Paula toma la Primera Comunión en Cires de Lamasón

ESTAMPA CAUDETANA (FORÁNEA).

PAULA TOMA LA PRIMERA COMUNIÓN EN CIRES DE LAMASÓN.

 (La fotografía está tomada en un "pueblucu" de La Montaña, allá, en el Valle de Peñarrubia, del que una de las paredes que le encierran, se le sube hasta "las narices" a Los Picos de Europa. Es Roza, anejo de la parroquia de San Andrés de Linares).

Aquí en Caudete no es infrecuente que los fotógrafos se metan en el claustro barroco-toscano del convento de San José (El Carmen) para fijar un momento importante en la vida de la gente porque la columnata del claustro del vetusto convento, es un estupendo encuadre-soporte para sujetar un momento de ensueño. No hace mucho te llevaban mis "Buenos días" ese momento de una niña vestida con sus galas de Primera Comunión.
En otros lugares de la geografía, tan rica, de esta nación, que es España, otros elementos, enmarcan y hacen posible los distintos momentos de la vida en aquellos lugares.

Ayer me mandaron, desde uno de ellos, la fotografía que ilustra mi escrito de hoy. 
Es  la imagen que guardará para una niña, para Paula, la presencia de un recuerdo imborrable, indeleble será el collage fijado por el fotógrafo formado por una niña preciosa, vestidica, toda de blanco, con unas rosas sujetándole la melenita y una guapa vaca Tudanca en un
"prau" con buena "toñá".
¿A que la imagen que ha detenido un instante para que no se escape de la vida de la niña, es precioso?
Pues, ¡Claro que sí!

En un "prau", donde pasta una vaca autóctona, raza propia del lugar, la TUDANCA, ha entrado Paula con su ato de Primera Comunión y, en una actitud bucólica y pastoril, a la vez,  se ha ido a saludar a la madre vaca y digo madre porque ella, la vaca, es la base, junto con el "gocho" (cerdo), de la vida de aquellas gentes y para que te sea más claro, te digo que la abuela y los tíos abuelos maternos de esa "rapazuca" salieron adelante, cuando nacieron, con la leche que ordeñaban y que, según me dijo el "bisabuelu" materno, Lorenzo (Rip), respondía al nombre de " El Obispo" (¡vaya apodo!). Al parecer, a  la bisabuela, Josefina (Rip), se le retiraba la leche  y, claro, "El Obispo", la mejor vaca que tenía la familia en el establo, hizo sus veces.
Pues ahí tienes a Paula saludando a un estupendo ejemplar de vaca TUDANCA de la que me admira su buen talante, yo diría familiar, porque, en lo que yo alcanzo a recordar, eran recias y bravas.
Creo, positivamente, que la muchachita se habrá criado en una relación cercana con el animal, hermanadas.
Cuando yo llegué a aquellas tierras con la hoja de destino en la mano y me presenté en el "pueblu" de Roza, allá, en lo alto de la solana de su casa, apoyada en la balaustrada, había una niña, su abuela materna, Ana Margarita, que solo tendría tres o cuatro  años más que su nieta, ahora. 

¡Qué tiempos!

No habría de pasar mucho tiempo cuando, en Cires, (Cires es el pueblo más alto del Valle vecino de Lamasón,  donde la leche de las vacas se paga más cara porque tiene más grados debido a que la hierba de sus altas praderías es más rica en nutrientes), hubo una boda y me tocó a mí ser el testigo principal, cualificado, de aquel compromiso. Se casaban Antonio (Rip) y Pilar que era del pueblo aledaño, Río, hundido en la profundidad del cañón horadado por el agua durante siglos. Antonio y Pilar, son los abuelos paternos de esta tierna e inocente criatura que ayer se acercó, por Primera vez a Jesús Sacramentado en la misma iglesia, la parroquia de San Miguel de Cires, donde los abuelos paternos contrajeron nupcias y que, como recuerdo de tal acontecimiento en su vida, ha querido "sujetarle" en esa evocadora y entrañable estampa que encierra, en sí misma, las imágenes de las dos realidades más importantes de la vida de aquellos Valles de Picos de Europa, en los que tuve la suerte de servir, que se llaman Peñarrubia y Lamasón:
Una "guaje" linda, vida en desarrollo y un "guapu" espécimen de vaca Tudanca, base de la vida del lugar.
Mi felicitación más entrañable para Paula en el día de su Primera Comunión; mi enhorabuena para sus padres, Ana y Miguel; para sus abuelos Pilar, Ana Margarita y Ángel; para todos los familiares y para el querido y recordado pueblo de Cires del valle de Lamasón al que tenía que subir a pinrel, con descanso por encima de la pinada del difunto Taviano, porque el desnivel sólo lo salvaba el Lan Rover Fito (Rip) en primera reducida, cuando les subía provisiones a las gentes del pueblo. Recuerdo que tumbado en un "prao", en decúbito supino,  veía pasar algún avión volando por lo alto del cielo, dejando tras de sí trazada una fina línea recta, toda blanca, pensaba:

"tú vas a llegar a Madrid Barajas antes que yo a Cires". Y así acontecía porque el camino era muy, pero que muy pindio.

Han pasado 40 años desde mi salida (9/1979) de aquellos valles y todavía sigo recibiendo noticias, como la presente, que me retrotraen hasta aquel entonces.
PD. Me han informado desde San Sebastián de Garabandal que, ayer se desataron la furias del averno y estuvo lloviendo todo el día. Abrigo la esperanza de que el vestidito blanco de Paula no fuera salpicado por agua sucia de "cuchu" de vacas, que posiblemente, algo hubiera entre la casa de la abuela Pilar y la parroquia del lugar y de que el sol encontrara un hueco grande entre las nubes al otro lado de la sierra que separa el pueblo de las apariciones de la Virgen del valle de Lamasón donde, en uno de sus siete asentamientos humanos, en CIRES, iba a tener lugar la Primera Comunión de una linda niña, de Paula.

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
30.8.2020. Domingo.  (C. 1004)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.