades,,,la perdida de Rafael despues de su larga enfermedad el Señor lo tendra a su lado gozando de su amor,,,feliz dia,,
ResponderEliminarDice bien que a todos los presentes en el funeral de Rafael nos acongojo esa presencia de un padre roto por el dolor,sin embargo como le dió el Señor esa fuerza para llevar a cabo la celebración.Un dolor empatizante nos unió a esa familia,en este día rota,pero que ha demostrado ser valiente y fuerte en este camino que les tocó recorrer.Descanse en la paz del Señor. Buena marcha tiene estos días la carretera,nos vemos y nos deseamos los vecinos para cruzarla,pero muy contentos por las obras, siempre para mejorar.Que tenga un buen día P.Alfonso.
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