viernes, 16 de octubre de 2020

No Hubo Fiesta

ESTAMPA CAUDETANA.
NO HUBO FIESTA.


Ayer día de Santa Teresa de Jesús, la de Ávila, me dejé caer hasta un pueblo de la costa que celebra, desde siempre, desde tiempo inmemorial, la fiesta de  la titular de la parroquia y, al mismo tiempo, la fiesta patronal. Dos son las mujeres que centran la atención, la fe, el fervor y la devoción de los que en ese pueblo elevan a Dios su oración a través de ELLAS. Una es la Cheperudeta, la Mare de Dèu dels Desamparats, la Madre de Dios de los Desamparados; la otra,  hija de la primera  y que profesó en el Carmelo abulense de la Encarnación y que movida por el Espíritu Santo emprendió la reforma del Carmelo, según se  dice por ahí. Yo prefiero decir que, con todos los permisos en su bolso, camino por los caminos de tierra y polvorientos de nuestra España, del siglo XVI, buscando lugares idóneos para fundar conventos de monjas que vivieron, no como aquellas con las que vivió ella desde que entro en el Carmelo, un tanto laxas, si no, y como recomienda  la regla original de los Carmelitas, sin ninguna mitigación. Y, para ello, recibió el permiso pertinente del Padre General, Reverendísimo. P.  Rubeo,  para que llevara adelante esa obra que iba a repercutir en la posteridad, no solo en la Orden del Carmen, sino en la misma Iglesia.
Sí, Teresa de Jesús puso en marcha un modo de vivir paralelo a aquel desde el que surgió, la Segunda Orden del Carmelo, LAS MONJAS CARMELITAS DE CLAUSURA. Años después de la muerte de la Santa de Ávila se llevaría a efecto la segregación y surgiría una nueva Institución religiosa, LAS MONJAS CARMELITAS DESCALZAS DE CLAUSURA que tienen como Madre Fundadora a la monja Carmelita Santa Teresa de Jesús.
Esta, mujer, Santa Teresa de Jesús, y la Madre de Dios de los Desamparados fueron las elegidas para que, en torno a ELLAS, girara toda la FIESTA PATRONAL DE MOROS Y CRISTIANOS de un pueblo que cada año vuelven como vuelven, una y otra vez, las olas del mar, que bañan sus costas, a encontrarse con la arena de sus playas.
Este año no desembarcaron las fuerzas cristianas en la playa para desalojar a la morisma de la plaza. Este año no desfilaron, vistosas, las escuadras de moros y cristianos precedidos de bandas de tambores. Este año no subieron hasta el cielo de ese pueblo costero la cohetería de una imponente obra efímera que hubiera puesto luces de colores alumbrando un cielo limpio, tachonado, en todo lo alto, de estrellas, barrido por la brisa marina. Este año no tuvo lugar la procesión tan vistosa como devota acompañadas las imágenes de la Madre de Dios y de Santa Teresa por las capitanías de las Comparsas de Moros y Cristianos ni las bandas de música lanzaron al aire sus melodías.
Este año no hubo manifestación externa de la alegría y el gozo de un pueblo vivo. Sólo manifestó, que era día de fiesta, la misa concelebrada de las 11,00 horas de la mañana,  dos grandes imágenes serigrafiadas en sendas lonas a la puerta de la iglesia parroquial, las que ilustran estas letricas, y que los negocios del lugar no abrieron sus puertas al público. Solo unos cuantos cohetes pusieron cierto ruido por encima de los tejados de la villa marinera.

Como en tantos lugares, también en este pueblo pescador el Covid 19, venido de la China, ha tendido su manto pandémico sobe el pueblo costero al que me bajé ayer.


Recibe mis saludos. Mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
16.10.2020. Viernes.  (C.1052)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.

 

1 comentario:

  1. Muy buenos días , P. Alfonso, ayer El Campillo, no pudo celebrar sus fiestas a sus Patronas , como en tantos lugares en lo que llevamos de año se puede decir, todo por culpa de este bicho covid 19.Esperemos que el próximo año en toda España se puedan celebrar y vivir las fiestas a sus Patronas y Patrones.Que tenga un buen día.

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