Los Geranios de los Vecinos

ESTAMPA CAUDETANA.
LOS GERANIOS DE LOS VECINOS.

.Cuando yo era chico y estudiaba, en los distintos colegios por los que pasé,  cuando nos llevaban de excursión lejos de aquel lugar donde estaba ubicado el colegio o la escuela, siempre pasábamos por el centro de los pueblos porque, entonces, no había autopistas ni circunvalaciones que sacaran  el tráfico de los pueblos y ciudades evitando el estrangulamiento de la circulación de los vehículos a motor. Así que cuando el autobús se aproximaba a un pueblo o a una ciudad, ya podíamos estar a otras cosas que, como por ensalmo, nos poníamos siempre de acuerdo para cantar aquella canción qué decía:
"Al entrar en este pueblo, el que fuera, o en esta ciudad, la que fuera, lo primero que se ve son las ventanas abiertas y las camas sin hacer"

Y puede que me digas:
"¿A qué viene ese viaje al pasado, a cuando eras un colegial e ibas de excursión?
Pues, mira, muy sencillo. Si tú entras en mi calle por donde ésta empieza, te vas a encontrar la ventana de la casa del n° 5, primera habitada, de la guisa que ves en la fotografía que ilustra este escrito.
Yo he visto balcones y terrazas en la Real Villa de Caudete muy adornados y floridos pero como ese de nuestros vecinos de enfrente, ninguno.
¡Qué arte se dan los inquilinos de la primera planta del edificio para cultivar unos geranios primorosos.
Cada año me admiraba viendo el éxito que venían teniendo con su foresta florida mientras asistía al derrumbe de todos mis geranios minados por los gusanillos minadores que salían en bandadas al eclosionar los huevecicos que dejaban, en lugares estratégicos de las plantas, las mariposicas norteafricanas que vuelan sin depredador alguno que las diezme.
A lo mejor, los jardineros de enfrente del convento de San José (El Carmen), que tanto éxito vienen teniendo, lo han conseguido repartiendo dientes de ajo por las jardineras.  Y te lo digo porque una persona que lee asiduamente mis "Buenos Días", cuando te di a conocer la hecatombe ocurrida a todos mis geranios me hizo llegar este aviso:
"Pues yo tengo los geranios preciosos. No se meten con ellos las mariposicas de allende el estrecho de Gibraltar y ¿sabes por qué? Pues porque en las bases de sus tallos he colocado dientes de ajo".

Y debe tener razón, Pepi, mi comunicante, porque, a raíz de su comunicación, coloqué dientes de ajos bajo los esquejes que logré salvar de la escabechina del año pasado y del geranio que me regaló Paquita y, hasta la fecha, no he observado los furibundos ataques de tales minadores que emulan, con éxito, a los grandes profesionales del ramo de la minería.
Así que si, al llegar a la calle El Molino de esta Villa, bajas por ella podrás cantar, no como hacíamos de pequeños cuando nos llevaban de excursión, porque no verás la ventana abierta y la cama sin hacer, ya que se te llenarán los ojos con esa profusión de geranios floridos.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
21.7.2020. Martes. (C.965)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.