Los Rollicos de San Antón

ESTAMPA CAUDETANA.
LOS ROLLICOS DE SAN ANTÓN.

Ayer y hoy ejerce el párroco en la parroquia de San Francisco. Ya lo hizo, también, abriendo la novena el pasado día 9. Y es que hoy es la fiesta del "feligrés" más famoso. Y digo "feligrés" porque la ermita, a él dedicada, se encuentra dentro del ámbito de la parroquia, allí donde la Real Villa de Caudete tiene su confín dando la salida a aquellos que desean acercarse hasta La Encina.

Este año, ya te lo decía estos días de atrás, nada externo tendrá lugar para celebrar la fiesta de San Antón, solo la novena y la liturgia de la fiesta que este año, como te cabo de decir, la preside el párroco. Ya desde ayer por la tarde tiene lugar la fiesta. Y, ayer tarde, como un acto simbólico se bendijeron, durante la liturgia, unos poquitos de los tradicionales rollicos del Santo porque, como es sabido, nada externo, nada de parafernalia, tendrá lugar este año para estar a la altura de las exigencias que lleva consigo la lucha titánica contra la pandemia que ha implantado una cosa al que llaman Covid 19. Eso sí, les van a echar una mano, a los de la Cofradía, un par de tahonas del pueblo, según me dijo la presidente de la Cofradía al concluir la liturgia del día séptimo, pues les van a hacer el favor de poner a la venta, en sus locales, los rollicos de San Antón. Espero y deseo que las gentes del lugar colaboren generosamente como vienen haciéndolo cada año aunque, en esta ocasión, no se los pongan en casa y deban proveerse de ellos en los mostradores de ANY Y DE DULCES ALBERTOS.

Nosotros, por nuestra parte, ya disfrutábamos ayer de tres de los que simbólicamente bendijo el párroco en la liturgia de la víspera de la fiesta de San Antón.
Ahí arriba los ves. Los rollicos están hechos de la misma masa que cualquier pan: harina de trigo, agua, sal y levadura a la que se le añade simiente de matalahúga que no es otra cosa que pimpinella anisum, vulgarmente llamada anís.
Anoche cené un trozo de rollico untado con aceite Alberquina, riquísimo, que nos había regalado José María "el Cojico", al que deseo, desde aquí, un pronto restablecimiento de ese pequeño percance que ha motivado una  intervención  en el hospital de la capital albaceteña.
Tengo que reconocer que casa muy bien el rollico de San Antón con el aceite y una resmita de jamón. La matalahúga no molesta para nada, solamente pone su aquel al bocadillico.

Los de la Cofradía, con la joven presidente a frente, andan un tanto alicaidicos porque este año no se van a "correr las cortinas" para asistir a la FIESTA  de aquel que justifica sus afanes y devoción. A este tenor ya les dije yo los días que me tocó reunirme con ellos en la celebración de la novena, que la fiesta hay que llevarla en el corazón  y no dejarla "aparcada" en el día de la conmemoración y que se tenía que notar en los ambientes que frecuentaran, cada uno de ellos, a lo largo del año, como le aconteciera, en su tiempo, al santo en torno al cual, ellos, los de la Cofradía de San Antón, tienen entidad y justificación.
Que cuando se baje esta noche de su día San Antón y siga la estela de las horas y los días hasta llegar, otra vez, a su día, se lleve con él la pandemia que nos aflige y la abandone en uno de esos días para que desaparezca con él al llegar a las 00,00 horas, a su fin.

       ¡¡¡VIVA SAN ANTÓN!!!

Recibe mi saludo, mis

      ¡¡¡¡¡¡BUENOS DÍAS!!!!!!
17.1.2021. Domingo.  (C. 1.145)

P. Alfonso Herrera Serrano, Carmelita.